
Cuando en las elecciones de 2006 el panista Raúl García Vivián le ganó la diputación federal a su contrincante del PRI, Everardo Villarreal Salinas, el primero tenía todo a su favor: los azules gobernaban Reynosa, administraban la Comapa y un ex priista, luego panista y más tarde perredista, Alfonso De León Perales, fue el coordinador de esa campaña ganadora.
Cuatro años después, en los comicios del 4 de julio próximo, todo parece indicar que García Vivián y Villarreal Salinas se volverán a encontrar disputándose la presidencia municipal de esta frontera, arrodillada en las últimas semanas por situaciones de pánico por cuestiones de inseguridad.
En ese 2006 el Partido Revolucionario Institucional obtuvo su tercera derrota consecutiva frente a los candidatos de Acción Nacional, en una racha que empezó el corrupto ex alcalde de Reynosa, Francisco García Cabeza de Vaca.
Apalancado de los “Amigos de Fox”, Cabeza de Vaca ganó la diputación federal en el año 2000, en lo que fue el inicio de una meteórica carrera política que echó a perder entre 2004 y 2007, cuando encabezó la administración municipal más corrupta que los habitantes de esta ciudad tienen en la memoria.
Luego llegó 2003, la mitad del sexenio de Vicente Fox Quesada, y el PAN retuvo el Distrito III federal, con Maki Ortiz de Peña como candidata. Eran tiempos cuando a ese partido estaba en el ánimo del electorado y le faltaba la joya de la corona: ganar la alcaldía que lo hizo en 2004.
Y por si hubiera dudas de que los albiazules traían todas las canicas, llegaron las elecciones federales de 2007 y, por tercera vez consecutiva, Reynosa llevó a un legislador a la Cámara de Diputados: Raúl García Vivián. Ese mismo año el PAN ganó el Distrito III con cabecera en Río Bravo, con Omeheira Reyna al frente.
A nivel estatal el PRI se derrumbó, pues solamente sus candidatos obtuvieron victorias en tres de los ocho distritos federales. Y la fórmula albiazul al Senado se impuso a la tricolor, con José Julián Sacramento y Alejandro Galván (q.e.p.d).
Ahora bien, todo parece indicar que será un choque de trenes el enfrentamiento en las unas entre García Vivián y Villarreal Salinas, pero ahora éste último tendrá casi todas a su favor.
Cuando el PRI le arrebató al PAN la alcaldía reynosense en 2007 con Oscar Luebbert Gutiérrez, las victorias tricolores se vinieron en cascada: en esa misma cita a las urnas los priistas ganaron las dos diputaciones locales, mientras que dos años recuperaron los dos distritos federales, con Everardo Villarreal Salinas y Edgar Melhem Salinas como candidatos por Reynosa y Río Bravo, respectivamente.
La inseguridad y el pánico que impera en esta frontera será el peor enemigo de los candidatos del Revolucionario Institucional, sobre todo si se prolonga esta situación hasta semanas antes del 4 de julio próximo.
En estos días los priistas ponen veladoras a todos los santos para el ambiente que se vive de Matamoros a Nuevo Laredo, pasando por Reynosa y Miguel Alemán, se acabe a la mayor brevedad porque de no ser así los saldos en las urnas serían por demás desastrosos, al estilo Chihuahua.
Si las aguas vuelven a su nivel, Villarreal Salinas tendría una ligera ventaja ante García Vivián porque el panista será un contrincante que tiene experiencia en la operación electoral, fue secretario de Desarrollo Social del municipio, legislador y tiene a su favor a casi toda la militancia albiazul.
El haber roto sus relaciones con Cabeza de Vaca fue visto con buenos ojos, sobre todo por algunos empresarios pro panistas que no apostaban ni cinco centavos por el ex alcalde de Reynosa, enterados que utilizó la presidencia municipal para fines de enriquecimiento personal y familiar.
