Cuando esta edición esté en circulación habrán comenzado las campañas para gobernador, alcaldes y diputados locales de Tamaulipas con los registros de todos los candidatos. Pero siendo honestos, la contienda estará entre dos gallos: Rodolfo Torre Cantú, de la alianza PRI-Verde-Panal, y el senador con licencia José Julián Sacramento Garza, sin duda el mejor abanderado que ha tenido el PAN en su historia.
Aunque los resultados de los sondeos o encuestas serias pongan contentos a unos y molestos a otros, Torre Cantú llevará la ventaja cuando el réferi de las elecciones, el Instituto Estatal Electoral de Tamaulipas (Ietam), de la voz de arranque en la carrera por la sucesión de Eugenio Hernández Flores.
En la semana del 3 al 7 de mayo, los candidatos se registrarán ante el Ietam, y con ello empezarán formalmente las hostilidades que culminarán con la cita a las urnas el 4 de julio próximo, en las elecciones más difíciles en muchos años por factores externos que ha padecido la ciudadanía los últimos meses.
Según las cifras del sonde de Hora Cero y una reciente encuesta publicada por el periódico Milenio de Tampico, Torre Cantú tendría una ventaja de entre 26 y 30 puntos ante Sacramento Garza, números que seguramente se modificarán cuando ambos empiecen a sudar la gota gorda y a desgastar suela recorriendo el Estado en busca de simpatías.
En la pasada edición de este periódico se publicó que el candidato del PRI tenía un 60.4 por ciento de preferencias contra 30.2 del aspirante de Acción Nacional, es decir, una ventaja de 30.2 puntos exactos.
Muy lejos estaba el ex panista, Julio Almanza Armas, con 4.8 por ciento, candidato del PRD, y a muchos años luz los otros de Convergencia (Alfonso de León Perales) y del Partido del Trabajo (Armando Vera García), con 2.4 y 2.2 por ciento, respectivamente.
El ejercicio de opinión pública de Hora Cero se hizo entre el 1 y el 13 de abril, en un universo de dos mil 928 personas encuestadas en 13 municipios de Tamaulipas, potenciales votantes con credencial de elector vigente.
Días más tarde Milenio Tampico avaló los resultados de nuestra empresa, con una encuesta realizada entre el 13 y el 16 de abril, entrevistando a un número bastante menor al sondeo de Hora Cero: 600 habitantes del Estado.
Sus cifras fueron las siguientes: Torre Cantú 49.8 por ciento, Sacramento Garza 31.4 por ciento (1.0 por ciento más que Hora Cero); PRD con 3.5, Convergencia 1.8 y PT con 1.2 porcentual.
Sin embargo Milenio Tampico detectó en su trabajo 11 por ciento de indecisos que, si esa cifra fuera sumada a las preferencias obtenidas por el candidato del PRI, llegaría a 60.8 por ciento, apenas cuatro décimas por encima del resultado de Hora Cero.
Pero si se trata de ser equitativos y se reparten los 11 puntos entre el PRI, PAN y PRD, con siete, tres y un punto para cada uno, respectivamente, tomando en consideración los resultados de las últimas elecciones, las cifras de Milenio hubieran sido las siguientes:
Torre Cantú con 56.8 por ciento (60.4%), Sacramento Garza 34.4 (30.2%) y Julio Almanza con 4.8 (4.8%). Entre paréntesis están los resultados del sondeo de Hora Cero, por si hubiera alguna duda.
Según las experiencias de otros trabajos de opinión pública realizados por esta casa editora, se prevée que Sacramento Garza crezca, Torre Cantú tenga un ligero retroceso y Almanza Armas se mantenga.
Para refrescar la mente, hay que recordar que en las elecciones de 2004 Hernández Flores ganó la gubernatura de Tamaulipas con 57.6 por ciento de la votación. Un porcentaje que podría igualar Torre Cantú, aunque ¡aguas!, porque el clima de inseguridad puede hacer de las suyas y modificar tendencias. Una situación que seguramente favorecería al candidato del PAN.
