
Al nivel mundial hay pocos luchadores con una pierna. En la República Mexicana sólo existe uno y es orgullosamente de Reynosa.
Desde pequeño, Hugo César Flores Peña soñó con volar desde las cuerdas, hacer tirabuzones y convertirse en luchador profesional, sin saber lo que el futuro le depararía.
Mientras sus compañeros de la infancia deseaban ser como Maradona o Pelé, él prefería seguir los pasos de “El Santo”, “Blue Demon” y “Mil Máscaras”, a quien dice admirar de forma especial por convertirse en el primer luchador en haber puesto en alto el nombre de México a nivel internacional; sin embargo, debido a su bajo peso, en un principio tuvo que descartar esta opción.
Años más tarde y después de haber trabajado en diferentes corporaciones policiacas como agente y comandante de la Policía Judicial y Ministerial del Estado, supervisor y primer comandante en la dirección de Seguridad Pública, agente de Gobernación, supervisor de Tránsito, integrante de los Cuerpos Especiales de Seguridad Pública y comandante en penales de la entidad, tuvo la oportunidad de practicar defensa personal y algunas artes marciales. No obstante, la lucha libre seguía siendo su disciplina favorita por el contacto físico y la cercanía
con el público.
Fue entonces que decidió comenzar a entrenarse para poder competir, aunque fuera sólo una vez, pero su sueño apenas comenzaba y el cuadrilátero se convirtió en su pasión.
“Yo nada más quería tener una lucha para tenerla guardada de recuerdo, enseñársela a mis hijos y a mis nietos, pero la lucha libre es un vicio, es como cualquier otra adicción y ya que empiezas no la puedes dejar”, comenta.
EL ORIGEN DE SU SEUDONIMO
Al ser licenciado en derecho y querer pertenecer a los “rudos”, Hugo César escogió el nombre de “El Abogado del Diablo”. Tras buscar el significado de este mote se encontró que no tiene que ver con la imagen negativa que parece, pues se refiere a una figura que en los procesos católicos de canonización es promotor de la fe y su función es “objetar, exigir y descubrir errores”.
Empero, este enmascarado manifiesta que por el cariño del público y, sobre todo, el infantil no ha podido desempeñarse totalmente como un luchador rudo.
“La satisfacción que más me ha dado este deporte es la sonrisa de los niños, el aplauso de los niños, el reconocimiento del público, que los pequeños te pidan un autógrafo, un beso, una fotografía, una máscara tuya es algo que no lo tienes ni con todo el dinero del mundo”, refiere.
Cabe decir que “El Abogado del Diablo”
ha contendido en escenarios no sólo de Reynosa y Río Bravo, sino de otras plazas como Nuevo León, Guanajuato, el Estado de México y el Distrito Federal, siendo Campeón de Peso Medio de Norteamérica, pero sin duda, dice no olvidar su presentación en Cadereyta el 13 de abril del 2013, puesto que fue la última vez que subió al encordado con sus dos piernas.
Entrevistado en la Arena Coliseo de Reynosa, relata que dos días después, ya de regreso en Reynosa, viajaba en su motocicleta por la calle Herón Ramírez, aproximadamente a las 12:30 de la mañana cuando un hombre de 80 años, a bordo de su camioneta, se pasó un alto, lo que provocó que se impactara contra su unidad, arrastrándolo y destrozándole la pierna derecha.
Al ver lo que le había ocurrido supo que no había mucho que hacer, pero aún así quiso imaginarse que todo era una pesadilla.
“Primeramente cuando vi eso dije: ¡Estoy soñando!, cerraré los ojos y me voy a dormir otra vez, me voy a despertar y no va a pasar nada, pero por desgracia esa era la realidad, porque así me había pasado en ocasiones que estas soñando y te despiertas cuando algo no te agrada, pero aquí lo quise hacer al revés, y no era un sueño, sino la mera verdad”, recuerda visiblemente conmovido.
LA RECUPERACION
Contrario a lo que pudiera pensarse, ese acontecimiento no lo detuvo. Incluso menciona que su familia, amigos y compañeros tomaron la noticia más fuerte que él. Inmediatamente después de recibir las muletas se levantó, hizo todo por su cuenta y en cuanto pudo, viajó manejando hasta Guanajuato, en dónde le hicieron su prótesis con la que nuevamente volvió a luchar.
