En días recientes ha sido muy notoria la actividad tendiente a las elecciones para gobernador de Tamaulipas, mismas que se desarrollarán en el año 2022; con todo y que previamente habrá un proceso electoral muy intenso en el 2021 y, por tanto, el orden numeral no deja lugar a dudas de cuáles procesos electorales deben estar en la cabeza de los partidos políticos.
Por primera vez en nuestro Estado la elección de gobernador va en solitario, pero un año antes -en una sola jornada electoral- se elegirán 43 presidentes municipales, 22 diputados locales y 9 diputados federales. Resulta es lógico y natural pensar que los resultados de estos procesos marcarán línea sobre quién será el sucesor del gobernador.
Por lo tanto, las elecciones del 2021 y 2022 van prácticamente en paralelo, son como proyectos espejo, es decir: como se vean los partidos políticos en la primera de las elecciones se verán en la segunda, de ahí el por qué los prospectos para la candidatura a gobernador ya iniciaron sus respectivos planes, saben que lo que vayan armando servirá también para los candidatos en el 2021, y estos les dejarán el camino hacia la gubernatura ya sea pavimentado o en condiciones intransitables.
Lo que hoy en día agobia a los tamaulipecos es la inseguridad, los resultados de la encuesta del Inegi delatan ese sentimiento, nomás que una cosa es la preocupación de los ciudadanos y otra lo que quita el sueño a los políticos, en la mente de éstos las ideas que se acumulan son de cómo obtener una candidatura, bien saben que no van solos -sobre todo en el PAN y MORENA-, ya luego vendrá el desasosiego por ganar las elecciones para lo cual van a requerir carretadas de billetes y habilidad para neutralizar los operativos electorales de los adversarios.
A grandes rasgos esta es la sinopsis que me describió el
oráculo y por lo mismo presagia tormentas políticas, resultando hasta insólito que con todo y las estrecheces presupuestarias y los dolores de cabeza que producen las células delincuenciales, abundarán los que en el camerino se descuenten al compañero con tal de subir al ring y pelear por el honor de ser alcalde, diputado o gobernador.
De veras, que el oráculo está consternado de ver tanto aspirante a héroe de la mitología política tamaulipeca.
¿Y LA REVOCACIÓN DE MANDATO?
Este es un factor que podría estropear lo ganado en las elecciones del 2021 y emparejar las circunstancias en las del 2022, ya que este proceso está contemplado para desarrollarse en la última semana de febrero o la primera de marzo del 2022 o sea, casi al inicio de la campaña para gobernador.
Lo interesante es que AMLO sea ratificado por los electores de Tamaulipas como presidente, eso dejará sembrado el camino para que en la elección de gobernador el candidato morenista coseche abundantes votos, un embate que hará crujir a la hoy maciza estructura azul.
Pero vayamos por partes. En virtud de que para que el INE coloque sus casillas electorales en febrero o marzo del 2022, se requiere que entre el primero de noviembre y el 15 de diciembre del 2021 el 3 por ciento de la lista nominal de electores exprese su deseo de que el presidente López Obrador se someta al proceso de revocación de mandato, requisito que los amloístas lo cubrirán sin despeinarse y así le darán una satisfacción al jefe.
AMLO está tan seguro de que lo ratificarán como presidente, que cedió a las modificaciones de panistas y priistas, no obstante él quería que ese proceso se llevara a cabo el mismo día que la elección de diputados federales, cosa que paniqueó tanto a tricolores como azules y al negarse ambos, AMLO les reviró que no había cuete, que fuera el 21 de marzo, o sea la fecha del natalicio de Benito Juárez pero la respuesta tricoazul fue que tampoco.
Entonces para que ya no le dieran más vueltas al asunto, propuso que en el 2022 y ahí sí accedieron, aunque no tomaron en cuenta que tal decisión va a influir en las elecciones para gobernador de Tamaulipas, a lo que el Comandante Azul ha de estar diciendo “¿y yo qué culpa tengo?”.
¿Y RODOLFO GONZÁLEZ VALDERRAMA?
Bueno, el director de Cine, Radio y Televisión del gobierno federal, tras surcar el cielo tamaulipeco con la “Jaiba Señal”, se dejó venir para Reynosa en donde tuvo un encuentro con morenistas y luego otro con apartidistas que radican en Mission y McAllen.
