Código de Familia aborda la permanente sospecha sobre la policía como el origen de la corrupción en el sistema de justicia.
El director Gavin O´Connor toma el caso de una familia de policías que se ve involucrada en una enredadísima trama de delincuencia, drogas y sobornos. Adentrándose en la vida cotidiana de los uniformados, revela cómo pueden salirse de control la avaricia y las consecuencias funestas del encubrimiento.
Hay escasos disparos, pero la velocidad de la narración habla de una película tan fluida que hasta parece de acción, cuando en verdad es un drama entre hombres rudos, habituados a la violencia y conocedores de los códigos de la profesión.
Con un astuto entramado, O´Connor comienza a involucrar a todos en una situación en la que se ponen a prueba los valores de la lealtad y el honor, como un drama de los años 70.
En el punto más álgido de los acontecimientos coloca a los personajes en complicados dilemas morales y los obliga a elegir entre la ley y la familia.
Aunque prevalece el sentido de la justicia en todos, existe siempre la posibilidad de torcer un poco la ley para adecuarla a conveniencia de quienes la ejecutan.
La historia gira en torno a Norton, quien es un policía con problemas familiares y alejado de la corporación por un anterior problema. Su hermano y su padre, Jon Voight son jefes operativos de la corporación. Farrell está casado con una hermana de Norton y es como otro de sus hermanos.
Sin embargo, este chico tuerce el camino de la ley, y para cubrir los restos de sus crímenes tiene que seguir una cadena de delitos que lo llevan a confrontarse con sus propios familiares.
Técnicamente impecable, con una dirección cadenciosa que lleva la tensión hasta situaciones límite, la película es una interesante producción bien actuada, dirigida a los adultos.
La anécdota no es nueva y tiene algunas referencias directas a Los Infiltrados, o a algunas otras producciones, similares a estas, donde los policías y los ladrones se entreveran hasta ubicarse en posiciones donde son indiscernibles.
Pese al bien elaborado entramado dramático, el desenlace desentona y amenaza con hacer que naufrague toda la cinta. Las situaciones inverosímiles que confluyen hacia el final comprometen por entero la producción y le restan puntos en el marcador final. Pese a todo, funciona.
Escrita por el director Joe Carnahan y el mismo O´Connor, Código de Familia es una denuncia sobre los malos agentes, pero también es, simultáneamente, un homenaje a los policías honestos que honran la encomienda que la sociedad les otorga, de hacer que prevalezcan el orden y la justicia, aunque por ello paguen el precio de su propia vida.