Debajo de los campos de futbol de la Liga MX, hay miles de jugadores que como topos, entrenamiento tras entrenamiento y juego tras juego, excavan el túnel que les permita salir del subterráneo y convertirse en las estrellas del balompié nacional o internacional.
Perseverantes, con la mira en alto, dan todo su esfuerzo para salir del inframundo del futbol profesional mexicano, que cada temporada se nutre de los sueños y deseos que en algunos casos se habrán de cumplir, pero en otros no.
Durante gran parte del año, raudales de jóvenes que militan en las divisiones inferiores del balompié se dan cita en los campos de entrenamiento para luchar por el balón, por mantenerse dentro de la oncena titular y ganar algo de dinero que les permita mantenerse en la jugada e ir ascendiendo.
No es una empresa fácil, hay que tener las piernas fuertes dentro y fuera de la cancha para enfrentar los retos que se presentan en las vidas de los aspirantes, ya que en cualquier momento pueden truncar definitivamente sus carreras, aunque éstas se encuentren en el alba.
Falta de apoyo económico, distanciamiento de la familia, lesiones, sacrificios como el abandonar la escuela para cumplir con los entrenamientos o radicar en una ciudad lejana, entre otras situaciones, son los golpes que llegan directo al ánimo de los jugadores apabullando su estabilidad física y mental.
Pero la regla de oro es luchar, correr tras el balón, caerse y levantarse las veces que sean necesarias, resistir los más de 90 minutos que se requieren para llegar a ser un profesional porque después de todo el futbol es un deporte que no da nada si no se entrega algo a cambio.
De esto dan cuenta tres jugadores de “Topos de Reynosa”, de la Liga de Nuevos Talentos de la Segunda División Profesional, quienes han atravesado por un sinfín de situaciones dentro del rectángulo verde y que a pesar de todo, se mantienen firmes en su objetivo de debutar en la Liga MX.
LA REVANCHA DE ‘ROBINHO’
En sus piernas tiene gol y la temporada pasada lo demostró anotando 9 dianas. Sin embargo, en sus bolsillos apenas cuenta con recursos para apoyar a su familia, situación que lo obligó a retirarse. Sí, a su corta edad, 20 años, había abandonado su sueño para trabajar en una zapatería en busca de ayudar a sus parientes.
Habitante de la Colonia Jarachina Sur y originario de Tamiahua, Veracruz, pero con nueve años radicando en Reynosa, Angel Hernández, “Robinho” como le conocen en las canchas, narra su revancha con el balón y su retorno al rectángulo hace apenas tres semanas, casi en la recta final del actual torneo.
“Desafortunadamente en este torneo solo llevo un gol, llevo tres semanas apenas en el equipo. Tenía una mentalidad de ya no jugar porque ahorita estoy escaso de dinero y uno piensa en trabajar. Estaba trabajando en una zapatería pero pues dije: ‘lo mío es jugar’”, dice el delantero.
Comenta que su ansiedad por regresar a las canchas se acrecentaba cada que vendía un par de tachones en la zapatería. Así que contactó a los directivos del equipo y les pidió de nueva cuenta una oportunidad.
En la zapatería ganaba mil 300 pesos a la decena, actualmente como futbolista recibe cerca de mil 500 pesos por quincena, pero eso es lo de menos, lo importante es que se mantiene en la cancha, haciendo lo que más le gusta y, de paso, luchando por sobresalir en los viñeros del futbol de las ligas inferiores.
La realidad de los jugadores de estas divisiones es dura y dista de la parafernalia de los futbolistas de primera división, “Robinho” no cuenta con automóvil por lo que se traslada caminando y en microbús a la Unidad Deportiva Solidaridad para cumplir con los entrenamientos que regularmente se desarrollan por la mañana.
El mismo futbol y lo su complicada situación económica se han mezclado para impedirle proseguir con su formación académica universitaria, así que la única opción es seguir sudando la camiseta, mandar el balón hasta el fondo de la red que haya oportunidad y, de esta manera, ascender hasta llegar a la cima.
“Es complicado pero se me volvió a dar la oportunidad y no la voy a desaprovechar, así que estoy dándole al entrenamiento al cien por ciento. Es muy difícil estar en una división como esta porque hay muchos chavos que juegan muy bien”, dice el jugador de los Topos de Reynosa.
Y aunque el panorama no es claro para este jugador local, ya que no cuenta con los recursos económicos para trasladarse a otro equipo a probar suerte, confía en que su habilidad de delantero le dará la oportunidad que tanto ansía.
Enuncia que por lo pronto su objetivo es mantener la continuidad, culminar el torneo actual y después analizar las ofertas que se le presenten más adelante.