Cuentan que causó buena impresión por ser un hombre de hablar moderado que denota no dar pasos sin autorización, y por su formación profesional ya tiene la radiografía social y política de Tamaulipas, sabe que el PAN está entronizado y que en las elecciones no van a pelear con gente de carquis, sino con tipos al estilo del cavernario Galindo o el perro Aguayo, pero también no le pasa de noche que los tamaulipecos están decepcionados por los vientos del cambio que lo único que modificó fue a los beneficiarios, o sea, expulsaron a los que estaban para entrar ellos y hacer lo mismo.
Entonces entre la decepción ciudadana y la revocación del mandato, la ahora poderosa máquina electoral azul podría descarrilarse en las elecciones del 2022, pero González Valderrama afirma que no deben apostarle solamente a esos dos factores, porque antes están las elecciones del 2021 en las que sus correligionarios van a tener que arar y dejarse de cerrazones, sino los van a volver a planchar como en las elecciones del pasado dos de junio; lo anterior no es solamente del conocimiento de él, sino también de los otros prospectos morenistas como Héctor Garza González, José Ramón Gómez Leal y Américo Villarreal Anaya.
¿ Y LA COMAPA APÁ?
Cuentan que en una ocasión siendo Francisco García Cabeza de Vaca candidato a gobernador, al pasar por la Comapa Reynosa le dijo a su cuate Jesús María Moreno Ibarra: “mira, esto alguna vez será tuyo”, y lo cumplió, nomás que al Chuma le entregaron un organismo para el arrastre o más bien para la liquidación, que por las cada vez más frecuentes fallas en sus servicios de agua y drenaje sanitario hasta dan la impresión de que son deficiencias deliberadas para ir preparando la circunstancia de privatizarla.
Cosa que los usuarios -sobre todo los que sí pagan los servicios-, seguramente aplaudirán porque ya no hay día en que no falte el agua por algún sector de la ciudad aún sin atravesar por la temporada veraniega, y es que la actual forma de administrar la Comapa es ya plenamente inoperante técnica y financieramente, entre sus tres sindicatos y la plantilla de aviadores o empleados que no hacen nada, que viene siendo lo mismo, ya tienen al organismo al punto de una inevitable liquidación.
O la privatizan o esperan una ayuda divina consistente en que se aparezca por las oficinas de la Comapa la Virgen de Guadalupe, entregando un cheque por mil millones de pesos, aunque luego tendría que hacernos el milagro completo para que luego los aplicaran con eficacia y sin los consabidos moches. En resumen, la Comapa Reynosa está lista para su privatización.
LAS VICISITUDES DE AMLO
Me parece que no hay duda alguna que la política social del presidente AMLO consiste en disminuir la brecha entre ricos y pobres, y no quitando a los primeros para dárselo a los segundos, puesto que el segmento de los del 1 por ciento no ha sido molestado ni en sus bienes o en sus derechos, aunque los que hicieron negocios bestiales con los gobiernos neoliberales, debieran aceptar que eso ya se acabó, pues recurrir a los ataques sistemáticos por medio de la prensa chayotera o a los amparos para retrasar obras, es una estrategia inconducente que luego puede provocar a los Jokers que andan por aquí y por allá.
El mandatario de la nación sigue contando con un amplio respaldo social con todo y el Culiacanazo, tan así que los alcaldes que fueron a escandalizar en el palacio nacional con el pretexto de pedir mayor presupuesto, fueron retachados y previamente gaseados sin que los ciudadanos de los municipios que gobiernan se desgarrraran las vestiduras, es más, hasta se alegraron porque les recetaron una sopa de su propio chocolate.
Pero hay anda Francisco Elizondo el presidente del PAN en Tamaulipas, encandilando a los alcaldes azules a que insistan en la petición de pedir más presupuesto que al cabo la dirigencia azul les va tirar esquina. Creo que mejor sería que los exhortaran a transparentar el gasto y despojarse de lo suntuario, para que con números y razones sencillas convenzan al gobierno federal que aún siendo honestos no les alcanza para los gastos. Los alcaldes de Nuevo Laredo y Ciudad Victoria no son propiamente la solvencia moral andando.
Hasta la próxima.