Salvo contadas excepciones, quienes entran a la política y a la función pública en México lo hacen para enriquecerse con el dinero ajeno. Y Tamaulipas no se queda al margen del resto de las entidades donde los medios de comunicación -antes que las contralorías- evidencien a verdaderos delincuentes de cuello blanco o de faldas largas.
Tener a la mano la facilidad de otorgar contratos a proveedores con el respectivo “diezmo”, además de tener abierta “la caja de las galletas”, son tentaciones que no cualquiera puede evitar, sean del PRI, PAN, PRD, PT, Nueva Alianza, Verdes y de otros partidos que nazcan del 2012.
En la reciente edición de Hora Cero Nuevo León exhibimos, con documentos y audios, los negocios que hizo el recién destituido coordinador general de Comunicación Social del gobierno, Francisco Reynaldo Cienfuegos Martínez, quien era uno de los funcionarios más cercanos al ejecutivo estatal, Rodrigo Medina de la Cruz.
Con una empresa de seguridad privada, el angelito del Señor cobró casi dos millones 300 mil pesos por un contrato que recibió en la actual administración para vigilar instalaciones deportivas del Gobierno del Estado, al mismo tiempo que cobraba un sueldo neto de cerca de 155 mil pesos mensuales.
La empresa Protege Servicios de Seguridad Privada, S.A. de C.V., con sede en Monterrey, tiene otras sucursales en Chihuahua y en Tampico, donde no se descarta pudo hacer negocios con el ex alcalde Oscar Pérez Inguanzo, tan cuestionado y perseguido por la actual administración panista encabezada por Magdalena Peraza Guerra.
Para refrescar la memoria, este pasado de listo de Cienfuegos Martínez es amigo de otro reynosense que también fue exhibido en las páginas de Hora Cero Tamaulipas, de nombre Eloy Garza González quien, por coincidencia, ocupó el mismo cargo en Comunicación Social sólo los primeros tres meses del sexenio de Medina de la Cruz, despedido también por sospechas de malos manejos.
El reportaje completo y detallado se puede leer en esta edición, con los pelos de la burra en la mano, una prueba vergonzosa de un caso donde un “yupi” metido en la política se enriqueció pasándose por el arco del triunfo las leyes.
A través de los 13 años de existencia, Hora Cero ha sido un referente de que en Tamaulipas se puede hacer periodismo bien documentado, sin importar siglas de partidos, y da gusto ver que otros medios buscan la forma de tener acceso a pruebas para desnudar funcionarios con todas las sospechas de hacer de la función pública el camino más fácil para salir de pobres.
El año pasado El Mañana de Reynosa puso en evidencia el caso del delegado regional de Caminos y Puentes Federales (Capufe), Jorge Espino Ascanio, quien reportaba menos cruces de vehículos que su contraparte de Estados Unidos por los diferentes puentes internacionales de Coahuila a Tamaulipas, por lo cual reportaba varios millones de pesos menos cada mes a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Este reportaje que escandalizó a la opinión pública y a sus jefes en la Ciudad de México obligaron al despido de Espino Ascanio hace pocas semanas, entrando en su lugar Javier Saldívar Reyna, quien por cierto es el diputado federal suplente de la matamorense, Leticia Salazar Vázquez.
Sin embargo, antes de irse, Espino Ascanio vio moros con tranchetes y arremetió contra Carlos Peña y José Luis Hernández, dos reconocidos militantes del PAN en Reynosa, actuales servidores públicos en la delegación VIII de Capufe, a quienes quiso correr acusándolos de que ellos habían filtrado la información a El Mañana de Reynosa.
Lo peor para un político o funcionario es minimizar la capacidad de los medios de comunicación, esos que tienen la capacidad de investigar y demostrar -con todas las pruebas, no con chismes de columnas- que hay delincuentes metidos en las presidencias municipales, en palacios de gobierno, en secretarías y en delegaciones federales.
Otra vez, y sólo para refrescar memorias, hay que recordar que Espino Ascanio fue el hombre de todas las confianzas del corrupto ex alcalde de Reynosa, Francisco García Cabeza de Vaca, el mismo al cual Hora Cero le demostró todas sus pillerías cuando pensó que la ciudad era de su propiedad.
Aquí la duda es: ¿quién le enseñó a quién las artes de delinquir en la función pública? Porque los dos terminaron siendo unos verdaderos maestros cuando el PAN perdió la alcaldía en 2007.
