
Estaba el otro día preguntándose El Apuntador cuántas vacantes habrá en la redacción del periódico ABC para adultos mayores, cuando corrió como reguero de pólvora el despido de más de 140 empleados de los diarios El Norte (ahí nomás fueron 35), Mural y Reforma propiedad de mi compadre Alejandro Junco de la Vega.
La tijera que el área de recursos humanos metió a la nómina del periodicote de Washington y Zaragoza tiene mucho que ver con la crisis económica -aunada la de credibilidad- que atraviesa no solamente esa empresa, sino el resto de los tradicionales medios de comunicación de Nuevo León frente a las redes sociales y la páginas de Internet.
En el recorte más severo que se tiene conocimiento en los últimos años, Junco de la Vega y sus hijos tuvieron que poner el pecho a las balas y hacer un lado la dignidad, pues ya era insostenible mantener esa paquidérmica nómina, combinada con la reducción del ingreso por venta del periódico y publicidad.
Porque si bien en un principio el Grupo Reforma como se le conoce, amortiguó la baja en los ingresos por el producto en la calle cobrando una cuota mensual a los suscriptores de su sitio www.elnorte.com, la bola de nieve se hizo muy grande que debieron de mandar a la calle a personal con mayor antigüedad.
Otra causa que orilló al periodicote a tomar medidas extremas es la devaluación del peso al dólar, pues como otros medios impresos, compra materia prima como papel, tintas y láminas a precio moneda americana la cual llegó a cotizarse a más de 20 pesos y para 2017 pudiera llegar a 25 pesos.
Amén de que la oferta digital en noticias y las redes sociales -guste o no- ha ido ganando terreno al papel periódico tanto en alcances de difusión, inmediatez y credibilidad, no solamente en México sino en el resto del mundo.
Cuando el lunes 31 de octubre por la noche, quienes se dedican al periodismo empezaron a escuchar versiones del grotesco recorte de empleados en los diarios del Grupo Reforma, parecía exagerada la cantidad. Pero conforme pasaron los minutos todo se fue confirmando, como pasó con el cierre de su hermano Palabra de Saltillo, en diciembre de 2008.
Por su elocuente texto, mismo que despejaba cualquier duda, José Martín Banda Rangel, uno de los reajustados, escribió como despedida en su muro de Facebook unos párrafos titulados: “CIERRO UN CICLO EN EL NORTE”.
“Consciente de la actual situación económica que atraviesan los Medios de comunicación en Monterrey, se me ha informado que mi ciclo en el Periódico ‘EL NORTE’, de Grupo Reforma, ha terminado el día de hoy.
“Han sido 15 años entregado con pasión por la Fiesta de los Toros, trabajo que desempeñé atendiendo la invitación que se me hizo de formar parte de esta Casa Editora en abril del 2001.
“Mi agradecimiento a mis compañeros y amigos que dejé en El Norte, sin su apoyo no habría llegado al lugar en el que estoy.
“En mi paso por esta empresa conté con el apoyo de los profesionales de la Fiesta para el desempeño de mi labor informativa, tanto de México como de España.
“El día no termina aquí… mañana les aseguro hay un nuevo despertar en otras latitudes y otras frecuencias donde seguiremos en contacto.
“Agradezco a mis amigos en México, Heriberto Murrieta y Juan Antonio De Labra, así como a Pedro Javier Cáceres, en España, la oportunidad que me brindan de seguir adelante con mis proyectos taurinos.
“Siempre he dicho y lo sostengo: ‘Mientras exista un toro, una vaca y un becerro en el campo, la Fiesta no termina’.
“Gracias a Dios por darme salud y asimilar esta voltereta involuntaria que me da la vida. De su mano y con el apoyo de todos Ustedes, saldremos adelante.
“Mientras tanto, ¡Que haya suerte para todos!… (FIN)”.
Banda Rangel rápidamente recibió la solidaridad de amigos y colegas con casi 200 comentarios y el mismo número de “likes” en apenas unas horas.
