
¿Qué estaba haciendo José Manuel García Cabeza de Vaca cerca de la planta de Petróleos Mexicanos el día de la explosión, del lado poniente de la carretera a Monterrey? Con toda seguridad no fue a darle el pésame a los familiares de las víctimas ese martes 18 de septiembre.
El hermano mayor del corrupto ex alcalde de Reynosa, mejor conocido como “el señor de los contratos”, estaba muy pendiente de que sus intereses dentro de las instalaciones de Pemex estuvieran fuera del alcance de las llamas, mientras que a esas horas las cifras preliminares eran de 10 muertos y 42 heridos.
Dentro de una camioneta Toyota color blanco, José Manuel llegó hasta donde los elementos de la Policía Federal y del Ejército se lo permitieron, exactamente en el segundo retén localizado frente a una cementera.
En Reynosa y la Ciudad de México es conocido que los Cabeza de Vaca vieron en la construcción del Centro Receptor de Gas de la Cuenca de Burgos otro de sus millonarios negocios sucios, recomendando a amigos para realizar obras a cambio de moches. Y lo peor, sin experiencia en el ramo.
Por eso mismo, cuando José Manuel supo que la planta de la paraestatal había explotado cerca de las 11:00 horas, se dirigió al lugar del siniestro para verificar personalmente su origen, sobre todo si tenía que ver con las áreas donde sus recomendados hicieron obras.
Y mientras las familias de los desaparecidos, los días posteriores, exigían que los funcionarios de Pemex y las autoridades estatales sobrevolaran los alrededores de la planta en busca de los suyos, el corrupto ni se inmutó y rentó una avioneta para un viaje privado. Sucedió el jueves 20, dos días después de la tragedia.
Y vienen los detalles sobre ese viaje de placer: Francisco García Cabeza de Vaca, actual senador, mostró su verdadero lado inhumano al gastar el dinero que tanto le sobra producto de sus pillerías, y se fue cuatro días de vacaciones en un avión privado saliendo del aeropuerto internacional de Reynosa.
Acompañado de tres personas partió con destino a las paradisiacas playas de La Pesca, Tamaulipas, a pasar un fin de semana largo de jueves a domingo, mientras en Reynosa la desesperación de amigos y familiares de los desaparecidos era: “¡Qué alguien nos preste una avioneta para sobrevolar la zona!”.
El corrupto ex alcalde ni siquiera se inmutó –y de seguro ni se enteró– de la necesidad de las personas que buscaban a sus esposos e hijos durante esas horas de verdadera angustia y profunda tristeza.
Unas personas que se encontraban en la terminal internacional ese jueves 19, al reconocer al senador dirigiéndose al hangar de la compañía aérea privada, muy sonriente y muy quitado de la pena, preguntaron por curiosidad sobre la bitácora de vuelo.
Y ¡vaya sorpresa! Casi se iban de espaldas. Cuándo los reynosenses se podían imaginar que Cabeza de Vaca andaba cerca de los familiares ofreciendo todo su apoyo y poniendo a su disposición aeronaves de todos los modelos para realizar los vuelos que demandaba la gente; éste agarró un avión para pasar un inolvidable fin de semana largo.
El avión privado donde iba Cabeza de Vaca y sus tres acompañantes a La Pesca, en donde seguro tiene propiedades que compró con dinero mal habido, regresó el domingo 23 y de nuevo, otros testigos, vieron puras caras de felicidad, mientras en algunos hogares era todo lo contrario: llanto, desesperación y luto.
Este el el verdadero rostro de un individuo que se metió a la política para robar a manos llenas, con la complacencia de dos gobiernos del PAN a nivel nacional. Y que por culpa de la mayoría de los tamaulipecos que votaron por él, ahora está en el Senado de la República.
La otra cara de la moneda fue la gestión que encabezó José “Pepe” Elías Leal, en su calidad de delegado de la Secretaría de Desarrollo Social de Tamaulipas en Reynosa, quien pidió el apoyo de un helicóptero de Protección Civil para hacer varios sobrevuelos por los alrededores.
En estas labores de asistencia a las familias hay que reconocer al gobernador Egidio Torre Cantú, quien instruyó a “Pepe” Elías a brindar todo el respaldo necesario, además de que vino el mismo día de la tragedia a acompañar en un recorrido al director general de la paraestatal, Juan José Suárez Coppel.
El único que brilló por su ausencia fue el presidente Felipe Calderón Hinojosa o su esposa Margarita Zavala, quienes en otros hechos similares están en la punta del grito, como pasó en el incendio del Casino Royal en Monterrey.
Sin querer queriendo, como dice El Chavo del Ocho, “Pepe” Elías dejó un buen sabor de boca entre los habitantes de esta frontera al aparecer en las noticias a bordo del helicóptero del Estado, así como Aída Zulema Flores Peña, secretaria del Ayuntamiento de Reynosa.
Ambos estarían muy disponibles el próximo año cuando el Partido Revolucionario Institucional decida sobre los candidatos a la alcaldía y a las diputaciones locales.
En Matamoros Héctor Silva Santos, hermano del ex alcalde Erick, levantó la mano y dijo que aspirará a la candidatura tricolor para la grande.
Hay que recordar que durante la administración de su carnal, Héctor tuvo un papel protagónico llevando beneficios a los sectores sociales vulnerables. Y hasta se manejó que pudo haber sido el sucesor de Erick o, de consolación, una diputación que nunca se concretó.
Con la llegada de Jesús de la Garza Díaz del Guante a la titularidad de la Oficina Fiscal en esa ciudad, de nuevo el ex diputado y ex gerente de la Junta de Aguas y Drenaje (JAD) sonará para suceder a Alfonso Sánchez Garza cuando lleguen los tiempos de cambios de alcaldes.
Aunque los más fuertes como candidatos, en estos momentos, serían el legislador local, Carlos Valenzuela, y el ex coordinador estatal de las pasadas campañas y ex secretario del Trabajo, Raúl González García.
Pasados el Desfile del 20 de Noviembre, las Posadas, la Navidad y el Año Nuevo, el PRI en Tamaulipas entrará en ebullición.