
Decir que la bomba estalló en el caso de la corrupción en la Comapa de Reynosa, que ahora sí las autoridades competentes van a proceder contra los ex funcionarios que robaron y que serán requeridos por la justicia, es como creer que un día la laguna La Escondida será saneada y se convertirá en un atractivo turístico en esta frontera norte de Tamaulipas.
La verdad es que ya poca gente les cree, pues más de cuatro meses han transcurrido desde inició la nueva administración del Partido Revolucionario Institucional en Reynosa, y ningún funcionario se ha atrevido a interponer una denuncia penal contra los anteriores.
Las razones pueden ser muchas, pero por falta de pruebas no es. Oscar Luebbert Gutiérrez y Esiquio Reséndez, alcalde y gerente de la Comapa, respectivamente, seguramente van a romper algún récord mundial de convocar a ruedas de prensa para despotricar en contra de los ex funcionarios panistas.
Pero cuando se trata de interponer una denuncia penal, ahí sí que no se atreven. A poco no saben que basta con contratar un buen despacho externo de abogados– porque su departamento jurídico parece no dar una– para que integre las pruebas y presente la querella ante la Procuraduría de Justicia.
En actitud inocente, Luebbert, Esiquio y compañía esperan que hasta sus oficinas lleguen como Santo Clós los tres hermanos García Cabeza de Vaca, José del Carmen Prieto Valenzuela, Servando Hernández Camacho y Mario Gómez Monroy, entre otros malandrines que se pasaron de listos.
Cada uno con costales llenos de billetes. Con los 22 millones de pesos que se robaron del Programa Apazu 2007 y que debieron ser ejercidos en 2007 a través de una aportación federal.
La ciudadanía ya se está cansado de ese espectáculo mediático: que un día se convoca a una rueda de prensa en la presidencia municipal; que al otro día convocan y no van los ex funcionarios de la Comapa; que si a chuchita la bolsearon.
¿Qué les falta para actuar? Ya lo declaró en esa tan nutrida rueda de prensa del miércoles 27 de mayo pasado Antonio Guerrero Luna, el contralor municipal, que hay pruebas suficientes que tipificarían delitos como fraude y desviación de recursos públicos federales por un monto de 22 millones de pesos.
El año pasado vino a Reynosa todo un contingente de auditores y abogados bajo las órdenes de Raúl Hernández Chavarría, auditor superior del Congreso del Estado, para hurgar en los archivos y en las computadoras del ayuntamiento y la Comapa.
Estos empleados estatales se hospedaron en los mejores hoteles, comieron en los más concurridos restaurantes, se dieron tiempo para acudir a lugares de esparcimiento varonil y realizaron compras en McAllen, Texas.
Su misión era auditar la gestión de Francisco García Cabeza de Vaca. Bueno, después seis meses de haber realizado Hernández Cavaría y sus sabuesos la llamada “madre de todas las auditorías” en Reynosa, los nulos resultados todavía no justifican los gastos que hizo el gobierno estatal.
Y lo más absurdo del caso es que fue la Federación, a través de la Secretaría de la Función Pública, la que vino a caldear los ánimos con la confirmación de que 22 millones de pesos no fueron ejercidos en 2007 a través del Programa Apazu.
Pero todavía más ilógico es que si los nuevos funcionarios, léase Oscar Luebbert Gutiérrez y Esiquio Reséndez no demuestran en dónde quedaron esos dineros, van a tener que regresarlos.
¡Que Dios los agarre confesados! Porque si la Comapa regresa 22 millones de pesos (de por si andan llorando porque supuestamente el organismo está en quiebra), sus débiles finanzas van a colapsar todavía más.
Desde la barrera parece que tampoco en el gobierno estatal quiere entrarle a ese toro por los cuernos y que han dejado solos con ese paquete a las autoridades municipales de Reynosa, quien ahora se percibe que tienen más confianza en los funcionarios de la Ciudad de México que de Ciudad Victoria.
Confianza para que llamen a cuentas a Cabeza de Vaca y a los 40 ladrones
Por cierto, el protegido de quién sabe quién, sigue soñando en la gubernatura de Tamaulipas en 2010. Para ello estuvo hace varios días en Monterrey donde fue a visitar a panistas amigos, quienes después de las elecciones pasadas creen más que México vaya a ganar el Mundial de Sudáfrica 2010, a que Cabeza de Vaca vaya a ser el abanderado del PAN ese mismo año.
En Nuevo León saben bien que sus tiempos de poder absolutista y de gloria son parte del pasado, que ya no tiene el control del PAN en Tamaulipas, que es un apestado dentro de sus filas y que sus padrinos en la Ciudad de México son casi cero.
Y si hubiera dudas, basta recordar que en la contienda interna por la dirigencia municipal de Acción Nacional en Ciudad Victoria, su candidato Manglio Murillo –quien sigue siendo el vocero– fue derrotado por Lina Santillán.
Un triunfo más para el bloque que encabeza Javier Garza de Coss, el presidente estatal albiazul, con el respaldo del bloque antiVaca del senador José Julián Sacramento, Gustavo Cárdenas Gutiérrez, Maki Ortiz, Silvia Cacho y Angel Sierra Ramírez, entre otros.
¿Alguna duda de que Sansón ya perdió la cabellera?