
En enero de 2010 a Tamaulipas entró un gobernador a quien no le tiembla la mano para meter a la cárcel a dos muy cercanos de su antecesor. El primero jefe de jefes de asesores y de Comunicación Social, Mario Ruiz Pachuca, y el segundo ex alcade de Tampico, Oscar Pérez Inguanzo.
Egidio Torre Cantú puso el ejemplo a su vecino de Nuevo León. Sentado en un comal que arde igual o peor , le metió… mucho valor y no le corrió la cortesía a Eugenio Hernández Flores para mandar a prisión a Ruiz Pachuca, un potosino que llegó a ser de todas las confianzas de “Geño”.
Mientras en Nuevo León el PAN quiso limpiar su imagen ante la ciudadanía al detener y dejar libre al ex alcalde de Monterrey, Adalberto Madero Quiroga, con un delito menor que alcanzó una fianza ridícula de 15 mil pesos, en Tamaulipas las autoridades y el PRI no se andan por las ramas y tampoco se hacen patos… van por peces gordos para no dejar dudas.
Con estas dos acciones, Torre Cantú está callando la boca a muchos de sus propios correligionarios tricolores, quienes no le veían los tamaños suficientes cuando fue designado candidato en lugar de su difunto hermano Rodolfo.
Sin embargo, una vez ganada la elección, mandó mensajes contra quienes se habían despachado, no con cucharas, sino con palas, sustrayendo recursos públicos a placer y convirtiéndose en millonarios en apenas un sexenio.
El primero en la lista fue Ruiz Pachuca, que igual mandaba en Comunicación Social como en el resto de las secretarías y direcciones, recluido en la cárcel de Ciudad Victoria acusado de secuestro, un delito que no alcanza fianza.
Sin embargo antes de esta acción judicial que comenzó con su detención y que tuvo su segundo capítulo cuando el 7 de septiembre pasado un juez le dictó el auto de formal prisión, Torre Cantú filtró que el segundo en la mira de la Procuraduría de Tamaulipas era Pérez Inguanzo.
Desde antes de terminar con su encargo había abandonado su escritorio en la presidencia municipal y se la pasaba en el exclusivo club de golf El Cimarrón, en Mission, Texas, donde cinco meses antes de dejar de ser alcalde compró una residencia al contado que actualmente se vende en 329 mil dólares, es decir, cuatro millones 400 mil pesos.
Pérez Inguazo es uno de los estandartes de los excesos que se cometieron en el sexenio pasado, donde prevaleció el derroche y donde la fiesta parecía que nunca iba a terminar. Y ahora, tras las rejas como Ruiz Pachuca, son la mejor señal que Torre Cantú manda a sus colaboradores, entre ellos muchos alcaldes que fueron herencia de Hernández Flores.
Para quienes veían a un gobernador de Tamaulipas débil, como una persona que llegó sin deberle nada a nadie, sin respaldo de grupos, definitivamente es precisamente esto último su mejor aliado: el mismo día del cumpleaños de Hernández Flores (el 17 de septiembre), Pérez Inguanzo entraba a la cárcel de Ciudad Madero.
Contra el ex alcalde, la Auditoría Superior de Tamaulipas finca responsabilidad en varios delitos, entre ellos, el ejercicio indebido de la función pública por el mal uso de recursos federales.
Con una deuda estimada en cerca de 200 millones de pesos, Tampico sufre de la considerada peor administración municipal de su historia, misma que derivó en la estrepitosa derrota del Partido Revolucionario Institucional en las elecciones del año pasado, cuando ganó una priista prestada al PAN, Magdalena Peraza Guerra.
Torre Cantú ha mandando mensajes claros de que en su gobierno todos van a caminar derechitos; que los funcionarios deben alejarse de las tentaciones de amasar dineros ajenos; que no habrá cabida para la corrupción en su sexenio y, todavía peor, que ni los priistas estarán a salvo.
“Nosotros desde el día uno (de enero de 2010) lo dijimos: cuentas claras. En este caso (detención de Pérez Inguanzo) respetamos mucho a los poderes del Estado; le toca la rendición de cuentas a quién le toque”, dijo el gobernador a los reporteros.
