E l nuevo gobernador de Tamaulipas es un hombre mesurado y ecuánime, por ende los conflictos y arrebatos no son parte de su vida. Sin embargo, hoy tiene la pesada obligación de cumplir y hacer cumplir la ley que por concomitancia no le permite perdonar.
No se trata de afilar la guillotina y llevar a los botados del pasado 5 de junio a un tribunal popular, en donde se lincha, no se juzga, toda vez que la sentencia electoral de los tamaulipecos ya se emitió.
Ahora viene el examen de los documentos que si los auditores detectan irregularidades que configuran delitos, lo que sigue son denuncias ante el Ministerio Público, sólo que, hay motivos para dudar de la honestidad con que actuará la institución ministerial.
Sucede que el Fiscal General de Tamaulipas, Irving Barrios Mojica, es herencia de Francisco García Cabeza de Vaca, amén de haber empapelado al hoy gobernador Américo Villarreal Anaya.
Por lo tanto, nomás de entrada ya tiene un conflicto de interés que le impedirá estar al frente de las investigaciones.
Lo anterior, en virtud de que los eventuales acusados serán los que fueron colaboradores de quien lo propuso para el cargo de Fiscal, e incluso hay sólidas presunciones de que hasta su benefactor estará en la lista de acusados.
En consecuencia, el Fiscal Irving por elemental prudencia deberá presentar su renuncia al cargo porque fueron 732 mil tamaulipecos que botaron a García Cabeza de Vaca y asociados del Poder, y entre ellos está obviamente el titular de la FGT.
A él también lo alcanzó el repudio social.
Escudarse en la temporalidad para la que fue designado sólo prolongará la estancia, y obligará al Congreso del Estado el someter a votación la permanencia de Irving Mojica en la FGT, porque hay motivos para dudar de su imparcialidad.
De lo anterior se dolió Américo Villarreal Anaya en vísperas de asumir el cargo de gobernador, y aunque negaron haber solicitado una orden de aprehensión en contra de él, fueron silentes en el tema de si la Fiscalía integró una carpeta de investigación en contra del hoy gobernador.
En tal situación sería absurdo que Irving Barrios pretenda permanecer en el cargo de Fiscal tras poner la daga en el cuello del que ahora es su jefe, pues con todo y la autonomía de la FGT, aún así forma parte del Poder Ejecutivo y como subalterno.
¿ENTONCES?
Pues que por salud y buen funcionamiento de la FGT, debe renunciar Irving Barrios Molina, para que no le pase lo que al Fiscal de Veracruz, Jorge Winkler, quien se escudó en la temporalidad del cargo y provocó al Congreso del Estado, éste lo despidió y luego lo acusó para terminar tras las rejas.
Irving no tiene otra salida pues está solo. Quien lo trajo a Tamaulipas ya cruzó en calidad de “mojarra” el río Bravo para evitar su detención al pasar por la aduana, y sálvese quien pueda.
Y CAYÓ EL PRIMERO
El no haber dejado nada en la alacena de la Casa Tamaulipas, salvo una provocadora señal consistente en una cesta de huevos, causó rauda respuesta de parte de Américo Villarreal Anaya, por el majadero “olvido”.
AVA de certero machetazo “degolló” a Horacio Ortiz Renán, y hoy andan bien pandeados los y las magistrados del Supremo Tribunal de Justicia en Tamaulipas, quienes ya vieron caer a quien fue su presidente, y con Cabeza de Vaca prófugo nadie podrá defenderlos.
Y es que el Poder Judicial también tiene vela en el entierro al prestarse a las persecuciones y procesamientos de los que le dieron contra a García Cabeza de Vaca, y por ello el gobernador Américo Villarreal, razonadamente no los considera honorables ni dignos de confianza.
Así que hay tienen talacha los diputados locales para promover juicio político en contra de los magistrados y magistradas, si les da por refugiarse en la temporalidad del cargo.
La Fiscalía General de Tamaulipas y el Poder Judicial, no son de fiar. Y como Américo Villarreal Anaya no tiene derecho a perdonar, tiene que depurar ambas instituciones para poder castigar a tanto bribón que del 2016 al 2022 pudrió la administración pública estatal.
Los tamaulipecos verán con beneplácito el que Américo Villarreal no permita la impunidad. No es cosa personal, sino una exigencia social registrada el pasado 5 de junio.
DE GOBERNADOR A INFORMANTE
Y mientras ya comenzó el derribo de la nefasta estructura que dejó en el gobierno de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, él rumia en Dallas, Texas, la forma de vengarse y a la vez impedir lo extraditen.
Anda ofreciendo sus servicios de informante a las Agencias de Seguridad en Texas, lo cual exhibe su penosa situación con tal de salvar su pellejo: de gobernante terminó en informante.
Pero como la vergüenza nunca ha sido una de sus características le vale el que ande de “Pitarrón”. Mientras tanto, no le hace feliz radicar en Dallas con todo y lo atractiva que es ésa ciudad.
Por allá es solamente un rico más y de los de medio pelo, con facha de Tex-Mex y lo peor sin ocupación, lo que limita su actividad social que para su egolatría es un castigo.
Encima de lo anterior la amenaza que de un momento a otro le caiga la ficha roja, y a esconderse para darse cuenta que la tranquilidad vale más que el dinero. Pero Cabeza de Vaca ya entró al camino sin retorno.
Y hasta la próxima.