Los delegados de los partidos políticos son por lo general gente mesurada y de talento para sortear conflictos, por eso antes de adoptar decisiones semblantean a los grupos y las figuras para saber qué armas porta cada uno de ellos.
No atender lo anterior conduce a reclamos con los consecuentes descalabros electorales, los que gracias a la forma tan desaseada con que se ha conducido el delegado del Morena, Mario Llergo Latourniere, ya son una posibilidad.
Y es que lo que pintaba para victorias electorales, lo que se dice, pateando un bote, hoy está nebuloso el panorama por los incendios políticos en Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros.
¿GOLPEÓ EL AVISPERO?
Pues sí, porque en las tres precitadas fronterizas en las que están el 50 por ciento de los electores, andan irritados y algunos amagando con judicializar las candidaturas a presidente municipal, como en Nuevo Laredo, en donde el ex alcalde Ramón Garza Barrios, anunció que no solamente va a impugnar la candidatura de Carmen Lilia Cantú Rosas, sino también va a denunciar al delegado Mario Llergo por violencia de género.
O sea, por haberlo marginado de la encuesta, de la que nunca le notificaron qué días se desarrollaría y la razón social de la firma mercadotécnica.
¿Y EN REYNOSA?
Pues allá no la hicieron de tos por la postulación de Carlos Peña Ortiz, como candidato a presidente municipal, pues finalmente los participantes en la encuesta estuvieron conscientes que por razones obvias el alcalde tendría un mejor posicionamiento.
El reclamo fue en la candidatura para
diputado federal por el II Distrito, competencia en la que se registró Magaly Deándar Robinson, a quien Mario Llergo le salió con que Claudia Hernández Sáenz tenía un posicionamiento superior al de ella.
SE ENREDÓ CON LOS DATOS
Nomás que don Marius se hizo bolas con la información cuando destapó a Carlos Peña Ortiz, pues al dar a conocer el resultado de la encuesta para alcalde, Magaly Deándar apareció en tercer lugar, y Claudia Hernández en quinta posición.
No reparó en que esos datos desvirtuaban su afirmación en el sentido de que Claudia tenía mejor posicionamiento que Magaly, mentira que al quedar al descubierto fue como pegarle al panal.
Y ahora a ver cómo le hace en Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, en donde trae bien enchilado a Mario López Hernández, porque le metió a chaleco a Beto Granados.
No evaluó que Mario aparte de alcalde es el jefe político de los morenistas matamorenses, y al pasar por encima de él, hoy los panistas andan muy animados en torno a la ex alcaldesa Leticia Salazar.
¿Y AHORA QUÉ SIGUE?
Pues que por inoperante Mario Llergo, el cambio de delegado es obligado, porque actuó como un ejecutor de ordenes de Mario Delgado Carrillo, y no como el enlace con los jefes del morenismo empezando con el de Américo Villarreal Anaya.
Esa ausencia de tacto le llevó a comportarse como si fuera el que toca el clarín de ordenes, y no como un emisario que vino a armonizar con las diferentes figuras políticas del morenismo.
Todavía está en tiempo y tacto el comité nacional del Morena para sofocar los incendios de Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, que de no hacerlo, el fantasma de la derrota estará aleteando por donde habita el 50 por ciento de los electores de Tamaulipas.
Y NO FUE TODO
Pues el delegado Mario Llergo Latourniere, aparte de pegarle al panal también socava el mando del jefe de los morenistas tamaulipecos, que es Américo Villarreal Anaya, y esto es algo que no pasa inadvertido para panistas y naranjistas.
Pues el divisionismo está aflorando y eso no parece inquietar al Comité Ejecutivo Nacional del Morena. Simplemente tomaron decisiones que en un futuro no distante, podría provocar temblores políticos.
Están haciendo ver al gobernador como alguien con pies de barro con todo y el espaldarazo del presidente Andrés Manuel López Obrador, de llevar a cabo su Mañanera en Ciudad Victoria.
Lo deseable, es que por el bien de las filas guindas, reconozca el Morena la vieja regla de oro del sistema político mexicano, consistente en que los gobernadores son mano en la designación de candidatos para cargos de elección popular
Si se van a comportar como un Partido de Estado Comunista, en donde los capitostes del Instituto Político son los que mandan y los gobernadores sólo obedecen, están equivocados. En Tamaulipas, como en cualquier otra entidad federativa hay un jefe, y tienen que atenderlo
Si es que quieren conservar la cohesión del morenismo en los 22 estados donde gobiernan los guindas.
Y hasta la próxima…