Acomo van las cosas México podría ser el país de las inflaciones, crisis y devaluaciones y ya existen algunos síntomas que indican que esto puede estar pasando ya, en este atribulado 2015.
El aumento al precio de la carne, huevo y algunas verduras son evidencias de que eso pudiera estar ocurriendo en nuestro país.
Lo peor del caso es que los precios de la carne de res, llámese bisteque ($120), Rib Eye ($180) y arrachera ($220) jamás regresaron a sus precios originales de hace algunos meses.
Nadie se explica porqué el precio del tomate ronda en los 30 pesos y el aguacate siempre está por encima de los 40 pesos el kilo.
Algunos comerciantes nos hacen creer que llovió mucho o que hay una tremenda sequía, pero el gobierno nunca sale a dar una explicación.
Quién se iba a imaginar que una tapa de huevo podría costar cerca de los $ 80 pesos y $ 70, si son huevos chiquitos, el blanquillo ya se convirtió en un producto oneroso o de lujo.
Otro síntoma inequívoco de una crisis, es la desmedida expedición de tarjetas de crédito que en estos momentos están ofertando los bancos, ya sólo falta que te las saques dentro de una bolsa de papitas.
Todos las instituciones bancarias del país en estos momentos están ofreciendo a diestra y siniestra el llamado dinero plástico, claro con altísimas tasas de interés que después los tarjetahabientes jamás podrán pagar.
Otro factor inflacionario es sin lugar a dudas el dólar, el cual ya va para 5 meses estando a la alza y tal parece que nuestro Peso nunca se va a recuperar y esta en caída libre.
Como estarán los bancos de necesitados de tarjetahabientes que cuando vas a ventanilla a realizar algún pago o algún deposito tras realizar la transacción de inmediato te ofrecen una tarjeta de crédito.
Y no importa que ya tengas una y tampoco importa que estés endeudado y que no puedas pagarla, ellos de cualquier manera te la ofrecen con cierto descaro.
Y si no caes en la tentación en ese momento, no te apures, ellos se dan las habilidades para llamar a tu casa y ofrecerte el
dinero plástico y esa llamada puede ser inclusive en sábado, domingo o a mitad de quincena y cuando más necesitado estás
de efectivo.
Incluso te ofrecen tarjetas adicionales para que la use tu esposa, o tus hijos mayores, sólo puedes pensar (qué buenas personas son los del banco).
Pero no te creas de todos los grandes “beneficios” que ofrecen los bancos, muchos son simples ganchos para que te ahorques solito.
En ocasiones te ofrecen aumentar el límite de crédito o bien ofrecen otra tarjeta de crédito que regularmente le llaman Oro, Platinum o Black Card con el doble o triple del crédito que ya tienes adquirido.
Desafortunadamente nadie regula esas grandiosas ofertas y son responsabilidad totalmente de quien las acepta, bueno es tan fácil sacar una tarjeta de crédito en estos momentos que hasta en una tienda de conveniencia te la pueden “regalar”.
Y te hacen sentir una persona con estatus, una persona solvente, que puede hacer cualquier cosa con el poder de su firma.
Para los banqueros la palabra crisis no existe, o al menos eso es lo que pretenden aparentar al ofertar dinero plástico.
Otro síntoma de una inflación es la sobresaturación de billetes; en pocas palabras cuando el Banco de México emite o imprime billetes de más, el resultado es que traemos mucho dinero, pero sólo podemos pagar muy pocas cosas.
En estos momentos parece que todo está controlado, las reservas internacionales están en buen nivel y bien se pueden subastar varios millones de dólares diarios con la firme intención de fortalecer a nuestro Peso.
De nada o de poco le ha servido al gobierno la subasta de dólares; el dólar jamás bajó de precio, se ha mantenido a la alza desde diciembre de 2014 y todo parece indicar que jamás regresará al precio de 12.50 pesos por un dólar.
Pero usted amigo lector haga una simple prueba, saque su cartera y busque entre las decenas de compartimientos algunos billetes de alta denominación, seguramente va a encontrar decenas de tarjetas de crédito, debito y muchas tarjetas de presentación, o algún amuleto para la buena suerte, si encuentra efectivo es usted muy afortunado y si no, no se mortifique, millones de mexicanos ni siquiera tienen cartera.