
Sólo porque el tema es doloroso y cruel no se toman a chunga las declaraciones de Omar García Harfuch, el secretario de Seguridad Pública del gobierno federal, quien en un afán de difuminar los actos de barbarie que el colectivo Guerreros Buscadores encontró en un rancho de Teuchitlán, Jalisco, refutó que no era un centro de exterminio sino un lugar de entrenamiento.
Tal declaración causó estupefacción, pues calificar como lugar de entrenamiento en donde encontraron docenas de tenis y playeras, hace temer lo peor para los dueños de esas prendas.
Por lo anterior, si la autoridad calificó el rancho de Teuchitlán como lugar de entrenamiento, se infiere que lo hizo por investigaciones y concluyó en que las entrenadas eran para actividades ilícitas como el sicariato.
Por ello es racional inferir que quienes no hayan aprobado los exámenes, lo probable es que los hayan eliminado o exterminado, que una palabra es sinónimo de la otra.
Y ahora viene lo comprometedor, y esto es que en lo sucesivo, en las agencias del Ministerio Público lo mismo federales que del fuero común, habrán de darle trámite inmediato a las denuncias que les presenten por desapariciones.
Porque por la indolencia con que las atendieron se multiplicaron los casos de desaparecidos, y los que fueron encontrados fue ya sin vida.
No podrán decir que se están enfrentando a un nuevo tipo de delito. Las tumbas de San Fernando en el 2010 fue un acto de barbarie, al igual que los desaparecidos de Ayotzinapa en el 2014, así como los calcinados de Camargo en 2021, y en este calendario, el lugar de “entrenamiento” en Teuchitlán, y recientemente el horno crematorio en una colonia de Reynosa, son pruebas abrumadoras de la existencia de lugares de exterminio o de entrenamiento, según el gobierno federal.
En resumen, esos actos de barbarie no se puede permitir se repitan. No, si quieren evitar que venga una comisión de la ONU a investigar lo que a la autoridad investigadora no le interesó.
DOS ‘SHEINBAUNAZOS’
Poco después de la desatención de los Nostálgicos del Poder a la presidenta Claudia Sheinbaum allá en el Zócalo, se dieron dos eventos que anticipan el inminente quiebre entre Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador.
Lo anterior se deduce del hecho conocido de que en política no se dan las coincidencias, y sí respuestas en forma de sopapos a quienes desafían al Águila Presidencial.
Porque el que elementos de la Marina, después de la grosería del Zócalo se hayan enterado que en la refinería de Ciudad Madero estaban ingresando barcos con gasolina sin justificar su importación, le vino a pegar a los intereses de personajes que es pública y notoria su amistad con Andrés Manuel López Beltrán.
Como tampoco parece ser coincidencia que miembros del Ejército y Guardia Nacional, descubrieron un narco laboratorio en un lugar de Zacatecas, feudo de los Monreal.
Casualmente, Ricardo Monreal fue uno de los que por estar posando para la foto no se dieron cuenta que la presidenta Sheinbaum pasó a sus espaldas.
Así que, a raíz del par de “Sheinbaunazos”, y sin necesidad de visitar el oráculo, se puede pronosticar que los Nostálgicos del Poder andarán de capa caída.
Y ese declive se materializará cuando en el verano del 2027 se decida quiénes serán los candidatos a gobernador por el Morena, en 14 entidades donde habrá ese tipo de elecciones.
Me late que a los majaderos del Zócalo no los tomarán en cuenta, lo que propiciará que sí opinen los gobernadores o jefes morenistas en los Estados.
CARMEN LILIA Y CARLOS PEÑA,
EN EL HANDICAP ESTATAL
Aunque la fecha de inicio del proceso electoral para la gubernatura de Tamaulipas está distante, en lo político no es así.
Sucede que el proceso de referencia inicia el primero de octubre del 2027, pero tornarse en un aspirante con posibilidades lleva su tiempo.
Y si bien por el Morena ya despuntan los senadores Olga Sosa y José Ramón Gómez Leal, de entre los alcaldes ya asoman Carlos Víctor Peña Ortiz, de Reynosa, y Carmen Lilia Cantú Rosas, de Nuevo Laredo.
Ambos ganaron la elección y luego la reelección, y aunque hasta hace un mes o dos no daban trazas de intentar sumarse al handicap estatal, alguien les habrá dicho que “ahora es cuando”.
¿Y POR QUÉ?
Pues porque no sería inteligente que Luisa María Alcalde Luján, la presidenta del CEN del Morena, le lleve a Claudia Sheinbaum, la jefa máxima de los guindas, solo un prospecto y una sola prospecta para la candidatura a gobernador de Tamaulipas.
De acuerdo a la lógica y la experiencia, se presenta una terna para que la jefa seleccione -lo de resolver de acuerdo a las encuestas es puro simulacro-, y en consecuencia, por cosas de la equidad de género tendrá que haber dos ternas: una de varones y otra de mujeres.
Y de conformidad a lo anterior es lógico y racional estimulen a Carlos Víctor Peña Ortiz y a Carmen Lilia Cantú Rosas, externen sus aspiraciones. Con las de ambos, ya habrá dos aspirantes por cada sexo.
Como faltarán otro hombre y otra mujer, ya se verá si salen de la próxima camada de diputados federales, con lo cual las ternas quedarían integradas, la de mujeres con una senadora, una alcaldesa y una diputada federal. Mientras que la de varones igual, un senador, un alcalde y un diputado federal.
Como puede verse, Carmen Lilia y Carlos Víctor no son ilusos.
Y hasta la próxima.