A mediados de 2007 conocí a Raúl Hernández Chavarría en un búnker que tenía en una colonia cercana a la casa de gobierno de Tamaulipas en Ciudad Victoria. Me citó para entregarle copias -hoja por hoja- de las pruebas sobre corrupción de Cabeza de Vaca que estaba publicando el equipo de reporteros de investigación de Hora Cero.
Con una caja de cartón repleta de documentos que transporté en la cajuela de mi carro viajé por carretera cuatro horas desde Reynosa, localicé ese domicilio particular, toqué la puerta y me recibió un empleado de Hernández Chavarría, entonces auditor superior del Estado.
Esa casa de un piso parecía todo, menos una oficina gubernamental, pues estaba camuflajeada como una residencia familiar.
Días antes Eugenio Hernández Flores, gobernador del Estado, en una llamada telefónica había ordenado a su auditor superior a recibirme. Y en mi primer contacto me pidió que llevara todos los documentos publicados en las investigaciones periodísticas de Hora Cero.
Actas constitutivas de amigos de José Manuel García Cabeza de Vaca donde él aparecía como socio recibiendo contratos de su hermano alcalde; otras actas donde Ismael García Cabeza de Vaca -hoy senador del PAN-, se había asociado para ser proveedor de la Comapa de Reynosa. Y contratos y facturas de cheques pagados a familiares y amigos del actual gobernador.
Esas mismas empresas que operaron con impunidad en la administración municipal de Reynosa entre 2004 y 2007 de Francisco García Cabeza de Vaca no tuvieron llenadera, y con los años aparecieron succionando del erario federal, como en 2012 lo publicó Hora Cero al comprobarse, al menos, 148 millones de pesos de Capufe y la SCT.
En 2007 de nada sirvieron los documentos de Hora Cero entregados personalmente por mi a Hernández Chavarría y a sus sabuesos auditores; tampoco la incursión que tuvo la Auditoría Superior en el Palacio Municipal de Reynosa con apoyo de las fuerzas de seguridad.
Ante tan sospechosa inacción en contra de los Cabeza de Vaca y sus cómplices después supe, no me consta, que Hernández Chavarría se cruzó de brazos y sabrá Dios a cambio de qué.
Hoy leo su nombre en el boletín al presentar el equipo de transición de Américo Villarreal Anaya, gobernador de Tamaulipas a partir del 1 de octubre, y algo no me gustó porque me remontó a 2007. Sentí escalofrío.
Ojalá ese Raúl Hernández Chavarría que aparece sentado en la foto del boletín del equipo de AVA, más anciano y de camisa blanca de manga larga, sea un homónimo, porque entonces ya empezamos mal, muy mal.
Sin embargo, durante 15 años quiero aceptar que viví con una sola verdad, con una única sospecha: que Eugenio Hernández Flores tuvo precio para ordenar la inacción judicial contra el entonces alcalde panistas de Reynosa, Francisco García Cabeza de Vaca.
En julio de 2007 “Geño” era el gobernador de Tamaulipas y había ordenado a su auditor superior, Raúl Hernández Chavarría, fotocopias de todos los documentos publicados en Hora Cero que confirmaban la corrupción de Cabeza de Vaca en su administración.
Hoy desde la cárcel, al leer o saber de un editorial que escribí hace días titulado ¿El auditor superior de “Geño” con Américo?, el ex gobernador compartió su verdad.
Que no fue él quien perdonó a Francisco, a sus dos hermanos José Manuel e Ismael García Cabeza de Vaca, y al resto de los cómplices de vaciar las arcas de Reynosa, sino fue Felipe Calderón Hinojosa quien se lo ordenó.
El apodado “Borolas” era presidente de México y tenía que proteger a su alcalde panista. Los dos, Francisco y Felipe, eran amigos de otro de los protegidos, solapados, beneficiados e impunes del calderonismo, el ex senador Roberto Gil Zuarch.
A través de un hombre de sus confianzas “Geño” aseguró que los auditores al mando de Raúl Hernández Chavarría tenían el expediente listo para ser enviado a la Procuraduría General del Estado, pero Calderón lo mandó al archivero y lo selló en definitiva.
Hace cinco años fue detenido el ex gobernador de Tamaulipas, recluido en un penal del Estado de México.
Me sorprendió el mensaje, y su aclaración sobre la actuación de su entonces auditor superior contra Cabeza de Vaca, que recibió y me compartió el director general de Hora Cero Heriberto Deándar Robinson.
Espero que un día “Geño” ahonde sobre ese tema en una entrevista cara a cara. De cómo Felipe Calderón permitió tan aberrante impunidad del gobernador de Tamaulipas que tiene sus días contados. Y ojalá sea en libertad.