El espectro político se encuentra estupefacto, no puede creer que quien dejó platos rotos por doquier hoy se asuma como víctima de un complot para eliminarlo de una carrera de la que él solito se encargó de chamuscarse, y en el colmo del cinismo hoy pretende enjuiciar a quienes únicamente cumplieron con su trabajo, una actitud beligerante que le deviene de la tolerancia tanto del gobierno federal como el estatal.
Y es que tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador, como el gobernador Américo Villarreal Guerra, se están pasando de respetuosos con Francisco García Cabeza de Vaca, para quien la tolerancia es una señal de temor y con ese sentimiento agrede a todo lo que su fecunda imaginación le hace creer tiene cuentas pendientes que saldar.
No se trata de que lo enjuicien a como de lugar, o sea, a empapelar, porque sería recurrir al método que él practicó como gobernador de Tamaulipas, pero una cosa es que de momento carezcan de pruebas para respaldar los trastupijes y abusos que cometió, y otra que no haya incurrido en acciones delictuosas a través de terceros, como fueron a los personeros a los que designó como secretarios de las dependencias estatales.
No basta que el gobernante tamaulipeco lo haya calificado de mitómano, se requiere que lo lleve ante los jueces, ahora que si los que tiene no pueden o le tienen miedo a García Cabeza de Vaca, tendrá que suplirlos, o bien contratar abogados y auditores externos para que detecten todos los trinquetes cometidos del 2016 al 2022.
La consejera jurídica Tanya Contreras ya ha dicho haber presentado denuncias que implicaron un quebranto al erario estatal por 500 millones de pesos, pero es fecha que no se ha judicializado una sola de las carpetas, por ende, los
diputados locales ya tendrían que haber llamado a cuentas al fiscal anticorrupción Raúl Ramírez, para que explique qué es lo que lo tiene atorado.
¿CABEZA DE VACA ESTÁ LURIAS?
Por supuesto que no, él se lanza en pos de la candidatura presidencial azul con la intención de conservar su coto de poder dentro del panismo tamaulipeco, que para reanimarlo anunció que ya acusó a Américo Villarreal Anaya, una acción que tiene el evidente objeto de tambalearlo y así despabilar a sus correligionarios que andan atarantados tras perder la gubernatura.
Sólo que el PAN está como los boxeadores que al sufrir tres nocauts consecutivos la Comisión le retira la licencia, y al Comandante Azul y sus huestes el Morena le asestó tres derrotas electorales en los comicios del 2021, 2022 y 2023, unos resultados que ahora pretende desvirtuarlos Francisco García Cabeza de Vaca, a través de una acusación en contra de Américo Villarreal Anaya.
En los hechos no hay tal complot, porque ni Andrés Manuel López Obrador ni Santiago Nieto lo encandilaron a que mediante un enredado esquema financiero comprara un departamento en Santa Fe, y que luego tras haber sido rechazado como socio en el club de golf del fraccionamiento lo vendiera, y menos que no declarara al SAT las ganancias obtenidas.
Que ahora salga que con pruebas falsas lo empapelaron es algo que causó hilaridad, porque aun en ese supuesto, en todo caso le habrían recetado una sopa de su propio chocolate y eso es ni más ni menos que: ¡justicia inmanente!.
En conclusión, los problemas de Francisco García Cabeza de Vaca no se resuelven en las cabinas noticiosas, y menos si los conductores son sus amigos, esos asuntos son para los tribunales que por cierto la orden de aprehensión que le giró el juez federal de Almoloya ya la invalidó un juez del mismo rango en Reynosa, aunque está impugnada, por lo que será uno de los Tribunales Colegiados de Circuito en esta ciudad el que tendrá la última palabra, y esto si no llevan el asunto hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Hay tema para rato.
LAS CORCHOLATAS MUNICIPALES
En septiembre próximo inicia el proceso electoral 2023-2024, que en caso de que los partidos decidan elegir sus candidatos por medio de procesos internos, en noviembre serían, y por lo tanto faltan de 7 a 8 meses para que se agarren, nomás que la alcaldía de Reynosa, como la de Nuevo Laredo, Matamoros, Victoria y Tampico, entre otras, no es cosa de que los prospectos esperen con pasividad los tiempos.
Por ello ya andan tendidos en la promoción y en los amarres, algo que resulta complicado en los casos de Reynosa, Nuevo Laredo y Cd. Victoria, por la circunstancia de que los alcaldes de esas municipios ya no ocultan la intención de reelegirse, con todo y que el adalid de los morenistas tamaulipecos Américo Villarreal Anaya todavía no da señales sobre quién será la corcholata favorecida.
Se supone que imitará a Andrés Manuel López Obrador y soltará los nombres de quienes reúnen la calidad de ‘corcholatas’, que nos late será por el mes de noviembre próximo, que si entre ellas desliza los nombres de alcaldes prácticamente daría luz verde a la reelección, y ya se verá si los demás lo asimilan con disciplina y fe en la causa.
Y es que independientemente de que Carlos Peña Ortiz, como Carmen Lilia Cantú Rosas y Eduardo Gattás, cuenten con el suficiente respaldo popular para una releección, el turno para pegarle a la piñata sigue siendo en el sistema político municipal un método para evitar insurrecciones, y aunque en Tamaulipas el PAN está en el suelo, lo podría oxigenar la inconformidad de los morenistas obviamente insatisfechos por las decisiones.
El anterior riesgo tendrá que evaluarlo Américo Villarreal Anaya, porque tiene encima a un alucinado que a como de lugar pretende recuperar una parte del poder político que perdió, y como dinero es lo que le sobra, entre eso y los disgustados guindos, se oxigenarían.
Sin embargo, en las elecciones del 2024 el adalid morenista tendrá la oportunidad de darle la estocada a Cabeza de Vaca, con la que lo dejaría listo para el rastro, que desde luego eso no implica la desaparición del PAN, pero sí que sea conducido por personas afines a dicho partido que desde el 2016 quedó en manos de filibusteros, quienes con todo cinismo se jactan del botín obtenido.
En resumen: ese es el quid del asunto, deslizar corcholatas sin que de antemano provoquen divisiones.
AGUAS CON LOS MIGRANTES
En la última semana de marzo Reynosa recibió oleadas de haitianos de una forma que por las calles del primer cuadro de la ciudad ya se ven más de ellos que de reynosenses, lo que hasta iniciar abril no había ocasionado fricciones, salvo la de un antillano que agredió a una reportera y al ciudadano que entró en defensa de ella, por haberle tomado una fotografía cuando participaba en una protesta en la plaza Hidalgo.
Los organismos defensores de los derechos humanos y los que se dedican a obras pías debieran hablar con ellos, para decirles a lo que se exponen con esas actitudes que hasta ahora en Reynosa han visto con cierta indiferencia esa migración, pero que si se empeñan volteen a verlos hay unos señores que no se van a andar por las ramas para aplacarlos.
Y hasta la próxima.