Villarreal Salinas agarró tablas cuando tres años estuvo en el Congreso del Estado, cuando ganó la curul en la misma elección (2004) que llevó a Cabeza de Vaca a la alcaldía. Y luego fue invitado por Luebbert Gutiérrez como secretario de Desarrollo Social, donde se placeó en los sectores populares que le faltaban.
Cuando hace días el PRI designó a sus precandidatos a las alcaldías, el parto para nada fue fácil en varios municipios, especialmente en Reynosa, Río Bravo, Nuevo Laredo y Ciudad Madero.
En Río Bravo, algunos grupos tricolores cambiaron de semblante, pasando del rosa playero al morado de coraje, cuando se confirmó la precandidatura de José Raúl Bocanegra, diputado local por el Verde Ecologista, quien llevó mano en la alianza que tiene con el PRI y el Partido Nueva Alianza (Panal).
Igual pasó en Ciudad Madero, con Jaime Turrubiates Solís, un ex panista que ahora se pondrá la playera de la coalición Verde-PRI-Panal, postulado por el primero. En las pasadas elecciones municipales de 2007, el empresario se presentó a la urnas y perdió con la casaca albiazul.
Pero ahora, tanto él como Bocanegra, si los berrinches de algunos grupos priistas quedan en eso y no juegan en contra, tienen posibilidades de ganar.
En Matamoros, el panista Ramón Antonio Sampayo Ortiz no será un exquisito flan para su contrincante tricolor, Alfonso Sánchez Garza, quien deberá hacer todo, sin confiar todo en la explotación de su imagen.
Si algún error no debe cometer Poncho Sánchez es estar detrás de la vitrina como pasó con Baltazar Hinojosa Ochoa quien, confiado de su equipo de campaña y del séquito de estrategas, apenas pudo derrotar en las recientes elecciones federales a Leticia Salazar Vázquez, abanderada del PAN y actual legisladora federal pluri.
Los yerros cometidos por Hinojosa Ochoa and company demostraron que en tierra de Rigo Tovar el PAN tiene hartos simpatizantes, quienes seguramente querrán ver a Sampayo Ortiz de regreso en la presidencia municipal.
Si el duelo en Reynosa entre Everardo Villarreal Salinas y Raúl García Vivián será como revivir una lucha entre Santo y Blue Demon, en Matamoros no será diferente. Saldrán chispas, habrá sangre y muchos lisiados.
Y mientras el precandidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, sigue recorriendo la entidad cumpliendo con el requisito de tener contacto y pedir el apoyo de los sectores, su contrincante albiazul, José Julián Sacramento, no se quedará atrás en busca del respaldo de la militancia.
Sobre el parto que dio a luz al senador Sacramento Garza, se sabe que Cabeza de Vaca siempre estuvo descartado, quedando el legislador y Angel Sierra Ramírez en la recta final, pero éste último aventó la toalla en diciembre cuando se prolongaba la decisión por parte de la jerarquía panista comandada por César Nava.
En Tampico Raúl Villegas será el jefe de prensa de Miguel Mansur, candidato del PRI a la alcaldía, quien estuvo con Alvaro Garza Cantú en la presidencia municipal y en la Comapa. El secretario particular será Carlos “El Chato” Azcárraga.
En Nuevo Laredo, el alcalde Ramón Garza Barrios será quien cargue con la mayor responsabilidad en la elección, porque el elegido, Benjamín Galván, no fue digerido por las tribus priistas cuando se desplomó requetefeo la candidatura del ex diputado local, Carlos Montiel Saeb.
Si se pone abusado el panista Everardo Quiroz Torres puede hacer ruido, aunque sus posibilidades de triunfo no son escasas, sino escasísimas.
Y no crea que es un chiste, pero Alfonso De León Perales será el candidato a la gubernatura por el Partido Convergencia.
Otras bromas como la anterior y mucha tela para cortar habrá en los próximos meses.