“Estuve una semana en el hospital nada más, pero como lo he dicho siempre, pues nada más perdí una pierna, pero yo sigo siendo la misma persona, no perdí mi vida ni las ganas de vivir, he seguido adelante”, agrega Hugo César.
Mientras entrenaba sólo con la pierna izquierda, su prótesis y los brazos, este luchador descubrió una fuerza interna que, argumenta, no sabía que tenía. El ejercicio, el apoyo de quienes lo rodean y el deporte de sus amores, lo mantienen en continuo movimiento y no ha tenido ni quiere tener tiempo para pensar en lo negativo
“Si yo no tuviera la lucha libre dentro de mí, después del accidente, me hubiera ido para abajo, esto es lo que me ha mantenido vivo y con las ganas de salir adelante” comenta.
Dos meses y medio más tarde “El Abogado del Diablo” hizo su reaparición en los cuadriláteros. A partir de entonces se presentó en varias partes y, dice, continuará de la misma manera. De hecho, asegura que subir sin prótesis es mejor, porque tiene más agilidad. Abunda que los médicos no pusieron objeción alguna y Hugo Cesar se mantiene firme en la lucha.
Con buen humor este gladiador declara sentirse “más ligerito” y a pesar de que no puede hacer las mismas actividades que antes, tampoco se siente limitado y ahora realiza otras cosas.
“Utilizo la fuerza que tengo en los brazos, procuro no estar parado mucho tiempo, estar pegado, llevarme al contrario a la orilla de las cuerdas para en un momento dado yo sostenerme. Como quiera tienes que sacar ventaja de tu desventaja”, añade.
Detalla que la respuesta de sus compañeros fue buena, aunque al principio temían lastimarlo, pero con el tiempo se acostumbraron y Hugo César se desenvuelve de manera casi normal. El público también reaccionó de forma positiva.
“Se les hace raro, el morbo o lo que tú quieras, ha sido buena la respuesta, la de los chiquitines más que nada: la vez pasada estábamos en Monterrey y nunca pensé que me fuera a cansar de estar firmando tantos autógrafos, muy buena respuesta” destaca.
EL AMOR DE SU GENTE
No está de sobra decir que en las presentaciones los luchadores se enfrentan a dos problemas, su rival y el más temible, el público, pues “El Abogado del Diablo” cree que así como el ánimo de la gente lo puede levantar, al mismo tiempo lo derrumba, aunque a pesar de todo siente el cariño de los aficionados.
Aunque su vida dio un giro inesperado,
Hugo Cesar sigue siendo el mismo, no pierde las ganas de vivir y pretende siempre alcanzar sus metas, pero, avisa que no dejará la lucha hasta que su cuerpo se lo permita.
En la actualidad atiende su propio despacho legal y trabaja como analista por parte de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y como abogado en la Coordinación de Asuntos Externos de Petróleos Mexicanos, además de entrenar por las tardes de 4:00 a 6:00 en la Arena Coliseo de Reynosa y presentarse los fines de semana ya sea en la ciudad o en diferentes entidades.
Sin quererlo Hugo César Flores Peña se convirtió en una fuente de motivación para muchos, aunque para él es algo normal. Comenta que muchos le han dicho que lo admiran.
“Me he dado cuenta que mucha gente me pide ayuda y yo apoyo, pero ¿quién soy yo para darleS consejos? Lo único que les digo es no dejarte caer y darle para adelante. Hay muchas cosas que yo no hacía anteriormente con las dos piernas”, indica.
Al final “El Abogado del Diablo” pondera que la vida es un riesgo; hay momentos malos que es mejor dejarlos pasar, las cosas siguen y depende de uno como persona hacer
el cambio o no.
“Yo perdí una pierna nada más, pero eso me ha hecho descubrir otras cosas que tenía enterradas, otra fuerza interior dentro de mí, seguirle para enfrente y todo se puede en esta vida, todo está en la mente de uno. La cuestión física como quiera, de una u otra manera, la compensas con las ganas de salir adelante”, concluye de manera categórica este perseverante atleta.
Sus trofeos
Máscaras:
:: ”El Rey de Oro”
:: ”Doctor Muerte”
:: ”Mister Fuego”
Cabellera:
:: “El Cruce de la Mariposa”.