
Pues así que tú digas: ¡Vamos a ser campeones del mundo!… no creo.
Digo, ganarle a Islandia no es algo que puedas tomar como un parámetro confiable; si acaso como un buen sinodal para ver y corroborar, por no decir ratificar y comprobar, que el profe Osorio sigue jugando a la gallinita ciega.
Da la impresión que avienta al aire —como en el llano— las credenciales de los veintitantos y los que caen cara arriba, juegan; si son más de 11, elige al azar varios para entrar de cambio.
– Y dónde vamos a jugar, profe..
– A’i acomódense… como en el rancho, en la troca vieja: “A’i en el camino se van acomodando las calabazas”.
Esa impresión sigue dando el Tri de Juan Carlos, el colombiano.
Ante los islandeses arrancó con Corona; tres en el fondo (Salcedo, Moreno y Araujo) y dos laterales volantes Gallardo en la izquierda y Layún en la derecha; dos volantes centrales: Guardado y Diego Reyes; Marco Fabián de media punta con Coronita y Jiménez al frente.
Luego ingresaría Pizarro a hacer la función de Fabián; Molina la de Guardado; Govea la de Gallardo, Lozano la de Coronita y Oribe la de Jiménez. Vela no hizo las funciones de Moreno, sino que Reyes volvió a la zaga; Govea ocupó el lugar de Guardado; Molina la de Reyes; Vela fue al trabajo que le encomendaron a Gallardo, pero terminó haciendo las funciones de Fabián, Pizarro las de Guardado y Govea las de Gallardo.
Una capirotada de cuaresma muy sabrosa; un desorden perfectamente diseñado y organizado.
Lo que sí se notó fue que cuando Hirving, Carlos o Marco tomaban la pelota, se sentía la sensación de que podría suceder algo. Bueno, por supuesto. Sin la explosividad que tiene Vela en estado físico óptimo, el panel de controles que trae en la cabeza trabaja perfecto. Piensa más y mejor que el resto.
Lozano está convertido en un ente demoledor.
Lo mostró en el segundo tanto, entrando como broca de acero a una velocidad de relámpago entre cinco islandeses, llevando el flujo de la acción hacia su izquierda, luego torciendo el trazo a lado opuesto donde llegaba Layún solo para pegarle con precisión de billarista, al palo lejano.
Fabián con ganas de mostrar que está listo para trepar al tren rumbo a Rusia y un Oribe siempre atento y solidario para ofrecer su sacrificio y contribuir a que los solistas luzcan.
Fuera de ellos, los demás son de corte ordinario.
Probablemente Osorio está pensando que el juego de sus muchachos no será siempre lucidor y haya que bregar y bregar a empujones y corretear rivales o arrastrar la pelota de aquí para allá en lapsos de ciertos encuentros; el problema es que los que realmente tienen talento, no son muchos y algunos chispazos de brillantez de sus individualidades podría no alcanzar para sacar la renta, menos en una Copa del Mundo..
En el equipo no son más de tres los talentosos y son poquísimos…
Todos corren, van y vienen… ¿Qué pero le ponen al sacrificio de un jugador con ciertas limitaciones técnicas como Araujo, pero bravo, entrón y voluntarioso como pocos?
No siempre te puedes dar el lujo. El talento no sobra en ningún lado, es un recurso limitado y hacen falta jugadores como Araujo, cierto, pero si quieres aspirar a algo grande, debes pensar en balancear mejor las dosis de talento y músculo.
Decía Juan Román Riquelme: “Correr, cualquiera… ya jugar al futbol sí es un poquito más complicado”.
Y otro crack de apellido Cruyff lo resumía así: “Jugar al futbol es muy sencillo; lo difícil es jugarlo bien”.
El problema de Osorio es que tiene dos o tres que juegan muy bien al futbol y los que corren son bastantes.
Ahora…. momento…
No se me corten las venas, tampoco se trata de tirarse al piso a llorar por la desgracia de no tener 11 talentosos en una selección.
Nadie los tiene…
El secreto podría consistir en poder hacer que los actores de reparto hagan que las estrellas brillen y así, con el aporte de cada cual, todos luzcan y entreguen una buena actuación conjunta. Eso sí debería suceder.
Pensar en este momento en ganar la Copa del Mundo, sí está medio descabellado.
Vayamos por partes…
Los partidos deben jugarse minuto a minuto y falta una eternidad para que siquiera comience el primero.
No se angustien por ahora. No tiene caso.