
El debate parece inútil pero, como es inagotable, siempre ofrece posibilidades de nuevas propuestas.
El mundo no se ha puesto de acuerdo sobre el aborto, la pena de muerte y la despenalización de las drogas.
Parece que en México, los aficionados al futbol tampoco llegarán a un consenso sobre la viabilidad de jugar dos torneos de manera simultánea.
Existen las competencias domésticas, que mantienen circulando el balón durante todo el año. Pero para algunos equipos estas competencias son un estorbo para buscar conquistas mayores.
Como ocurre en el resto del continente, las escuadras aztecas tienen la oportunidad de competir en la Copa Libertadores.
Las estadísticas y la repetición del acontecimiento han demostrado que es insustentable la doble competencia. Una vez Cruz Azul llegó allá por los 90 a una instancia final en la copa continental y obtuvo el subcampeonato. Pero fue un caso muy aislado. La mayor parte de estas competiciones ofrecen un desgaste tremendo que impiden hacer una lucha decorosa.
Toluca recién se ha despedido de la Libertadores, aunque en la liga mexicana anda también muy mal. Quizá se le puede atribuir el doble fracaso a un doble intento por descollar. No habrá una explicación sincera, pese a que el Profe Meza es el campeón de los hombres honestos. A él le manda la directiva.
El caso de Tijuana es más ilustrativo. Hubo una decisión casi cínica del entrenador Mohamed por relegar la liga doméstica para buscar la gloria continental. Por lo menos fue honesto el Turco cuando dijo que iba por la orejona y enfrento el circuito mexicano con suplentes y parches.
Como se esperaba, anda errático en la liga, aunque está colado en la fiesta de la Libertadores y puede prosperar su empuje.
Hay otro torneo que se empalma que es la Concachampions, el torneo de campeones del circuito de Concacaf, una competencia que le permite al ganador disputar el mundial de clubes, donde hay mucho más prestigio en juego.
Los equipos norteños de Monterrey y Torreón se disputarán la final de la competencia anual que busca proclamar al mejor club del mundo.
Torreón ha sacado buenas cuentas, pues en la liga ha estado constante en los cuatro primeros lugares. Rayados, en cambio, está actualmente fuera de la zona de al calificación en el torneo casero y viene a la baja. Quien sabe si le alcance la gasolina para completar las dos competencias.
Nadie ha encontrado, hasta ahora, un punto medio, entre las diversas actividades que deben cumplir los equipos que ya no solo se esfuerzan en su pacífica liga.
Incluso los federativos de México ya incorporaron un inútil torneo de copa, con propósitos meramente mercantiles, que no tiene ni prestigio, ni solidez.
Me interesa saber cómo termina el semestre para estos equipos y cuál es su rendimiento cuando terminen la Libertadores, la Concachampions y la Liga.