
o que el mundo le demanda a sus ciudadanos es que se sometan al imperio de la ley, no que sean ángeles.
Una persona que se pasa un semáforo en rojo, debe ser multado. Se pide al conductor que acepte el castigo y lo pague. Así aprenderá a respetar a la sociedad.
Las personas se equivocan, afectan a los demás y, dependiendo de la gravedad de la falta, según los códigos establecidos, se le aplican sanciones.
No deben buscar evadir la acción de la justicia, mediante actos de corrupción, como el soborno.
La convivencia ciudadana armónica reside en esa capacidad general para respetar la ley.
Los criminales deciden vivir por su cuenta, fuera de la sociedad y por eso se les persigue, por indeseables.
Ricardo Ferretti Oliveira, entrenador de Tigres, incurrió en una falta mayor en el pasado juego del viernes 16 de agosto, en el que su equipo fue vapuleado por Santos 3-0.
En el cotejo dirimido en el Estadio Corona, de Torreón, el estratega fue hostigado por los aficionados y respondió arrojándoles el contenido de una botella con agua.
La Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Futbol decidió suspenderlo tres partidos, como una sanción que creyó justa por el exabrupto.
Ferretti reconoció que estaba mal, pero no se mostró arrepentido.
Lo que hace el director técnico felino es refrendar su falta de compromiso con el orden. Supongo que ha decidido no hacer un acto de contrición, al considerar que las autoridades del estadio de Santos no lo protegieron, como estaban obligados a hacer.
Es cierto que la temperatura en el futbol permite que haya correspondencia de imprecaciones entre la tribuna y el banquillo. Pero los usos y costumbres en México han dictado que mientras el intercambio sea verbal, no hay motivo de reproche. El aficionado puede avanzar un poco más. Se aceptan las agresiones con líquidos desde las gradas. No debieran existir, pero han sido indebidamente tolerados hasta ahora.
En cambio, del banquillo hacia arriba no puede haber agresiones materiales, ni siquiera con gesticulaciones.
Se entiende que el público, por ser el ente que mantiene vivo al futbol, tiene muchas libertades. Los futbolistas y cuerpo técnico le permiten que se propase, debido a que la masa está amolada y los integrantes de los equipos, que ganan muy bien, pueden tolerar insultos. De cualquier manera mensualmente seguirán cobrando millonadas, a costa de la afición.
No está bien, pero así se ha aceptado.
Ferretti en muchas ocasiones ha pasado los límites tolerables. Es un tipo de mal carácter. No es que sea temperamental, como dicen. Simplemente tiene nula tolerancia a la frustración.
Ha insultado a la prensa. Ha intercambiado maldiciones con los aficionados en su estadio y en ajenos. Sus jugadores lo ven como un energúmeno.
Pero su condición de natural irritable no le permite propasarse con el entorno, como lo ha hecho en muchas ocasiones, para después decir que hizo mal.
Creo que no escarmentará con este castigo.