“He pensado buscar en otros lugares pero lo económico es lo que me hace falta, es complicado porque mi familia trabaja en fábrica y ganan muy poco. Jugando futbol quiero sacarlos adelante”, pronuncia.
DEL RECHAZO A LA CANCHA
Después de rodar como un balón sin rumbo por las escuadras del Correcaminos, San Luis Potosí y Altamira, Luis Alfredo Peña Márquez, originario de Matamoros, Tamaulipas, llegó a Reynosa a probarse en la escuadra local, brindándosele la oportunidad de jugar por parte de la directiva.
“Ningún equipo me aceptaba, se siente mucha impotencia porque realmente dudas de tu capacidad, de si te puedes dedicar a esto, al final salió una oportunidad con los Topos”, dice el entrevistado.
Del rechazo a la cancha hay un gran trecho de sufrimiento, primero tuvo que demostrar su paciencia sentado en la banca, observando cómo se agotaban los dos tiempos del juego sin tener participación. Actualmente cuenta con la confianza de la directiva para desenvolverse como titular en la defensa central de la oncena fronteriza.
“He sufrido, en el torneo pasado era banca y como cualquiera a empezar de cero. Se siente horrible, sientes que te quieres regresar a casa en cualquier momento pero con el tiempo aprendes a mantenerte firme porque es un sueño”, dice el matamorense quien se hospeda en la Casa Club del equipo, como le llaman a unos modestos departamentos ubicados en la colonia.
Comenta que desde niño se les advierte a los jugadores sobre los sufrimientos que el balompié produce, sin embargo, padecerlos personalmente es más duro. Cuenta que en este aspecto el apoyo de la familia ha jugado un papel fundamental desde que empezó a correr tras el balón y los delanteros para impedirlos a anotar.
Relata que en una ocasión lo habían notificado que debutaría en la Segunda División con el Correcaminos: un día antes tuvo una lesión en el pie derecho que lo inhabilitó por un mes de las actividades futbolísticas.
El dolor físico fue lo de menos, el saber que la oportunidad de debutar se le escapaba fue la puntapié más fuerte que ha recibido en su corta carrera que inició en los campos llaneros de Matamoros, su ciudad natal.
“Las posibilidades se van reduciendo conforme se va avanzando en el futbol, he visto a muchos quedarse en el camino, al final llega a la profesional el que quiere, el que tiene deseo salir adelante”, comenta.
Peña Márquez reitera que en las ligas inferiores se sufre pero también es en esta rama donde se inician las grandes historias de los futbolistas que han enfrentado a la adversidad y que la han logrado driblar en base a su esfuerzo y desempeño en la cancha.
LA FE ES REDONDA Y TIENE GAJOS
Coloca los tachones y espinilleras en su mochila, Balotelli, Iniesta, Cristiano Ronaldo, pegados en la pared de su cuarto, observan como antes de salir de su hogar para dirigirse al entrenamiento se persigna ante una imagen de la Virgen María, porque ante todo el jugador tiene fe en la religión que profesa y, por supuesto, en sí mismo.
“Yo tengo plenamente la fe en Dios y en mí, que puedo llegar a ser un jugador de Primera División, sé que puedo llegar a Europa y que puedo ser un ídolo del futbol mexicano, eso es lo que quiero ser y voy por eso”, comenta Cesar Donaldo Medina Quintero, quien se desempeña como medio de contención en los Topos de Reynosa.
El joven de 17 años refiere que ya estuvo entrenando en las filiales de las Chivas del Guadalajara, pero como ese entonces contaba con 14 años, no pudo mantenerse y regresó a casa a probarse con los equipos de la ciudad.
A su corta edad ya ha tenido algunos reveses que lo han marcado pero que a la vez le han servido para forjar el carácter: se quedó a 90 minutos de ser elegido para ingresar a las filas del Club Pachuca. En los interescuadras solo eligieron a dos jugadores y a los demás les dieron las gracias, entre ellos, al reynosense.
Ahora que se le ha otorgado la confianza aprovecha cada minuto para demostrar su habilidad con el balón en cada jugada e ir destacando en la División de Nuevos Talentos a la que actualmente pertenece.
“Como todo, es difícil pero no imposible, en cada juego hay la oportunidad de que te vean y en cualquiera de esas oportunidades puedo irme a un equipo de primera división”, comenta Medina Quintero.
El futbolista enuncia que su objetivo es claro así que es momento de hacer sacrificios: interrumpir la escuela, cancelar salidas con amigos y hasta privarse de una pareja sentimental. No hay tiempo que perder, si no trabaja en su titularidad alguien más se le va a arrebatar, el balón no llega a los pies del jugador por eso es que el jugador tiene que luchar para poner el futbol a sus pies.
