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A defender la profesión

19 de septiembre de 2017 por El Apuntador

Estaba un día El Apuntador ordenando algunos papeles viejos cuando nos encontramos con el título que -aunque no lo crean-, nos expidió una prestigiada universidad tras haber concluido satisfactoriamente con los estudios de la Licenciatura en Periodismo.
Fue entonces cuando caímos en cuenta de lo nefasto que es el Acuerdo 286 que acaba de emitir la Secretaría de Educación Pública, que permitirá que cualquier persona que acredite haber trabajado cinco años en un medio de comunicación, pueda recibir un título de Licenciado en Periodismo.
El problema de esta decisión es que las autoridades educativas le están abriendo la puerta a muchas personas que con el sólo hecho de redactar un blog, administrar una página de Internet que nomás sirve para publicar boletines o decir tonterías en un video blog, ya creen que tienen el derecho de ostentarse como periodistas y, peor aún, van a contar con un documento que los avale como tal.
Durante años los periodistas se han quejado que la profesión está deteriorada, que cada vez son menos las personas que creen en ella, que se ha convertido en una de las actividades más denostadas de la actualidad.
Y si esto ha sucedido, es precisamente por la horda de aficionados e hijos de vecino que creen que es muy sencillo agarrar una cámara, una grabadora y ponerse a decir tonterías a diestra y siniestra… más ahora, que las redes sociales dan una oportunidad de difusión que antes no existía.
Lo malo es que los mismos periodistas toleran que un ex celador aduanal, un payaso, un ex repartidor de periódicos y un par de personajes que ni siquiera traen rollo en las cámaras fotográficas que andan pasando por los eventos públicos se crean eso de que son integrantes del gremio.
Si los mismos periodistas no respetan su actividad: ¿cómo pueden esperar que la sociedad lo haga?
Que conste que nadie está criticando la calidad humana de todas estas personas, entre ellos hay personajes realmente entrañables quienes merecen todo el respeto del mundo.
De hecho ese es el motivo por el que muchos compañeros toleran que haya quienes se ostenten como licenciados en periodismo sin contar con los estudios necesarios, porque permiten que su cariño nuble su objetividad.
Qué común se ha vuelto la frase: “No terminó la carrera, pero es muy buena gente, es muy buen periodista”.
La médula del asunto es que en la sociedad hay reglas, y éstas dictan que para poder contar con un título universitario es necesario acudir a clases, aprobar todos los cursos y, luego, elaborar una tesis o pasar un exámen profesional.
Si eso se hace con médicos, abogados, ingenieros civiles, ¿por qué no habría de suceder con los licenciados en periodismo?
En esta discusión -que ha dado un montón de valiosas opiniones-, uno de los principales argumentos que esgrimen quienes están conformes con el acuerdo de la SEP, es que en esta actividad existen cientos de personas que no cursaron la carrera pero tienen la experiencia y trayectoria que les da el derecho de ostentarse como tal.
Cuando hablan de ellos se lanzan nombres como Julio Scherer, Carlos Monsiváis y otros reconocidos comunicadores.
Es más, a nivel local hay quienes preguntan si existe alguien en la región que dudaría darle el título de Licenciado en Periodismo a personajes como “el jefe” Arturo Cantualla, Juan Ramos, Gilberto Reyna, Benjamín Tamez, Luis Alberto Triana y muchísimos otros más quienes hicieron historia.
Es cierto, todas y cada una de estas personas tienen los merecimientos para ser considerados periodistas, pues día con día demostraron su completo dominio sobre los géneros que conforman esta actividad.
Pero ojo, una cosa es considerarlos periodistas y otra muy diferente es que sean Licenciados en Periodismo.
Si la SEP hubiera dicho: “Vamos a dar un certificado en periodismo para todos aquellos que no cursaron la carrera, pero han demostrado que aprendieron la actividad en la talacha diaria”, vale, nadie estaría criticando la medida, porque estaríamos hablando de un certificado, no un título universitario.
Sólo porque alguien nos cae muy bien no nos da el derecho de pasarse por el arco del triunfo las reglas preestablecidas que dictan que solamente quien estudió en una universidad puede tener un título.
Esa permisividad es la que ha minado la credibilidad de esta profesión.
