
A quienes son observadores no les pasaron inadvertidos los movimientos corporales de Francisco García Cabeza de Vaca durante el discurso que pronunció en Tula frente al presidente Andrés Manuel López Obrador. El video sin su audio delata sentimientos, muestra a una persona visiblemente arrebatada buscando ganar adeptos para posesionarse del liderazgo de los gobernadores panistas.
Naturalmente eso causó celos y luego vino el misterioso viaje a Washington, donde estuvo acompañado por su gurú de cabecera, el ex senador Roberto Gil Zuarth, cuyos oficios seguramente no son gratis y corren a cargo del erario de Tamaulipas.
Lo notable fue que después del viajecito comenzó a circular en redes sociales un audio en donde según el narrador anónimo, los empresarios tamaulipecos piden la intervención de los cascos azules de la ONU por tanta inseguridad.
Nomás que nadie cree que los empresarios hayan pedido el auxilio de los cascos azules por la sencilla razón de que los de Nuevo Laredo no están coordinados con los de Reynosa, o Matamoros y menos con los de Tampico, que no sólo están a 700 kilómetros de distancia sino que carecen de intereses en común.
El asunto es que el grito de auxilio se vio como una jugada de distracción -de pésima elaboración-, que se leyó como una crítica al gobernador García Cabeza de Vaca, pues lo que dan a entender es que no puede con la delincuencia.
Y mientras los empresarios -según el audio antes mencionado-, consideran que el gobernador necesita la ayuda de los cascos azules, éste desafió al presidente AMLO casi casi diciéndole que en Tamaulipas la delincuencia se le afronta con los ingredientes del rompope -alcohol y huevos-, y no con un fuchi guácala.
Pero la balandronada no incluyó la solicitud de ayuda del FBI para esclarecer el caso de la masacre de Nuevo Laredo, lo cual fue toda una regada de tepache por ser una violación a la soberanía del país.
Lo peor para el Comandante Azul es que ni el FBI o los cascos azules le tiraron esquina, y en cambio comenzaron a silbar misiles mediáticos de grueso calibre lanzados desde medios nacionales quienes aprovecharon el viaje para reclamar sordamente el pago de facturas o elevación de convenios.
Total que el gobernador tamaulipeco no salió ileso, sufrió daños que tardan en sanar más de 15 días y ponen en peligro su vida política, algo que ya olfatearon los senadores morenistas quienes van por él pero, aguas con las presas acorraladas.
¿QUE PRETENDE EL
COMANDANTE AZUL?
Tomando en consideración su proverbial belicosidad que lo vuelve proclive a los riesgos, no tengo dudas de que en este escenario de confrontación en el que está inmerso, lejos de acalambrarse está buscando configurarse como el candidato presidencial de los panistas, y para ello se está jugando todas las canicas a una carta.
Si se les escapa a los senadores morenistas ya será imparable y aquí vienen a la mente sus topones cuando era alcalde de Reynosa con el entonces gobernador Eugenio Hernández Flores. El final de la historia es de todos conocida, García Cabeza de Vaca despacha en el palacio de gobierno de Tamaulipas, y Eugenio que lo tuvo y lo dejó ir, hoy está en prisión confrontando un proceso por peculado y otro para no ser extraditado.
Si los senadores morenos lidereados por Ricardo Monreal se andan con titubeos o contemplaciones, van a tener un futuro muy negro cuando Cabeza de Vaca sea candidato y eventualmente llegue a la presidencia de México, pues quienes lo conocen bien saben que en él no cabe el perdón y olvido.
Solicitar la desaparición de poderes en Tamaulipas no es algo que lo vaya a cuartear a las primeras de cambio, prueba de ello es que por lo pronto los empleados del gobierno estatal y los chayoteros difunden hashtag #yoestoyconmigobernador que por “espontáneo” no se convirtió en viral, aunque sí deja de manifiesto la intención de pelear no obstante los riesgos.
