
Por Dr. Hugo Garza Ruiz
Lo más destacado para mí en los periódicos el jueves pasado fue el Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan. Sí, el hippie, el rockero, el malandrín, el cantante y escritor, de todos, Generacional, Woodstock, Los Beatles, Peter, Paul and Mary, etc., hizo esa noche un verdadero ciclón entre los sesudos de las letras mundiales y su sendero y luchas hicieron suyo el galardón del Premio Nobel de Literatura 2016.
Si melodramático, sencillamente diferente, una leyenda plagada de protestas y diferencias, su música de protesta, expresión del juglar, “El Mester de Juglaría” como se inició eso que ahora llamamos literatura, cuando se cambió el canto por la palabra escrita, me pregunto: ¿qué nuestros corridos no son una expresión similar en sus relatos y protestas? Como El Barzón, el Venadito, etc. Bien, pues el Nobel de Literatura del 2016 los avala y muchos los despreciamos por inferiores, sin percatarnos que esa música es el sentir popular, donde se refleja el dolor y la impotencia ante gobiernos corruptos; alegrías y penas de un pueblo con esperanza, alegorías mismas del sentimiento.
La Universidad Karolinska reconoce y menciona sus canciones como impulsoras de varios eventos científicos, pues con sus versos iniciaron varios estudios de laboratorio para descubrir y corregir tratamientos médicos. Dice, puede que hubiera sido médico, puede que hubiera salvado algunas vidas que se han perdido, puede que hubiera hecho algo de bien en el mundo, en vez de quemar cada puente que he atravesado. Qué no darían muchos de nuestros políticos por tener los alcances de un “desadaptado, como se les decía a los hippies y no sólo quemaron los puentes, arrasaron todo su entorno.
Hasta ahora las letras mundiales toman a las letras musicales como literatura, cierto que muchas canciones actuales tienen menos seso que un “perro callejero” pues los cantautores no dan más, pero hubo alguno que sí lo dio, algunos tal vez me cuestionen y me digan que Juan Gabriel era mejor, tal vez, pues era un buen letrista, más ¿cómo calificar yo lo que desconozco?
Lo que ahora expongo como relato, son las opiniones de personas educadas en esas disciplinas, eso no puedo contradecirlo, lo que sí me deja muy en claro, es que los cambios que este siglo trae, nos están sacando del encajonamiento que padecemos, donde “nuestros líderes” fueron destruidos por el tiempo y las adversidades, más los actuales o los que pretenden ser se autodestruyen, no leen la lección que estos señalamientos nos dejan, eso es lo grave. Nada deseamos más los reynosenses que orden y seguridad por parte de las autoridades, pues lo demás lo haremos entre todos, pues el trabajar y desarrollarnos lo sabemos hacer, fueron las enseñanzas de los viejos. ¡Agarren la onda! O quieren que les digan “De que se van, se van”.
Como dice el título, La respuesta está en el aire. Mexicanizándola diríamos ¡La moneda está en el aire!