En Monterrey he visto uno o dos panorámicos con los cuernos de color blanco y azul, los cuales tienen que ver con un aspirante del PAN a la candidatura a la presidencia de México y, la verdad, estoy entre que me pongo a llorar o reír.
Para quienes desconocen esa imagen, es la misma que usó el ex gobernador de Tamaulipas en su campaña de 2016. Y siete años después quiere repetir la misma receta pero a nivel nacional.
¿Cuánto cuesta esa campaña? Muchísimo dinero en renta de espacios en las principales ciudades del país. Pero lo económico no es el problema, pues Cabeza de Vaca salió de la gubernatura con los bolsillos repletos que le alcanzó para sobornar un juez de Reynosa que lo purificó y dribló la cárcel… por lo pronto.
Y no es broma, el reynosense mitad texano y mitad mexicano encarna perfectamente al personaje principal de la película La Ley de Herodes, quiere llegar a sentarse en la silla presidencial en 2024 o, al menos, enjabonar su rostro sucio con ese estrategia de los cuernos.
Con su incalculable y sucia fortuna puede comprar a cualquiera de los precandidatos del PRIAN para que se hagan a un lado y le dejen el camino libre: a Santiago Creel, Lily Tellez, Ricardo Anaya, Alejandro Murat, Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid, Claudia Ruiz, Esteban Villegas y José Angel Gurría, entre otros.
Esta nueva comezón de CDV me hace recordar que tras dejar la gubernatura Tomás Yarrington intentó ser presidente de México en 2006. No tenía ninguna posibilidad pero lo hizo para limpiar su imagen ante lo que venía por sus nexos con el narco que lo tiene en una prisión de Estados Unidos.
Y ahora en 2023 ¡qué coincidencia! Ya como ex gobernador del PAN CDV está copiando el molde de su padrino Yarrington. Y además: los de Tamaulipas.
Para quienes no tienen contexto, en 2000 cuando Yarrington todavía estaba en el poder, el texano-mexicano empezó su carrera delictiva en la política como diputado federal y en 2004 ganó la alcaldía de Reynosa, bajo la protección de su padrino el gobernador.
Apuesto mi casa a que el cornúpeto hará el ridículo, igual o peor, que “El Bronco” en 2021, pues conociéndolo -cuando el PRIAN lo deseche- pudiera enloquecer y comprar un partido o, bien, si las leyes electorales se lo permiten, ser candidato independiente.
Pero a calzón quitado hay que decir lo que realmente quiere es impunidad; engañar que quiere ser presidente para luego comprar un escaño de senador o diputado federal. Fuero vil. P’al baile vamos.