Las debilidades que ha mostrado el Partido Revolucionario Institucional tamaulipeco en las últimas semanas, con situaciones como la aprobación del incremento del IVA en las zonas fronterizas, los yerros en el cambio de su dirigencia estatal, la orden de aprehensión contra Tomás Yarrington y los adeudos que tiene el gobierno del Estado con cientos de proveedores son cosa seria.
Quien debería de estar aprovechando esta situación, son los que toman las decisiones en el Partido Acción Nacional, que ya tienen que estar preparando la estrategia a aplicar en las próximas elecciones intermedias, donde se renovará el Congreso de la Unión.
Este proceso electoral es importante, pues puede abrir la puerta para la (hoy más que nunca) posible alternancia en el poder tamaulipeco, con un PAN que puede tener entre sus filas al próximo sucesor (o sucesora) de Egidio Torre Cantú.
Pero hay un asegún en este escenario. El panismo debe de tener mucho cuidado con la decisión de a quién le va a dar el protagonismo en esta estrategia con la que podría repetir las victorias que ha tenido en pasadas elecciones.
Si quieren que la fiesta se vaya en paz, los panistas deben de voltear a ver a verdaderas figuras de peso y liderazgo estatal, como la alcaldesa de Matamoros, Leticia Salazar Vázquez, el presidente municipal de Nuevo Laredo, Carlos Enrique Cantú Rosas y la senadora de la República Maki Ortiz.
Estos tres personajes y sus grupos políticos, tienen la obligación de evitar que llegue al poder tamaulipeco una persona que sí representa un verdadero peligro para la paz de Tamaulipas: el ex alcalde de Reynosa, Francisco García Cabeza de Vaca.
Para nadie es un secreto que el sueño anhelado de García Cabeza de Vaca es convertirse en el gobernador de Tamaulipas para, entonces, poder meterle mano al más grande jarrón de galletas de su vida.
Su gusto por lo ajeno (y el de sus familiares) es equiparable con su pasión por el conflicto, la confrontación y la camorra. ¿O acaso alguien ha olvidado el nivel de divisionismo que dejó en Reynosa tras su paso como presidente municipal?
No exageramos al decir que en la frontera tamaulipeca no quedó persona que no se haya peleado con García Cabeza de Vaca en alguna ocasión.
Si eso hizo en Reynosa en tres años, ya podemos imaginar qué es lo que va a hacer en Tamaulipas en seis.
Es por ello que el PAN tiene grandes decisiones que hacer en las próximas semanas, más porque se encuentra a unos días de renovar sus dirigencias locales y consejeros estatales.
Los azules, encabezados por José Alberto López Fonseca, tienen que encontrar la forma de bloquear la llegada de reconocidos “cabecistas” a las dirigencias municipales, que ya andan como zopilotes sobrevolando al partido.
¿Ejemplos? Ahí andan Mario Encarnación Cantú Salinas, Raúl García Vivián, Leonel Cantú Robles y Joaquín Ramírez quienes, desde diferentes hilos, son las marionetas con las que Cabeza de Vaca espera recuperar el control del PAN.
Pasando a otros temas, quien deja la rectoría de la Universidad Autónoma de Tamaulipas con la frente muy en alto y excelentes calificaciones, es Jesús María Leal Gutiérrez.
Su paso por la máxima casa de estudios en la entidad fue más que exitosa, considerando que cuando llegó al puesto la casa estaba en desorden y ahora ha dejado una residencia deslumbrante.
Quizás la más grande aportación de “Chema” Leal es haberle regresado a la Universidad la paz y tranquilidad que anteriormente no tenía cuando, hay que reconocerlo, era utilizada como el brazo golpeador de las administraciones estatales en turno.
Hoy los universitarios desplazaron a los porros, la investigación y el conocimiento han desterrado a la violencia de las aulas de la institución.
El trabajo diario de Leal Gutiérrez ha dejado como frutos un prestigio nacional e internacional que pocas universidades pueden presumir. Prueba de ello son las decenas de contratos para trabajos de investigación que la institución tiene con empresas dedicadas a todos los ramos de la producción.
Nunca como ahora la UAT puede presumir de tener tantos investigadores certificados, un avión y un barco para investigación científica y lo que es mejor, la confianza de la ciudadanía.
Se acabaron los años cuando alguien publicaba un anuncio clasificado solicitando a un profesionista para un cargo y aclaraba: “No UAT”.
El relevo en la universidad no pudo ser mejor, con la llegada de un personaje plenamente identificado con la institución como lo es Enrique Etienne Pérez del Río.
Hoy, lo importante es continuar trabajando para que la UAT no pierda lo ganado pero, también, lograr que los mismos tamaulipecos le agarren cariño a su universidad y la sientan como suya.
El tema no es menor. Las pésimas decisiones sobre quién va a encabezar los destinos del Partido Revolucionario Institucional en Tamaulipas tienen a los priistas sumidos en una especie de depresión paralizante.
Y si esto no fuera lo suficientemente malo, hay que decir que en la entidad la mayoría de las personas que se supone deberían de estar trabajando para atender la agenda del gobernador, Egidio Torre Cantú, anteponen sus intereses personales.
Aunque faltan tres años para la renovación del gobierno estatal, el gobernador está rodeado de personajes que consideran tienen los merecimientos suficientes para ser su sucesor y por ello están trabajando para llevar agua a su molino.
Un claro ejemplo es el ET o representante del gobierno del Estado en Reynosa, Manolo Rodríguez, quien en lugar de ser un enlace y apoyo para el gobierno local, se ha convertido en un obstáculo por sus aspiraciones personales.
Resulta que Manolo tiene aspiraciones para ser gobernador y por ello ve como un rival al alcalde de Reynosa, José Elías Leal, quien aunque no quiera, está apuntado en la lista de prospectos para este cargo.
Lo malo para la ciudad es que las aspiraciones de Manolo lo han hecho tomar decisiones que bloquean el progreso de Reynosa, como lo es su posición de mantener en su puesto a funcionarios que no comulgan con la política de trabajo del alcalde.
Lo que debería de hacer Pepe Elías, es solicitar la inmediata remoción de Manolo como enlace del gobierno del Estado en Reynosa y pedir la llegada de alguien que no lo vea como rival. Ahí nomás por decir un nombre podemos mencionar a Mónica González, quien ha hecho muy buen trabajo en Ciudad Mante.
Vaya problema en el que está metido Egidio Torre Cantú, rodeado de personas que atienden a sus agendas personales en lugar de la del Estado.
Quienes seguramente están muy preocupados con la aprobación de la Reforma Energética, son los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, una organización a la que ya le podemos ir encendiendo cirios y organizando novenarios.
Los cambios en el manejo de Petróleos Mexicanos que llegan con esta reforma, no sólo le han restado poder a uno de los sindicatos que se ha convertido en sinónimo de corrupción y opacidad, sino que también lo condenan a su desaparición.
Estas son pésimas noticias para personajes como Moisés Balderas, ex dirigente de la Sección 36, quien ahora va a tener que ir pensando en ponerse a trabajar, algo que seguramente ya se le ha olvidado hacer por todos los años que ha vivido succionando de la ubre presupuestal.
