Si bien para la elección de senador por Tamaulipas se pronosticó una victoria inobjetable para el Morena y su candidato José Ramón Gómez Leal, lo que registró la jornada electoral del pasado día 19 de febrero fue una debacle política que prácticamente dejó al PAN sin rumbo ni expectativas, a la deriva, para las elecciones del 2024, de tal forma que ya es generalizada la visión de que el precitado partido va por el mismo camino, el cual, desde la elección del 2016 no ha parado de perder votantes.
Y es que ni en su peor pesadilla Francisco García Cabeza de Vaca y su pandilla soñaron una catástrofe electoral como la del “19 de febrero”, ya que la candidata Imelda Sanmiguel solamente ganó en 6 pequeños municipios (Bustamante, Miquihuana, Nuevo Morelos, Xicoténcatl, Méndez y Güémez), en los otros 37 los derrotaron y en la sumatoria final el Morena y J.R. les pasaron por arriba en proporción de 3 a 1.
Pero no es todo, porque al final de la jornada comicial el panismo registró casi 130 mil votos que de esa cifra habrá que descontar los 25 mil del PRI, y por lo tanto, el voto duro del partido azul hoy está reducido a 105 mil sufragios, una cifra que lo hace ver como nave frágil, a la deriva sin expectativas de recuperar en las elecciones del próximo año la fortaleza que mostró en la elección de gobernador en el año 2016.
Cierto que no es lo mismo el interés que la elección aislada como lo fue la de senador, y otra el carnaval electoral del 2024, en donde la comparsa principal será la presidencial, seguido por la de los tres senadores, las ocho diputaciones federales, las 43 presidencias municipales y las 36 diputaciones locales.
La anterior concurrencia electoral, es lógico suponer incrementará el 21 por ciento de votantes de la pasada elección, hasta un 50 por ciento, sin embargo, para que los candidatos panistas puedan meterse en la pelea tendrían que obtener cuatro veces más de los votos que compilaron y ahí está un obstáculo que parece insalvable, porque por un lado, en la elección para presidentes municipales del año 2021, los gallos azules fueron desplumados en seis de las ocho principales ciudades (Reynosa, Nuevo Laredo, Matamoros, Ciudad Victoria, Ciudad Madero y Altamira), solamente en Tampico y el Mante evitaron la derrota, pero en la debacle del “19 de febrero” del año en curso, los vapulearon ahora sí en las 8 ciudades.
Por ende, no se requiere acudir ante el Oráculo para que nos diga lo que sucederá por Tamaulipas en junio del próximo año, pues todo indica que en esa elección hasta con la mayoría calificada en el Congreso del Estado se quedará el Morena.
En resumen, como las victorias al igual que las derrotas no son para siempre, el PAN puede levantarse si logra deshacerse de la nefasta manada bovina que en sólo seis años dilapidó el capital político que mostraron en el 2016, porque además García Cabeza de Vaca, por un lado, tiene a su padrino Felipe Calderón prácticamente juzgado por la opinión pública como encubridor en el mejor de los casos de Genaro García Luna, mientras que por el otro, el amparo que promovió en el Juzgado Octavo de Distrito para invalidar la orden de captura que pesa en su contra, hasta el día 20 de febrero no había
sido resuelto.
LES PASA LO QUE AL PRI
Pero lo que ya es evidente es que el PAN va siguiendo los pasos del PRI, partido que perdió la gubernatura en el 2016, y cuyos militantes comenzaron a esfumarse y hoy los tiene cerca de las exequias, como lo demuestran los números de la elección para senador, pues contribuyeron a la causa con poco menos de 25 mil votos, una cifra que lo relega al cuarto lugar. El Partido del Trabajo ya tiene más votantes que el otrora poderoso PRI.
Lo mismo está aconteciendo con los azules, quienes desde la elección del 2021 perdieron fuelle, al caer en seis de las principales ocho alcaldías; en el 2022 la gubernatura y en el 2023 la senaduría en 37 de los 43 municipios. Por lo que con esos antecedentes bien se puede decir que van siguiendo la ruta del PRI, de forma que salvo en Reynosa y Tampico, pujarán para encontrar prospectos para la presidencia municipal, aunque por las candidaturas plurinominales se pelearán hasta con los dientes.
