La idea de unir los océanos Atlántico y Pacífico a través de un canal no era nueva; desde el siglo XVI, el rey Carlos I de España ya soñaba con el ambicioso proyecto. Sin embargo, fue hasta principios del siglo XX que el proyecto realmente tomó forma, tras décadas de intentos. La clave del éxito estuvo en el perfecto “timing” de avances tecnológicos, planificación meticulosa y adaptación a los retos del entorno.
Cuando Estados Unidos asumió la construcción en 1904, aprendieron de los errores franceses, cuyo intento había fracasado debido a la falta de planificación para enfrentar las enfermedades tropicales y la complejidad geográfica. En cambio, los ingenieros estadounidenses incorporaron innovaciones como esclusas elevadas, sistemas hidráulicos precisos y un diseño modular. Además, priorizaron la salud pública con campañas masivas de erradicación de enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla, lideradas por el médico William C. Gorgas.
El canal, inaugurado en 1914, requirió una sincronización perfecta entre diseño, maquinaria, personal y recursos. Cada paso fue milimétricamente calculado, desde las explosiones controladas hasta la construcción de las esclusas que permitirían a los barcos cruzar la cordillera. Un solo error o un desfase en el cronograma podría haber significado un desastre.
El Canal de Panamá no solo representa un ejemplo de ingeniería brillante, sino también de cómo un proyecto de esta magnitud solo puede completarse con una planificación impecable y la capacidad de adaptarse a los imprevistos.
Hace un par de semanas aproximadamente, la senadora tampiqueña Olga Sosa tuvo la atinada decisión de invitar al presidente del Senado, su compañero y amigo, Gerardo Fernández Noroña, a Tamaulipas. En cualquier otro momento, invitar a tan flamante personaje solo hubiera sido pirotecnia, pero Noroña ha sido la gran sorpresa de la política de los últimos tiempos, inclusive todo el mundo hubiera pensado que su paso por la presidencia hubiera sido una calamidad, pero no, opacó a quienes apostaban a su debacle.
Olga Sosa lo trajo a Tamaulipas en un momento perfecto, lo placeó por las ciudades más importantes del Estado, le prestó cancha a sus compañeros y compañeras senadoras, a los alcaldes, a los diputados locales y a todos los que se deben de incluir en una gira que se usó con el pretexto de hablar de las reformas que ha presentado Morena en el Senado.
Olga ha trabajado en los últimos años en la construcción de su proyecto hasta ahora con timing perfecto, igual que sucedió con la construcción del Canal de Panamá, ha sido meticulosa con su estrategia, ha observado el entorno y se ha sabido adaptar a él, se ha hecho de aliados importantes, y tiene claro que los grandes logros requieren tiempo, estrategia y una ejecución precisa.
Olga está recorriendo el territorio, ocupando agenda con cosas importantes, hasta el día de hoy no hay algo que se le pueda regatear, Olga tiene la certeza de que cada pieza del rompecabezas político debe encajar en el momento adecuado.
Aún falta mucho por recorrer, mucho por afianzar y mucho por cohesionar, a este paso, la construcción de su gran obra puede tener fecha de culminación y fecha de inauguración. Ya veremos.
Reenviado
“La excelencia no es nunca un accidente. Siempre es el resultado de una alta intención, un esfuerzo sincero y una ejecución inteligente.”
– Aristoteles