
Los temores de un padre cualquiera se materializan en Julien (Guillaume Canet), cuando un día es notificado que su hijo ha desaparecido.
Desesperado, pierde la calma. Es normal que se violente, por la lentitud de la investigación y por la aparente indiferencia del novio de su ex mujer, con la que vive el chico.
Sin nada qué perder, Julien da un salto al vacío cuando decide emprender sus propias pesquisas para dar con el paradero del muchacho que se ha esfumado.
La búsqueda (My son, 2017) pasa de ser un tenso drama, a una cinta de suspenso, al derivar, la desesperación, en un operativo personal para recuperar al niño.
La premisa ha motivado muchísimas producciones similares. Recientemente, Joaquim Phoenix se lanzó a su propio plan suicida en You were never really here (2017), sin contar con la exitosísima serie del papá irresponsable Búsqueda Implacable (Taken, 2014), donde en más de una vez atacan a su familia; hasta Prisioneros (Prisoners, 2013), la historia del sicópata que es torturado para que revele su atrocidad.
Pero gracias a la compacta sucesión de acontecimientos, que son un resumen de las etapas de una indagatoria de secuestro, presentado en 84 minutos, el realizador Christian Carion consigue presentar una historia que atrapa y tensiona, más allá de exponerse a ser cuestionado por algunos ángulos que no son del todo creíbles y montones de cabos que quedan sueltos en el aire.
En el primer acto, el pobre Julien se sumerge en una culpa melancólica por haberse ausentado de la casa y destruido su propia familia. Su mujer buscó refugio en otro hombre, que resulta ser un tipo patético y falto de empatía, sobre quien pronto recaen las sospechas.
Cuando se perfilan situaciones que podrían incriminar al tonto nuevo marido, surge, de la nada, como si apareciera de entre la bruma del bosque, una motivación que pudo ser la causa de la desaparición. Entonces, este hombre ordinario, que ha tenido desencuentros con la policía y ha atacado a la pareja de su mujer, se convierte en Súper Papá y toma el control de los hechos.
No solo se vuelve, repentinamente, un tipo valeroso y violento, que confronta maleantes temibles. También descubre su propia vena de detective, para obtener pistas, basado en algunos elementos sutiles de los que nadie se ha percatado, ni siquiera los
investigadores profesionales.
En el punto del no retorno, se encuentra, de pronto, ubicado en el centro de la maldad, en un espacio nevado y bello del bosque, donde tal vez encuentre las respuestas que busca… o el final de sus días.
Afortunadamente, el drama entra, rápido, en el esperado conflicto, y es acompañado por un largo desenlace, lleno de acción y suspenso, con un crispante juego del gato y el ratón, donde está arriesgando todo contra enemigos despiadados.
La búsqueda, al final, queda como una película que se mueve entre la contemplación de un padre desecho por la desaparición de su hijo, y un cuento de acción, de este tipo que apuesta la vida para revelar el misterio que lo atormenta, y recuperar lo que más ama en la vida.