
Mientras que Felipe Calderón Hinojosa se levanta el cuello y afirma que durante su gobierno bajaron los índices de pobreza, ¡vaya descobijada y encuerada! que dio el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) al informar que el número de pobres en México pasó de 48 a 52 millones entre 2008 y 2010, más los que faltan al término del sexenio.
Sin embargo, el citado estudio no menciona que a partir del primero de diciembre próximo, cuando cambie el gobierno federal, el número de ricos se incrementará drásticamente, sobre todo de muchos secretarios, directores y servidores públicos del PAN que incrementaron su riqueza ilícitamente.
El segundo mandatario de extracción panista en la historia del país siempre vivió en una burbuja, negado a mirar la realidad, con cientos de miles de comercios que cerraron en cada rincón del territorio a causa de la inseguridad y el narcotráfico, provocando el despido de trabajadores.
El organismo público descentralizado fue contundente: el gobierno de Calderón Hinojosa fracasó en su combate a la pobreza, un rubro tan importante en la actualidad, que igual pone en un altar o quema en leña verde al mandatario en turno y a su política social.
El alza en los precios de los productos básicos por encima de la inflación y el total estancamiento de los salarios en 2012, provocaron –según el Coneval– que no se cumplieran las metas para reducir la pobreza en el país.
¿En realidad hay quien crea que esto preocupa a los funcionarios de primer nivel y otros buenos para nada que se hicieron millonarios en dos sexenios panistas?
La respuesta es “no”, porque desde tiempos del viejo PRI, la función pública y la política en México han sido el camino más fácil para salir de la pobreza, de seguir en la mediocridad, y convertirse en nuevo rico, con propiedades en paradisiacas playas y residencias y condominios en Estados Unidos y Europa.
Y no solamente en el PAN se cuecen estas habas. En Tamaulipas está el caso del ex gobernador priista, Tomás Yarrington Ruvalcaba, quien hasta es propietario de una isla en Veracruz; así como su protegido, el actual senador y ex alcalde panista de Reynosa, Francisco García Cabeza de Vaca. Dos tipos de cuidado de partidos antagónicos.
Pero la ambición no tiene límites, mucho menos ideologías. En Nuevo León está otro botón como prueba: Adalberto Madero Quiroga, ex alcalde de Monterrey del PAN, que salió con una cola muy larga del palacio municipal y, con descaro, sus spots inundan las televisoras locales porque quiere ser gobernador.
En el PRI no cantan mal las rancheras, el gobernador Rodrigo Medina de la Cruz sólo se asusta con el petate del muerto lanzando advertencias sobre cero tolerancia a la corrupción, mientras que a su espalda se surten con la cuchara grande,.
Como el mejor ejemplo está el caso de Pedro Morales Samohano, responsable del Instituto Control Vehicular (ICV) de Nuevo León, donde se robaron 313 mil juegos de placas, y a él la justicia le ha hecho lo que el aire a Juárez. O como se dice: “Sólo sus chicharrones truenan”.
“Debido a problemas coyunturales (crisis financiera y aumento en el precio de los alimentos) y de largo plazo (muy lento crecimiento económico e insuficiente creación de empleos), no se ha logrado incrementar el ingreso real de las familias. Lo anterior limita la reducción de la pobreza”, dijo el presidente del Coneval, Gonzalo Hernández Licona.
El organismo omitió en su estudio a los nuevos miembros de la realeza mexicana, quienes crearon empresa y se convirtieron en constructores y proveedores del gobierno de Calderón Hinojosa, utilizando las mismas artimañas que siempre criticaron del PRI.
¿O acaso ya se olvidó que durante el sexenio de Vicente Fox Quesada los hijos de su esposa, Marta Sahagún, traficaron con influencias, ganaron miles de millones de dólares y su riqueza aumentó considerablemente?
Y qué decir del difunto Juan Camilo Mouriño, quien como diputado federal y secretario de Gobernación con Calderón Hinojosa, salió a la luz pública que su familia obtuvo contratos millonarios de Petróleos Mexicanos.
Esos sí son los nuevos ricos de México, los que el Coneval no contabilizó. La vergüenza de una Nación que confió en que el PAN llegaría a gobernar el cuerno de la abundancia y terminó igual o peor que el PRI. Y que a partir del primero de diciembre próximo Dios nos agarre confesados.
Esos son ejemplos de las vacas sagradas de Acción Nacional, porque hay otros que dieron asco, como Mario Monroy, un funcionario de mediano pelo en la administración de Reynosa cuando Cabeza de Vaca fue alcalde, quien construyó una casa que tenía dos cocheras, para sus lujosos Audi y BMW, con valor cada una de 300 mil pesos.
Una cifra que, ni en sueños ni en su imaginación, podría acumular a lo largo de su vida cada uno de los 52 millones de nuevos pobres mexicanos.
Gracias señor presidente por su herencia.