Y también hay que admitirlo: muchas ocasiones las instancias que deberían de sancionar, castigar y hasta denunciar penalmente a estos ladrones terminan convirtiéndose en sus cómplices, como pasó con el caso Cabeza de Vaca en Tamaulipas en el sexenio pasado.
Todo lo contrario sucedió con Tomás Yarrington Ruvalcaba, quien puso en manos de la Procuraduría de Justicia el expediente que se abrió en 1999 en contra del entonces presidente municipal priista de Reynosa, Luis Gerardo Higareda Adam, pasado de listo con las arcas públicas cuando había sido todo poderoso gerente de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa). Corruptelas descubiertas y publicadas en Hora Cero.
El descenlace es bien conocido en esta frontera: Higareda Adam sólo duró seis meses en la alcaldía y tuvo que huir, junto con sus cómplices que de la Comapa pasaron a la presidencia municipal, cruzando el puente Reynosa-Hidalgo para evadir a la justicia, en McAllen, Texas.
Bueno, sobre esta obligación que deben de tener los medios de publicar verdades documentadas, hay que reconocer el trabajo que hizo el periódico El Mercurio de Ciudad Victoria, a través del reportero Alejandro Paz, sobre una llamada telefónica que mete en serios aprietos a la todavía delegada de la Secretaría de Desarrollo Social en Tamaulipas, Lucía Irene Alzaga Madaria.
Resulta que este prestigiado diario sacó a la luz pública un audio donde la funcionaria pidió a una empleada de la dependencia “limpiar y acomodar” documentos sobre presuntas irregularidades en la asignación directa de obras, entre ellas, a una empresa de la cual la delegada fue socia. ¡Chúpale pichón!.
En la grabación que dura cinco minutos y 46 segundos, entre otras cosas, la empleada conocida como “Naty” responde a su jefa: “Hay cosas que sabemos no están bien y a mí no me gustaría o más bien me gustaría que todo esto se hiciera notariado”. A lo cual la delegada Alzaga Madaria responde:
“Quédate la semana que entra, yo no he dicho jamás que quiero que te vayas, quédate para seguir limpiando y ordenando todo”.
Y eso no es todo. Con su voz la funcionaria federal añadió: “Mira, yo no estoy aquí para una cacería de brujas, yo estoy aquí para que entre tú y yo, Blanca Alicia, todo el equipo y Enrique Hernández logremos dejar todo limpio y salir exentas de responsabilidades tu y yo, no te preocupes”.
¿Qué va a pasar con todo este mugrero? Seguramente nada, pues también los panistas aprendieron rápido a encubrir a sus propios ladrones. Sin embargo hay que reconocer que El Mercurio demostró que hacer buen periodismo tiene su recompensa: la credibilidad, el respeto y el reconocimiento del gremio y de la sociedad.
En otro ámbito, mal pero muy mal se está viendo el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa al resolver de manera expedita el asesinato de Jaime Zapata, el funcionario del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, asesinado en una carretera de San Luis Potosí.
¿Qué pensarán los familiares de Egidio Torre Cantú; del alcalde de Santiago, Nuevo León, y del candidato del PAN a presidente municipal de Valle Hermoso, también acribillados durante el 2010?¿Qué sus casos son de segunda, y que por eso no merecieron una investigación igual por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, de la Marina y de la Agencia Estatal de Investigaciones con el apoyo del FBI?
La verdad es que México va de mal en peor, con más de 30 mil muertos en lo que va del actual sexenio, muchos de ellos civiles inocentes, y sus autoridades resultan ser muy eficientes cuando sienten presión externa, como en este caso del gobierno de Barack Obama.
En Reynosa se destapó la cloaca en cuanto a la empresa Autofin Monterrey, dedicada a prometer dinero, casas y autos a clientes a cambio de bajos intereses y prontitud para recibir esos beneficios, claro, luego de estar esclavizados pagando mensualidades de hasta cinco mil o más pesos por un período de hasta cuatro años.
Es una compañía que se ha aprovechado de una enfermedad que padecen millones de mexicanos: la necesidad cuando no hay solvencia económica.
Ojalá las autoridades hagan algo pronto para detener tanto abuso de Autofin Monterrey que tiene sucursales en ciudades importantes de Tamaulipas y, lamentablemente, a nivel nacional.
Y si no existe voluntad oficial, seguramente esta empresa habrá causado daño económico a alguno que está como agua para chocolate cuando se enteró que no fue el único.