
Araíz de que el PAN fue pulverizado en Tamaulipas el pasado 6 de junio, el Morena emergió como el partido político dominante y con tendencia al predominio, algo que podría derivar en un perjuicio para la ciudadanía, si no toman con la debida reflexión quien será su candidato a la gubernatura, porque los tamaulipecos ya no aguantan otro gobernante como los últimos 4, quienes en materia de seguridad cada uno de ellos aportó su “granito” de arena para que gobernar ésta entidad sea una tarea muy paletosa.
Y es que con eso de que Mario Delgado Carrillo, presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Morena anunció que el candidato a la gubernatura saldrá de una encuesta, si bien eso por un lado garantiza postular un candidato popular, por el otro, como la popularidad no es sinónimo de eficacia, resulta sumamente riesgoso arribe al Palacio de Gobierno alguien sin la debida forja.
De ahí que por la anterior circunstancia, la alternativa del Morena de ganar con cualquiera de sus prospectos o prospectas no es una decisión responsable ni para los tamaulipecos ni para con ellos mismos, pues aún ganando podrían terminar perdiendo la guerra y lo que es peor, en detrimento del ciudadano, si llegara al Palacio de Gobierno alguien sin el adecuado bagaje para gobernar de forma diferente a los últimos 4.
En todo caso el Morena debería pulsar entre la ciudadanía para que externen tres de sus principales preocupaciones, y que de todos los prospectos registrados a cuál consideran el más apto para afrontarlos sería una encuesta no para empresas patito o que recurren al “Call Center”, sino para firmas responsables y que trabajan exhaustivamente en territorio, o sea, platicando con la gente en forma directa.
Posiblemente en esa encuesta emerja como triunfador no el de mayor popularidad, pero con el crecimiento de la estructura morenista a partir de octubre próximo, la oferta guinda permeará entre las bases sociales, y entrará en las clases medias y empresariales como cuchillo caliente en mantequilla, porque verían a un candidato con destreza política y consciente de lo que le espera.
INDISPENSABLE UN DEBATE
Pero antes de llevar a cabo la encuesta que según Mario Delgado Carrillo será en noviembre próximo, el CEN morenista debiera organizar un debate sobre cómo gobernar, entre las y los prospectos que hayan levantado la mano, que para un correcto desarrollo deberán ser admitidos cinco a lo sumo, aceptar más se convertiría en una algarada que terminaría provocando soñolencia y por ende siendo intrascendente.
No se trata de montar un escaparate para ver quién es más perico ni tampoco más entrón, nada de eso, el encuentro sería para que los participantes demuestren sus destrezas, derivadas obvio de sus experiencias, así como la solvencia moral con que se han desempeñado dentro del servicio público, exponiendo también el conocimiento de los principales problemas que aquejan a los tamaulipecos, y
cómo le van a hacer para resolverlos.
Y es que esta entidad ya no está para gobernadores que pavimentan calles y construyen edificios, o que impulsan la inversión. De ésos ya tuvimos cuatro y Tamaulipas no está en el nivel que le corresponde, aparte de que dos de ellos están privados de su libertad esperando sentencia, al tiempo que el actual se refugió en el fuero para evadir comparecer ante el juez que le giró una orden de captura.
O sea, que tres de cuatro gobernadores estén en líos con la justicia es algo penoso y denigrante, que si no está la cuarteta es porque Egidio Torre Cantú salvó la zalea por esos arreglos que se dan en política, aunque por lo anunciado por Alejandro Rojas Díaz-Durán, a Egidio le espera una entrevista con el Ministerio Público y con ello el fin de la impunidad de que ha venido gozando.
Por lo tanto, el Morena con todo y las altas probabilidades que tiene de ganar la elección de gobernador, no debe postular un candidato guiándose solamente por el resultado de una encuesta, pues si el ganador es aparte el de mayor popularidad también el más apto: excelente, pero si no, la lógica y la experiencia aconsejan postular al adecuado para gobernar una entidad tan paletosa como la nuestra.
En serio, Tamaulipas ya no aguanta otro gobernador como los últimos cuatro.
LAS EXPECTATIVAS DE OCTUBRE
A partir del primero de octubre próximo hay un nuevo Congreso del Estado compuesto por 36 diputados locales, de ellos 18 son morenistas, 12 panistas, 3 del PT, 2 del PRI y 1 del Movimiento Ciudadano, es decir, un poder legislativo con predominio guindo y con el apoyo de su aliado el PT le faltará solamente un diputado para tener la mayoría calificada, el que puede salir del MC o incluso de algún despechado del PAN.
Pero para las decisiones por mayoría como son la aprobación del presupuesto, leyes y decretos, calificación de cuentas públicas y nombramiento de gobernador interino, la fracción guinda no requiere de nadie, y esto es lo que alienta expectativas con el próximo Poder Legislativo de Tamaulipas.
Que si bien el respetable público que acude a las sesiones del Palacio Legislativo no espera que los diputados guindos lleguen con la espada desenvainada, sí anima ver que traigan con el mecate corto al Poder Ejecutivo, empezando con el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, porque una cosa es conciliar por el Bien de Tamaulipas (ojo Armando Zertuche), y otra sucumbir a los encantos y trucos de César Verástegui, que por cierto denota mucha confianza en sus capotazos.
Dice certero apotegma popular: no hagas cosas buenas que parezcan malas. Y cuidado Zertuche, va de por medio tu futuro político, porque el del Comandante Azul está en manos de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que están por desenmarañar la enredada sentencia del Ministro González Alcántara, quienes precisarán cuáles son los alcances del artículo 111 constitucional:
Si con la declaración de la Cámara de Diputados se eliminó el fuero de García Cabeza de Vaca, o es menester que lo refrende el Congreso del Estado.
En el supuesto de que con la determinación de la Cámara baja los Ministros consideren es suficiente, el juez federal de Reynosa que admitió el amparo del gobernador en automático le negará la protección de la justicia federal, y el nuevo Congreso del Estado por mayoría tendrá que designar un gobernador interino (¿un morenista?), mientras García Cabeza de Vaca está sujeto a proceso penal, que si culmina en sentencia absolutoria, reasumirá su función.
Pero esta es otra historia aparte de la que se escribirá a partir de octubre próximo, en que por primera vez en Tamaulipas, un gobernador no tendrá a su disposición al Congreso del Estado. Hay interés por ver si se comportan obsecuentes o traen con el mecate corto al Poder Ejecutivo. Y hasta la próxima. v