Además -y también es cierto- contar con un título de Licenciado en Periodismo no te convierte en automático en un buen periodista, eso sólo lo logras con el trabajo diario.
Quien hizo un aporte muy valioso en esta discusión es Mario Angel Díaz, quien en su columna Palacio recordó que en el año 2012 la Secretaría de Educación autorizó un esquema similar al que está lanzando en estos momentos.
En ese entonces el llamado ente evaluador de quiénes podrían ser considerados como aptos para contar con un título de Licenciado en Periodismo fue la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, quienes revisaron las mil 300 solicitudes que les llegaron.
Al final, ¡mil personas! recibieron su título como Licenciado en Periodismo. 
RETAZOS
Pasando a otros asuntos, sigue dando de qué hablar la reciente adquisición de El Expreso de Matamoros por parte del empresario Luis Alfredo Biasi y la ex alcaldesa de Matamoros, Leticia Salazar.
Aunque no se ha confirmado oficialmente, se habla que la compra de tanto el matutino como la estación de radio que ahora es conocida como Corporativo Radiofónico de México, se realizó por el pago de aproximadamente 12 millones de dólares.
Y para que a nadie le quede duda de que los nuevos dueños de estos medios traen billete, hay que comentar que hace unos días un equipo de contadores enviado por Biasi y Salazar llegaron a las instalaciones de El Expreso y comenzaron a entrevistar personalmente a cada uno de los empleados.
En estas reuniones se les preguntó todo lo relacionado con sus salarios, prestaciones y si se les debía algo producto de los meses de “vacas flacas” que sufrió El Expreso.
Lo relevante es que los contadores andaban con dos alforjas: una llena de billetes y la otra… también, por lo que procedieron a saldar todas las cuentas pendientes que había con los trabajadores.
La intención -nos cuentan- era aplicar una especie de “borrón y cuenta nueva”, para que nadie diga que la relación con los nuevos jefes empezó mal.
Donde todavía hay muchas dudas es qué va a pasar con Rosy Pereda, quien estuvo ocupando el cargo de directora editorial de
El Expreso.
Ya todos saben que Nora González es la mera mera jefa de todo el grupo editorial, por lo que es cuestión de días para que llegue a
El Expreso para tomar el control del matutino.
Aquí lo interesante es ver si Rosy renuncia o la renuncian, pues su relación con la nueva jefa nunca ha sido buena.
Cuando nos enteremos se los contaremos con mucho gusto, pues de que van a saltar chispas, van a saltar.
En otros temas… nos cuentan nuestros contactos de Televisa Noreste que más de dos personas hacen lo posible por sacarle la vuelta a Esteban Martínez, titular de Noticias Vallevisión nocturno, cada vez que se lo topan en los pasillos de la empresa.
Resulta que muchas personas al interior de Televisa andan muy enojadas con Esteban por la forma tan fea en la que abusó de su autoridad sobre un compañero camarógrafo.
Ahí tienen, queridos lectores, que andaba haciendo una nota sobre los daños que se registraron en la Playa Bagdad, Costa Azul o como sea que se llame en estos momentos.
Sin embargo, durante el recorrido, su camarógrafo recibió una llamada de que su pequeño hijo estaba siendo trasladado a la sala de urgencias de un hospital en Matamoros, pues se había puesto enfermo.
Al enterarse de la situación el camarógrafo le pidió a Esteban permiso para retirarse, pues tenía que estar presente con su esposa y su hijo.
Sin embargo -sabrá Dios qué mosca le picó- Esteban le dijo que no se podía ir, que tenía que acabar con la chamba primero.
Cuando el camarógrafo insistió en su petición, le dijo que hiciera lo que quisiera, por lo que obviamente el compañero se retiró el lugar para estar con su familia.
El problema es que cuando llegó a la televisora, Esteban le puso un reporte a su camarógrafo, quien fue sancionado con una suspensión de dos días sin goce de sueldo.
Cuando la raza de Televisa Noreste se enteró de las acciones del conductor de Noticiero Vallevisión nocturno se indignaron con justa razón, pues la medida era un exceso de autoridad.
Vamos a ver cómo le hace Esteban para congraciarse con sus compañeros después de este resbalón tan feo.
Y no nos vamos sin dejarlos con la gustada pregunta de la quincena: ¿Quién es el reportero de Matamoros al que ya conocen como “el traidor”, pues hace unos meses no dejaba de alabar todo lo que hacía el PRI y, ahora, lo ataca con fiereza, olvidando que gracias a este partido su esposa consiguió empleo?

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