OPOSICIÓN EN PICADA
La sentencia condenatoria en contra de Genaro García Luna hizo sonar a la llamada oposición como jarro rajado, provocando una replegada para no hablar sobre un tema que les afectó sobremanera por la obvia deducción, de que ni el alma más ingenua creerá que quien fuera director de la Policía Nacional en el sexenio de Vicente Fox, y luego secretario de Seguridad Pública en el de Felipe Calderón, anduvo tomando decisiones sin poner al tanto a quienes fueron sus jefes máximos.
Y es que una cosa es brincarse al jefe inmediato y otra al presidente de México.
Tan no hay quien crea tal cosa, que el 85 por ciento de los mexicanos consideran que se debe enjuiciar a Calderón, una creencia que lógicamente equivale a un misil detonando en la línea de flotación de la ya de por sí endeble nave de la oposición, porque vaya si va a ser un fardo esa creencia popular.
No es lo mismo suponer que García Luna se coludió con grupos delincuenciales, que disponer de datos concretos, como lo es la sentencia de la Corte de Nueva York, que por muy discutible que sea ya resolvieron, lo vieron culpable y que cunde el pánico en la Cámara de Diputados, en donde los legisladores panistas materialmente salieron en fuga al enterarse en plena sesión de la condena a García Luna.
En resumen: con García Luna entambado, con Felipe Calderón y Ricardo Anaya prófugos, al igual que otras figuras menores como Francisco García Cabeza de Vaca, no habrá mecenas que le apuesten a la suerte de la oposición por mucha que aborrezcan a todo lo que huela a López Obrador, que por cierto dos corcholatas se reunieron: Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal en el Palacio de Gobierno de la CDMX, donde posaron para la foto. Obvio, ya se arreglaron.
EL HANDICAP MUNICIPAL
En tanto el hándicap Reynosa ya inició al concluir la elección para senador y pone en la delantera a José Ramón Gómez Leal, aunque él en una conferencia en Cd. Victoria externó que su pensamiento está en la senaduría, de lo cual se infiere que, si no cambia de planes o el CEN del Morena no decide otra cosa, no buscará la alcaldía, lo que no implica se margine.
No es ningín secreto su simpatía por la diputada federal Claudia Hernández, aunque hay veces que se comporta como su secretaria particular y no como legisladora, pero eso se corrige si en efecto la va a patrocinar, lo que por supuesto incomodará a Maki Ortiz, quien aunque no lo dice, la versión más socorrida es que alienta a Carlos Peña Ortiz para que busque la reelección, y ya como plan B al diputado local Humberto Prieto Herrera.
Sólo que, falta saber cuál es el proyecto para la alcaldía de Reynosa de Américo Villarreal Anaya, el papá de los pollitos, y que con eso de que el Morena dicen, ya está igual que el PRI de los 70, entonces una de las reglas de oro del otrora invencible era que los gobernadores eran del presidente, y los alcaldes del gobernador.
Y bajo la anterior tesitura, Américo Villarreal Anaya será el que decida quién será el candidato o candidata, por lo cual habrá que estar atentos para ver quiénes le han mostrado lealtad ciega tanto en el Congreso del Estado como en los municipios, pues obvio que eso influirá en la decisión.
Trascendió que ya sabe de una conjura en el Palacio Legislativo para derrocar a Úrsula Salazar Mojica de la coordinación morenista, como también tiene el reporte de cuáles alcaldes hicieron como que hicieron en la elección para senador, pues el 21 por ciento de participación ciudadana obvio no le satisfizo, por lo mismo va apuntando y registrando en su mente quienes son de confiar y a quienes hay que tratar con reserva para cuando decida quien será el candidato o candidata para la presidencia municipal de Reynosa y para los otros 42 municipios.
Y hasta la próxima.