Otro aspecto que llama la atención en las aprehensiones de Ruiz Pachuca y de Pérez Inguazo es que Torre Cantú empezó a barrer su propia casa en un año electoral cuando el PRI busca regresar a Los Pinos, pero que puede ser una estrategia nacional donde no se alcanza a ver el fondo, con Tamaulipas sirviendo como un laboratorio.
Porque el gobernador no se fue por la libre para aprobar las acciones penales contra dos funcionarios del sexenio de Hernández Flores de buen peso. Para ello tuvo que tener en la línea a Humberto Moreira Valdés, presidente nacional del PRI, por cierto, muy amigo del ex gobernador.
En la trinchera del Acción Nacional en Tamaulipas, por un lado, piensan que el ejecutivo estatal está jugando para su casa, pero, por otro, deberán estar muy preocupados porque hay expedientes todavía abiertos por actos de corrupción en Reynosa en tiempos de Francisco García Cabeza de Vaca.
Es una clara advertencia que si a Torre Cantú no le tembló la mano para irse a la yugular contra sus hermanos tricolores, con más gusto lo hará si se trata de cerrar el expediente que dejó abierto Hernández Flores, de enviar a prisión o al exilio a McAllen, Texas, al corrupto Cabeza de Vaca.
Porque si en el caso de Ruiz Pachuca resucitaron una denuncia que tenía dos o tres años empolvada, hay evidencias sobre los malos manejos que permitió el ex alcalde de Reynosa entre 2004 y 2007, donde amigos, hermanos y varios colaboradores cercanos de pobres pasaron a ser millonarios.
Como nunca es tarde para que se haga justicia, Torre Cantú se puede ganar todavía más las simpatías y la confianza de sus gobernados incrementando la población penitenciaria de Tamaulipas, con alcaldes y funcionarios del pasado sexenio, o de alguno del actual que se esté pasando de listo.
Quien manda en Tamaulipas es otro, no se les olvide.
De pilón, por enésima vez se lanzará la convocatoria para la renovación de la dirigencia estatal del PAN rumbo a las internas del 10 de diciembre, donde todo parece indicar que el actual presidente, Francisco Javier Garza de Coss, se inscribirá como candidato en busca de la reelección.
Garza de Coss acabó bien afianzado luego de la pandilleril toma-recuperación de la sede en Ciudad Victoria, que no sería ninguna sorpresa que pueda estar al frente de los albiazules otro período, con miras a la cita electoral de 2012.
En una nueva actitud belicosa y retadora hacia la dirigencia nacional del PAN, el corrupto Cabeza de Vaca quiso presionar a través de desplegados de prensa para que la designación de la dupla de candidatos al Senado por Tamaulipas fuera por elección interna, pero desde México lo ignoraron.
Horas antes de que el CEN albiazul anunciara que en Tamaulipas la fórmula no será votada por sus militantes, un grupo reducido de sus enfermizos seguidores publicaron una inserción pagada dirigida a Gustavo Madero Muñoz, líder nacional, y a José Espina Von Roenrich, encargado de la Comisión de Elecciones del PAN.
Como el exalcalde de Reynosa andaba enloquecido queriendo presionar a su partido, solito se puso la soga al cuello al incluir en la magra lista a los participantes en la toma violenta de la sede estatal en Ciudad Victoria.
Leonel Cantú, Silvano Flores, Manglio Murillo, Maricela Cervantes, José Luis Guzmán, Helga Ruth Vázquez, Samantha Torrijos, Ricardo Mendoza Villarreal, Juan Manuel Ramos, Lina Santillán, Jesús María Moreno y Ricardo Rosales, entre otros, se unieron a la lucha de su desinflado líder apareciendo en la publicación.
Llama la atención que la diputada federal por Matamoros, Leticia Salazar, no está en la lista; tampoco la senadora Lázara Nelly González, así como el exsecretario general del PAN en Tamaulipas, Rolando González, quienes casi seguro dejaron el barco antes de hundirse.
Con esta decisión del PAN nacional se concreta otro descalabro para Cabeza de Vaca, que una vez soñó con ser gobernador, y en 2012 aspiraba con ser senador. De esta manera se afianzan las chances de Maki Ortiz y de Angel Sierra Ramírez, faltando ponerse de acuerdo quién va primero y quién segundo, aunque pudiera haber sorpresas.