Sobre Almanza Armas llama la atención que uno de sus principales colaboradores sea Enrique Duéñez Pérez, quien hace algunos años fue diputado local del PAN y presidente del Comité Directivo estatal. El matamorense relevó a Gustavo Cárdenas Gutiérrez en ese puesto cuando éste fue candidato al gobierno de Tamaulipas por segunda vez en 2004.
Días atrás Duéñez Pérez renunció al PAN para unirse a la campaña del candidato del PRD a la gubernatura, con un grupo de ex militantes albiazules de Reynosa y Matamoros que, aunque lo nieguen, estaban inconformes porque su amo y patrón, Francisco García Cabeza de Vaca, no fue el elegido para disputar la gubernatura.
La verdad es que Duéñez Pérez no tiene vergüenza, pues fue el mismo Cabeza de Vaca quien lo botó del PAN cuando el grupo Reynosa se apropió de las siglas azul y blanco entre 2004 y 2008.
Por cierto, Cárdenas Gutiérrez adelantó hace poco que su partido pagaría en las urnas los errores cometidos en la selección de candidatos. ¿Será acaso que dice eso porque no fue candidato a la gubernatura por tercera vez?
Se sabe que la relación con su cuñado, Sacramento Garza, no es de las mejores. Sin embargo antes de anticiparle su derrota mejor tendría que apoyar la causa.
Mientras tanto, el suspenso seguía en Acción Nacional por la falta de candidatos a alcaldes como en Ciudad Victoria, además de varios distritos locales.
Al mismo tiempo en los cuarteles del PRI ya se escucha el sonido de los tambores de guerra, con sus soldados de nuevo listos para dar la batalla. Su dirigente estatal, Ricardo Gamundi Rosas, no quita el renglón para llevarse el “carro completo” en el Congreso, siendo sus máximas preocupaciones algunos distritos de Tampico, Reynosa, Río Bravo y Valle Hermoso.
En cuanto a las alcaldías, Valle Hermoso, Río Bravo y Tampico, de las principales ciudades, podrían quitarle el sueño.
Por último, las carreteras de Nuevo León se han convertido en una trampa para civiles inocentes, ajenos a una guerra entre grupos que se han apoderado de esa entidad, que pocos años atrás era un ejemplo nacional por su próspera industria.
Pero en las últimas semanas transitar por la carretera libre o la autopista de cuota que une a Monterrey con Reynosa, de día y peor de noche, es ponerse en manos de la suerte. Como lanzar una moneda al aire. Una ruleta rusa.
El sábado 24 de abril cientos de automovilistas se quedaron varados por un enfrentamiento entre el Ejército Mexicano y civiles armados. Eran cerca de las seis de la tarde cuando la circulación fue impedida por personal de Caminos y Puentes Federales (Capufe).
En el kilómetro 118, para ser exactos y según testigos, se desató un verdadero infierno, cuando un convoy de cerca de 40 camionetas circulaban rumbo a Reynosa, habiendo salido de un punto del municipio de General Bravo.
Durante casi dos horas los empleados de Capufe y civiles afectados por el bloqueo escucharon ráfagas de ametralladoras, el estallido de granadas y, sobre sus cabezas, vieron sobrevolar los helicópteros de las fuerzas armadas en plena acción atacando y repeliendo las agresiones desde tierra con armas de grueso calibre tipo lanzamisiles.
Ese es el Nuevo León actual, donde un loco alcalde (Mauricio Fernández, de San Pedro Garza García), puso al descubierto que también en el PAN se cuecen habas, pues abiertamente dijo que tenía como informante a un miembro del Cártel de los Beltrán Leyva, alias “El chico malo”, recientemente detenido.
Un Estado que antes presumía estar a la vanguardia en muchos aspectos a nivel nacional, sobre todo en el ramo industrial, y ahora los empresarios y sus familias han buscado refugio en Estados Unidos por tantos secuestros, extorsiones y amenazas.
Dios agarre confesados a los habitantes de Nuevo León que, sin deberla ni temerla, creen estar en una zona de guerra. “A la buena de Dios”.