“Descuidas un poco las salidas, tienes que estar concentrado en el torneo. Ahorita permanezco soltero, mi novia es la pelota y ahí vamos. El futbol es mi vida y pienso dedicarme a esto”, declara el joven.
Los sueños de los futbolistas jóvenes que juegan en estas ligas de futbol son vastos, mientras unos sueñan con Europa, otros con la Selección Mexicana o participar en algún equipo de la Liga MX, sin embargo, con los tachones bien plantados en el campo de juego están conscientes que tienen que dejar todo su esfuerzo en la cancha porque el que se duerma en sus laureles simplemente quedará fuera del juego.
Sueños compartidos
Los padres de los jóvenes futbolistas comparten el sueño del profesionalismo con sus hijos, por ello no son ajenos a la alegría de la victoria o la devastación de las derrotas.
Fuera de la cancha, en las gradas, como tribuna fiel, las familias de estos jugadores están a la expectativa de su desarrollo en el balompié profesional. Gritan de júbilo cuando hay que gritar, apoyan sin restricciones cuando hay que apoyar.
Irma Leticia Quintero Gómez del Villar, madre de Cesar Donaldo Medina Quintero, narra la angustia a la que se enfrenta cada que su hijo sale derrotado del terreno de juego y el temor a que sufra alguna lesión de gravedad jugando futbol.
“Tengo temor a que lo vayan a fracturar por eso siempre lo mando con la bendición. Aparte del apoyo económico, tengo también que darle apoyo moral porque luego se desanima, lo he visto llorar cuando no salen bien las cosas, sólo me queda darle ánimos”, dijo.
Comenta que desde que César tenía seis años lo ha apoyado en su decisión de convertirse en un futbolista profesional. Tiene presente los primeros juegos del medio de contención reynosense en las ligas amateurs hasta los últimos juegos como profesional en la Segunda División con los Topos de Reynosa.
Externa que si bien no le da consejos relacionados con el futbol habla constantemente con él sobre conducirse correctamente dentro y fuera de la cancha, así como también, buscar su estabilidad sin afectar la de sus compañeros de equipo.
Al igual que Cesar, su madre confía en que pronto llegará a un equipo de la Primera División Profesional y desde las gradas los estarán apoyando como lo han hecho desde el primer instante que pateó un balón.
“Yo sé que lo va lograr, su sueño es difícil pero lo va poder hacer. Cesar tiene le nivel que se necesita y con las ganas que le está poniendo lo va a lograr y cuando pase, también estaremos en las gradas echándole porras”, dice.
Disciplina y dedicación
Al talento de cada joven solo hay que agregarle disciplina y dedicación para convertirse en una estrella de futbol, de ello está consciente el ex jugador profesional de Primera División, Sergio Alberto Pérez Núñez, quien ha tomado las riendas de los Topos de Reynosa en la actual temporada.
El “Alvin” Pérez, que se dio a conocer con los rayados de Monterrey, aparte de entrenador es un referente de superación para los futbolistas del club. Como ellos, Pérez Núñez también conoció los círculos del inframundo del balompié mexicano profesional.
En cada entrenamiento resuenan los gritos de apoyo o corrección por parte de “Alvin”, nunca deja de hacerlo. Cada sesión es común escucharlo gritar: ¡bien, eres el mejor!, ¡no, así no!, entre otras tantas frases.
“Con disciplina y dedicación, aparte si tienes las condiciones y el don que Dios te dio para jugar futbol es fácil llegar a Primera División. Porque si un chavo se encuentra mentalmente preparado, con buenos principios y aparte sabe jugar futbol, los entrenadores rápido lo voltean a ver”, dice.
Comenta que es complicado mantener una estabilidad grupal, ya que se tiene que trabajar varios aspectos con los que son titulares y los relevos, que por lo general se desaniman debido a que no tienen la participación que desean.
Asegura que en el equipo hay varios prospectos para debutar en la Liga Mx, sin embargo, tiene que llevar el proceso adecuado para contar con las habilidades que se exigen en el máximo circuito del futbol mexicano.
“Los muchachos están trabajando al cien por ciento, hay mucho talento aquí en Reynosa. Hay prospectos para jugar en la primera división pero hay que llevarlos poco a poco y después soltarlos para que jueguen en la primera”, enuncia.
El “Alvin” Pérez informa que tres jugadores de los Topos de Reynosa partirán a Europa con el apoyo de una promotora, por lo cual tendrán la oportunidad de “calarse” en un futbol distinto al nacional y alimentar sus esperanzas de militar en algún equipo de aquella región del mundo.