
En Harry Potter y las Reliquias de la Muerte 2, el mago adolescente confronta su destino y en la batalla final contra el malvado Voldemort, decide su futuro, el de sus amigos y el del colegio de zahoríes donde pasó los últimos diez años formándose y preparándose para el gran desenlace.
Ocho películas después, Potter cierra con potencia en una genial película que conjunta la energía de todas sus precuelas condensándola en una explosiva conclusión en la que se revela, por vez primera, el potencial absoluto de Potter, su valor, su inteligencia y su fuerza para combatir a las fuerzas del mal, contra las que se ha convertido en un cruzado.
En el recuento de la serie, hubo larguísimos episodios en los que no pasaba nada. Potter parecía catatónico y desubicado. Pudieron ahorrarse todo el camino y dejar solamente las primera y segunda partes y brincarse hasta el díptico final que compacta la aventura y ata los numerosos hilos que andaban sueltos.
En este gran rally final, los tres muchachos se gradúan de actores. Finalmente, en este desenlace, los tres demuestran grandes dotes histriónicas, exigidos por una historia que los arrastró más allá de la capacidad que habían demostrado hasta ahora.
Para deleite de los fans, toda la película es una gran historia climática llena de acción y drama, en la que el personaje finalmente se expone a un riesgo real, que puede privarlo de la vida de manera definitiva.
La historia anterior terminaba en la necesidad que tienen el hechicero y sus camaradas de destruir cada uno de los horrocruxes que le dan poder e inmortalidad a Voldemort. Mediante una búsqueda detectivesca, los chicos las encuentran y destruyen, exponiéndose a terribles peligros, hasta ser sometidos a una prueba definitiva que probará a cada uno en sus capacidades y lealtades.
Las referencias a Cristo y su pasión dolorosa son obvias e irritables, porque resulta chocante establecer paralelos entre las deidades y el mago elegido. Pero es imposible solapar las referencias a un judas, a la inmolación y a la resurrección que culminan en un cierre vigoroso digno de la larguísima y redituable saga. Potter no puede evitar su actitud mesiánica y sus amigos la de apóstoles escoltando a su guía.
Para los impacientes seguidores de Harry Potter, aquí encontrarán respuesta a todas la interrogantes que habían quedado en el aire, principalmente las relacionadas sobre los orígenes del mago, las razones de la contienda mortal contra su Némesis, las inexplicables traiciones, cambios de bando y muertes que han ocurrido a lo largo del enorme entramado ideado por J.K. Rowling, escritora y creadora del megafantástico éxito comercial del chico de los anteojos redondos.
Visualmente impactante, la cinta cuenta con una gran secuencia de una épica y multitudinaria batalla, con emocionantes pasajes de lucha cuerpo a cuerpo, entre valerosos hechiceros y monstruosos aliados de las fuerzas oscuras del mal.
El maestro Ralph Finnes tiene en esta ocasión más oportunidad que en todas las anteriores, de representar a un siniestro Voldemort, con una voluntad criminal superior, pero con el inconveniente de que agoniza, que se aproxima su fin y que tiene que asesinar a Potter para continuar con vida y prolongar al infinito su reinado de sevicia.
Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte Parte 2 es, también, una reunión de viejos amigos, con miradas nostálgicas al pasado, cuando el trío era infantil. Repasa escenas de episodios anteriores echándole una mirada a antiguos personajes, algunos ya olvidados, que contribuyeron a este cierre que despide en lo alto la serie, ya clásica, del nigromante que creció frente a los ojos de millones de fans que ahora le dicen adiós tras la última batalla.
Esta conclusión es un triunfo.