Los organizadores de la cabalgata deben ir pensando en ponerle fin a ese evento, pues conforme pasan los años va en declive en entusiasmo, en anuncios rimbombantes de los gobernadores de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, pero sobre todo por una notoria reducción de participantes.
Y qué decir del desaire que sufrió de nuevo Eugenio Hernández Flores de llegar solo a territorio tamaulipeco, mientras Natividad González Parás, de Nuevo León y Humberto Moreira Valdez, de Coahuila, ya habían regresado a sus casas.
Haciendo memoria, la primera cabalgata se llevó a cabo en 2001 cuando eran gobernadores Fernando Canales Clariond, Enrique Martínez Martínez y Tomás Yarrington Ruvalcaba, contando con la presencia en sus primeras ediciones del ex presidente, Vicente Fox Quesada y de su esposa, Marta Sahagún.
En tierras neolonesas todavía no se olvida cuando en ese entonces Canales Clariond se aventó una buena puntada diciendo que en su Estado “los narcos nos hacen los mandados”.
Esas atrevidas declaraciones de quien después fuera secretario de Energía y de Economía del gabinete de Fox Quesada, convirtieron al vecino Estado en un verdadero y sangriento escenario de guerra entre grupos rivales del crimen organizado.
Pero regresando a la cabalgata en su octava edición, el número de asistentes –según los optimistas– llegó a ocho mil jinetes cuando se esperaban 11 mil en su comienzo en Coahuila, pero crónicas de periódicos refieren a cuatro mil que terminaron el trayecto en los suelos tamaulipecos.
Según estimaciones de los operadores turísticos de Nuevo Laredo, la cabalgata dejó ganancias por cinco millones de pesos. Pero un dato para resaltar es que en la edición 2008 no hubo ese clima de inseguridad en la ciudad fronteriza como se percibía en el pasado.
El alcalde Ramón Garza Barrios se ha metido en serio para crear un ambiente de tranquilidad en Nuevo Laredo promoviendo en ambos lados del río Bravo algunos atractivos como el zoológico, el parque de béisbol y el centro cultural.
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CAMBIOS EN SEGURIDAD
De manera interina, aunque no se descarta que vaya ser el titular, Carlos Leal fue sentado en la secretaría de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Reynosa en sustitución de Juan José Muñiz Salinas, arraigado 90 días en la Ciudad de México.
Leal ocupaba la coordinación de Participación Ciudadana en esa misma dependencia de donde fue requerido por el alcalde, Oscar Luebbert Gutiérrez, para reemplazar a Muñiz Salinas.
Sobre la detención del ex funcionario policíaco cabe mencionar algunas dudas: si la averiguación previa por la cual se le acusa se remonta a 2003, por qué entonces no fue rechazado para ocupar el cargo cuando –se supone– debió ser “palomeado” por instancias federales y estatales.
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ECLIPSADO EL SOL AZTECA
Donde siguen los problemas es en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Tamaulipas, donde el pleito por la dirigencia estatal está más complicado que un cubo Rubik.
Los bandos en disputa siguen cruzando acusaciones de fraude y otras linduras y para como se ven la cosas, no será descabellado pensar que quien quiera que se convierta en el nuevo dirigente perredista en Tamaulipas no va a tener partido a que liderear.
Vaya manera de echar al cesto de la basura la oportunidad de consolidarse como la segunda fuerza política en la entidad, pues hay que recordar que en el pasado proceso electoral federal, el PRD y su candidato, Andrés Manuel López Obrador, quedaron en segundo lugar en las votaciones superando al PRI.
Pareciera que esto no les importa a los perredistas tamaulipecos, quienes están más ocupados peleando por migajas, cuando el verdadero pastel se les está echando a perder.
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GARZA DE COSS INAMOVIBLE
Los rumores de que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN iba a desconocer la victoria de Francisco Javier Garza de Coss como nuevo dirigente del albiazul en Tamaulipas, la verdad son puras vaciladas.
Garza de Coss aclaró a varios medios de comunicación que no son tiempos para andar ventilando esas versiones y que el PAN tamaulipeco debe de ponerse las pilas para unirse, pensando en los comicios del próximo año cuando se renueve el Congreso de la Unión.
Por lo pronto en Reynosa hay quien asegura que grupos panistas empezaron a recabar firmas en un intento de desconocer como su dirigente municipal al diputado federal, Raúl García Vivián, que poco a poco está quedando huérfano.
A estas alturas, con los cambios en la dirigencia estatal, el viejo y anhelado proyecto político de García Vivián de querer ser alcalde bajo las enaguas protectoras de Francisco García Cabeza de Vaca, se antoja “requeteharto” jalado de los pelos.
Y también es muy extraño que ahora anden de lambiscones con el gobierno municipal que encabeza Luebbert Gutiérrez, algunos de los regidores panistas encabezados por Roberto Carlos Rodríguez, el mismo que antes de la elección estatal declaraba con todas sus letras y a los cuatro vientos: “Garza de Coss es un perdedor”.
Qué rápido le callaron la boca a Roberto Carlos, quien todavía no se acostumbra a ser autónomo y sigue obedeciendo las órdenes de su anterior amo.
Y para terminar con Acción Nacional, en Nuevo Laredo quien va a buscar en serio la dirigencia municipal es el ex diputado local y uno de los más activos en la pasada Legislatura: Everardo Quiroz.
El PAN en Tamaulipas quiere resurgir en 2009, se está renovando y sería un grave errore que el PRI lo minimizara. A esas vamos.