Otro que causó baja también de Cancha fue el editor Alfredo Ramírez. Y quien de plano salvó su pellejo de esa sección fue el reportero Jorge Aguilera quien recibió el manto protector de su jefecito del alma Miguel Angel Arizpe.
Por cierto y entre paréntesis, Arizpe es el creador de un encuentro sin chiste recientemente que reunió a los técnicos de Tigres y Rayados con editorialistas y comentaristas de futbol ante ¡350 personas que asistieron como público! al edificio de El Norte.
Se dice que primero debieron haber despedido a Aguilera en vez de Banda Rangel, pues el primero es un parásito en la redacción que cubre eventos cuando se le pega la gana, pero tiene vara alta con Arizpe… y más la tenía con Ramírez que solapaba su flojera.
Pero que Aguilera no lance las campanas al vuelo ya que la directora de noticias ligeras (soft news), Lourdes Solís, lo tiene en la lista negra de los que se irán en una pronta segunda tanda que, por las fechas, fue la peor travesura que aplicaron a los despedidos previo al Halloween y Día de Muertos.
Otra que sorpresivamente causó baja fue la veterana reportera Idalia Barrera, con 32 años en los espectáculos. Al menos la reciente muerte de Juan Gabriel la hizo sacudirse y tuvo espacios relevantes en El Norte y Reforma durante varios días.
De la misma sección Gente fueron echados a la calle dos editores de nombre Eugenio Guzmán y Vanesa Aguilar; el veteranísimo reportero de Locales, Fernando Martínez, así como la jefa de sistemas, Ana Cecilia Martínez.
Quien de plano se vio más falso que las promesas de amor de un pingüino (chequen el video de National Geographic) fue Osvaldo Coronado, de Gente, quien hasta grabó un video saliendo de las instalaciones de la calle Washington con una sonrisa Colgate y diciendo: “ahora, a ser feliz”.
Lo que muchos no saben es que apenas llegó a su casa, el pobre Osvaldo se la pasó toda la noche llorando en la regadera, comiendo nieve de chocolate y viendo películas románticas… pobre.
Mención aparte se merece “el negro” Martínez, toda una institución con más años de labores que la misma directora Martha Treviño, y de quien se hacían bromas que al ser liquidado se llevaría parte de la rotativa y un porcentaje de las acciones de El Norte en la Bolsa de Valores.
En la última década Martínez fue maltratado por directores y subdirectores menores a su generación como la misma Lulú Solís y Humberto Castro, quienes nunca tuvieron la atención de darle una salida digna relegándolo a cubrir las peores fuentes de información para obligarlo a renunciar.
Pero “el negro” fue más astuto y se tragó sapos amargos, pues no quiso darle ese gusto a la empresa.
También salió de nómina Altagracia Fuentes, editora de Buena Mesa y un ícono casi inamovible de El Norte, además de reporteros de Negocios, diseñadores y personal de diferentes áreas.
Y tampoco se salvó del recorte Bernardo Latorre, editor de Nacionales, nacido en Colombia, pero nacionalizado mexicano que llegó al país como estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL.
Como reportero en los años 90 empezó en las fuentes policiacas para después pedir una oportunidad en Locales en tiempos de Reynaldo Márquez como editor. Y tras una breve experiencia como director editorial de El Centro de Irapuato, Latorre regresó al periodicote a su nueva encomienda como editor.
José Sánchez, coeditor de Negocios, desde cinco años atrás se apuntó en una lista para concretar su salida y el viernes 28 de octubre se hizo realidad. El llegó a El Norte en los años 90 proveniente de El Porvenir y empezó como reportero de temas ecológicos.
Ahora fuera del diario de los Junco, Pepe tendrá más tiempo para su familia, visitar a una hija que estudia en Inglaterra, antes de irse de vacaciones por México y atender un negocio personal como desarrollador de páginas web. Buena suerte.
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