
Hubo expectación por ver sí se daban dos hechos durante la ceremonia de protesta como Presidenta de México de Claudia Sheinbaum Pardo:
Uno, si los empleados del Poder Judicial lograban evadir el cerco de seguridad en torno al edificio de San Lázaro con la finalidad de estropear la fiesta a la Jefa; el otro, cómo iba a ser el comportamiento entre la Presidenta de México y Norma Piña, la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Venturosamente no hubo gritos ni escándalos, ni antes ni después del arribo de Sheinbaum, como tampoco descortesías entre las titulares del Poder Ejecutivo y el Judicial.
El saludo entre ambas fue acompañado de un discreto roce de mejillas -que equivale a un beso social-, y con ello prácticamente el adiós a la Ministra Piña.
Pues Sheinbaum, ya como Presidenta de México, en su relación de 100 compromisos reiteró lo benéfico que resultará para la ciudadanía la Reforma Judicial, que implica elegir mediante voto popular a los Ministros, Magistrados y Jueces.
Al pronunciar lo anterior la primer mandataria de la Nación, la Presidenta de la SCJN ni una mueca hizo, soportó con estoicismo la pedrada. Lo que sigue será el circo, maroma y teatro de la elección judicial.
Se descarta que los Ministros ejerzan su derecho de participar en la precitada elección -por dignidad no lo harán-, mientras que los Magistrados y Jueces saben que no tendrían posibilidad de ganar.
ENTONCES ¿QUIÉNES PARTICIPARÁN ?
Pues los “cuatroteros” que hayan quedado fuera del reparto en la Feria Sexenal del Hueso, aunque nunca en su vida profesional se hayan parado por algún juzgado o se hayan dedicado a la Academia.
Son tan mínimos los requisitos como ocho de promedio aunque sea en una universidad patito, y unos tres años de hacerle al “Lic.”, que cualquier “cuatrotero” los cubrirá y que dios nos agarre confesados.
Porque ganar la elección ya será tarea de gobernadores y alcaldes morenistas, y como será una elección inédita tirando a exótica, les sobrará mecate para dar una manita en las entidades donde las autoridades no son guindas.
ENTONCES ¿QUE SE QUEDEN LOS QUE ESTÁN?
Tampoco es bueno, pues lamentablemente la mayoría son indefendibles. Abundan casos de manifiesta indolencia y peor, proclividad hacia una de las partes.
Uno de ellos fue la trágica explosión en el Centro de Medición de Gas por el kilómetro 19 de la carretera a Monterrey, acontecido el 18 de septiembre del año 2012, en donde fallecieron 31 personas y 41 quedaron heridas de gravedad, y hasta la fecha, la Fiscalía General de la República no ha dado a conocer la causa del accidente y quién o quiénes fueron los causantes.
Omisión que los Jueces y Magistrados Federales utilizaron para no condenar a PEMEX, al pago de daños materiales y morales ocasionados a los 72 obreros y en 31 de forma irreparable.
Criterio similar aplicaron con los mineros de Pasta de Conchos, y así, y así, se la han llevado los Éforos de petate, que hoy al sentir que la chamba ya está en riesgo, protestan y patalean ante la indiferencia social, que dicho sea de paso se la ganaron a pulso.
SIN EMBARGO…
Habrá que precisar que una cosa son los Jueces Penales y Civiles, lo mismo federales que del fuero común, y otra los Jueces de Amparo, que son los que se encargan de frenar al Ejecutivo en sus tres órdenes de gobierno, cuando se “bañan” o violan los derechos constitucionales del ciudadano.
Y ni que decir de las leyes inconstitucionales que a veces se le “chispotea” aprobar al Legislativo. Para esos casos están también los Jueces de Amparo, y por ello en esos cargos se requiere de abogados expertos, de buena fe y ecuánimes.
Pero como la ejecución de la Reforma Judicial ya está en su etapa de aplicación, pues a orar para que los legisladores al discutir y aprobar las leyes secundarias de la Reforma Judicial, tomen conciencia de que dejar la justicia en manos de inexpertos no es de cristianos.
¿Y LA POLAKA, APÁ?
Bueno, ya en la anterior entrega de AGUACERO se comentó que sorpresivamente las sucesiones municipales del año 2027, habían iniciado a la par con los períodos reeleccionistas de Ciudad Victoria y Reynosa.
Sólo que, una cosa son las aspiraciones de los prospectos, y otra que ya se estén dando con todos entre las Instituciones.
En la capital de Tamaulipas, durante la primera semana de octubre se puso gruesa la relación entre el alcalde Lalo Gattás con los regidores, y con los de su mismo partido, o sea el Morena.
Y de una forma que sino desinflaman el asunto la cosa va llegar a mayores. Baste decirles que algunos “compañeros” de partido de Gattás ya invocan la figura de un Consejo Municipal, que eso implicaría se los cargara el payaso a todos los integrantes del cabildo victorense.
Pero así han de andar tan enchilados con Gattás, que prefieren el hundimiento de la nave.
Consulté con el Oráculo y en sus señales advertí que la sangre no llegará al río, aunque el alcalde tendrá que asimilar que el voto de los síndicos y regidores, vale o pesa igual que el de él.
Mientras que por Reynosa, alguien tendrá que intervenir para que las relaciones entre el Palacio Legislativo no sigan tensadas con la autoridad municipal.
El alejamiento empezó con la inasistencia de los diputados locales morenistas al III Informe de Gobierno de Carlos Víctor Peña Ortíz. Luego, como el equivalente a un retiro de la Embajada, ésos mismos legisladores no acudieron a sancionar con su presencia la toma de posesión de Peña Ortíz.
A lo que el alcalde reynosense respondió con una crítica a los diputados morenistas, por dictar acuerdos para impedir que los panistas Ismael García Cabeza de Vaca y Gerardo Peña Flores, asuman sus cargos como diputados.
Aunque Peña Ortiz justificó sus críticas recordando que como él ha sido objeto de ilegales persecuciones, no puede estar de acuerdo cuando hacen lo mismo con terceros.
En concreto: trabajo para los bomberos políticos de la Secretaría General del Gobierno de Tamaulipas.
Y hasta la próxima.