¿ES VIABLE?
En la historia de Tamaulipas el único precedente que existe de algo cercano a la desaparición de poderes data de abril de 1947, cuando Hugo Pedro González renunció a la gubernatura más no así los integrantes del Poder Judicial y del Poder Legislativo.
El motivo fue que su jefe de policía asesinó al periodista Vicente Villasana, editor de El Mundo de Tampico, lo que fue suficiente para expulsar a González del palacio de gobierno.
Desde entonces el fantasma del abogado laredense aletea cada vez que un gobernador se embronca, como le sucedió a Enrique Cárdenas González en el invierno de 1977, cuando ya mero lo renunciaban pues el orden público estaba roto por cuestiones políticas. Fue necesario que el entonces presidente Luis Echeverría cortara un viaje por Australia para regresar a México y salvar a su amigo, quien pudo terminar su período.
Para una desaparición de poderes se requiere reunir varios requisitos, como quebrantar los principios del régimen federal -aguas con el SOS al FBI y a los Cascos Azules-, o cuando se causan situaciones o conflictos creados por ellos mismos, o sea, por los gobernadores o sus colaboradores (¿la masacre de Nuevo Laredo encuadra?).
Claro que hay otros supuestos, pero si quieren conocerlos en detalle hay que leer la ley reglamentaria del artículo 76 constitucional fracción V.
La desaparición de poderes no es todo el arsenal con que cuentan los senadores para darle tronco a un mandatario estatal, también disponen del letal juicio político, que lo aplican cuando detectan que se incurren en violaciones graves a la Carta Magna o un manejo indebido de recursos o fondos federales.
Ese enjuiciamiento lo dispone el artículo 110 constitucional y el primer aviso de que viene la guadaña es cuando irrumpen al estilo blitzkrieg los chamacos de la Auditoría Superior de la Federación, que son muy hábiles para rastrear rutas del dinero y hasta se ufanan, que si una auditoría no la aguanta el Vaticano… menos un gobernador.
Entonces qué viene para Tamaulipas: ¿desaparición de poderes o juicio político? Consulté con el oráculo y me dice que las cosas mejor se tomen con reserva, pues las negociaciones estarán latentes porque así como los senadores morenistas quieren eliminar a los gobernadores de Tamaulipas y Guanajuato, sus homólogos panistas quieren hacerlo con el de Veracruz.
Sin embargo, también está el detalle de que en estas negociaciones, los senadores de MORENA podrían aceptar dejar vivo a un mandatario estatal a cambio de su compañero, por lo que viene la duda: ¿quién es más importante para el CEN del PAN? ¿ García Cabeza de Vaca o Sinhue?
¿Y A QUÉ JUEGA JR?
Cuando volaba la noticia de que los senadores de MORENA pidieron la desaparición de poderes de Tamaulipas, comenzó a circular la versión que hablaba de la renuncia de José Ramón Gómez Leal a la súper delegación del gobierno federal.
Las reacciones a la noticia dejaron de manifiesto la importancia que JR tiene en el espectro político, porque en pocas horas ya andaba circulando por todos los municipios su supuesta dimisión que surgió de una reflexión que hizo por medio de un tuitazo, algo así como un juego mental que le arrojó como conclusión quiénes están con él y quiénes fingían ser sus aliados.
Tras reflexionar que si bien los cargos públicos son prestados, también producen muchas satisfacciones, hubo quienes tomaron la reflexión como el anticipo de una renuncia. No faltaron quienes mencionaron como relevo a Rodolfo González Valderrama, el director de Cine, Radio y Televisión del gobierno federal.
Pero ¡oh sorpresa! JR salió para aclarar que todo se trató de una reflexión y que no tenía intenciones de dejar su puesto.
Tras todo este asunto el reynosense no sólo destanteó al enemigo, sino que demostró lo bien posicionado que está en la política estatal.
Y hasta la próxima.