
A ambas las riega un río importante (el Ebro es el raudal más caudaloso de España, mientras que el Bravo es el que separa a México de Estados Unidos). Tanto una como la otra poseen climas extremosos (que en verano superan los 38 grados centígrados, mientras que en el invierno descienden hasta bajo cero), pero definitivamente algo superior hace que estas comunidades tengan un vínculo entrañable y poco conocido: los habitantes de una participaron en la fundación de otra.
Se trata de Reinosa, España y Reynosa, Tamaulipas, dos ciudades divididas por nueve mil kilómetros de distancia pero unidas por el curso de la historia y por su gente, parte de la cual emigró a México en busca de mejores horizontes.
Dos y medio siglos después del descubrimiento de América, al colonizador José De Escandón y Helguera se le otorgó la empresa de fundar una de las provincias de la Nueva España, abarcando lo que ahora se conoce como el Estado de Tamaulipas, además de un sector de Nuevo León y el sur de Texas.
Entre 1748 y 1755 el Nuevo Santander, como se le bautizó, quedó conformado por nueve municipios a los que se les pusieron los nombres de Llera de Canales, Soto de la Marina, Laredo, Camargo, Reinosa, Güémez, Santillana (Abasolo), Santander (Jiménez) y Revilla (Guerrero Viejo), en homenaje a los lugares de origen de sus conquistadores.
Aunque en un principio la colonización era para atemperar los ataques de pueblos indígenas a los Estados del centro del país y contener las invasiones de los franceses e ingleses en las costas del Golfo de México, con el transcurso del tiempo las comunidades del Nuevo Santander fueron creciendo económica y políticamente hasta consolidarse como centros urbanos.
Jesús Sifuentes Guerrero, miembro de la Sociedad de Historia de Reynosa, explica que para comprender el génesis de ésta y otras ciudades de la región hay que remontarse más atrás de cuando fueron establecidas.
Originario de Ciudad Lerdo, Durango, pero avecindado en Tamaulipas desde 1979, este médico especialista en anatomía patológica, pero apasionado de las crónicas y del pasado ancestral, detalla que la constitución de la mayoría de las poblaciones en la entidad van intrínsecamente ligadas con la época de la Colonia, cuando el país era dominado por el Virreinato Español y la Independencia de México aún estaba a varias décadas de distancia.
Después de establecida la villa de Camargo, se dispuso la fundación del segundo poblado a orillas del río Bravo. Morada habitual de los indios Tejones y Sacatiles, Reynosa se fundó el 14 de marzo de 1749, nombrándose así en honor a la Reinosa europea.
Cuenta: “Los orígenes de nuestra ciudad no están aquí, sino en España. En varios viajes que he hecho para allá he tenido la oportunidad de comprobarlo y de investigar lo relacionado con el nacimiento no nada más de Reynosa, sino también de la colonia del Nuevo Santander, de tal forma que ésta se formó con varios hombres que estaban ligados a una misma región, la cual se llama Cantabria (una de las 50 provincias que posee el país ibérico)”.
El investigador explicó que entre esos personajes estaba José De Escandón y Helguera, un muchacho de estirpe asturiana, quien nació el 19 de marzo del año 1700 en la calle de San Juan de la Canal número 12 del poblado de Soto de la Marina, Santa Cruz de Bazana, en la provincia de Cantabria.
Se crió en una vivienda sencilla de tipo montañés, la cual aún consta de dos pisos, una sola entrada, cocina, dos recámaras; un zaguán por donde pasaban los animales y un corral. A la postre ese adolescente se convertiría en el primer gobernador del Nuevo Santander durante el Virreinato de la Nueva España (actual México). Fue él quien giró la orden para que Reynosa fuera el asentamiento inicial de 223 personas, incluidas 43 cabezas de familia y 11 soldados provenientes en general del Nuevo Reino de León (Nuevo León).
“He tenido la oportunidad de convivir varias veces con los descendientes de Don José De Escandón. Ellos viven a unos 50 metros de la casa donde nació, aunque ahora ya se apellidan De la Llata”, afirmó.
‘NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA’
Sin embargo, a pesar de haber sido un hombre muy importante para la configuración actual del Estado de Tamaulipas y para la Corona de su país, actualmente, en la región donde creció, De Escandón y Helguera es casi un completo desconocido, según comprobó Sifuentes Guerrero.
“Llama la atención que un gran personaje como él pasa desapercibido en su lugar de origen, como si se tratara de cualquier persona, pero para nosotros es alguien relevante, porque fue quien colonizó esta región. Aunque existen dos colegios que llevan su nombre, una primaria y un liceo, la mayoría de la gente de Soto de la Marina, España, y de esa zona no saben quien fue”, comentó.
Otro de los hombres que están muy relacionados con la región de Cantabria y la fundación del Nuevo Santander, México, es Juan Francisco Güemes de Horcasitas, oriundo de Reinosa y quien fue el Conde de Revillagigedo. Conde era el título europeo con el que la monarquía condecoraba a algunos de sus más fieles aliados.
“El fue el Virrey de España (de 1738 a 1740) en la época en la que Don José De Escandón pudo comprar la empresa, por decirlo así, para poder fundar y colonizar el Nuevo Santander. El otro personaje clave fue el Marqués de Altamira, el Conde Juan Rodríguez de Albuerne, quien nació en Santillana del Mar, la cual queda a siete kilómetros de Soto de la Marina y ambas localidades españolas están a 49 kilómetros de Reinosa. Las tres ciudades en Cantabria.
“Hablamos de tres personajes importantísimos y obviamente que el Virrey, Güemes de Horcasitas y el auditor de Hacienda, que era el Marqués de Altamira, eran paisanos los tres, ¿a quién le iban a dar la empresa de fundar y colonizar el Nuevo Santander?, pues a Don José De Escandón, a pesar de que hubo otras cuatro solicitudes que querían hacer eso”, manifiesta el entrevistado.
Pero antes de recalar en el territorio del actual Estado de Tamaulipas, De Escandón y Helguera llegó primero a Mérida, Yucatán. En 1915 entró a la milicia como voluntario y por su ferviente valor fue ascendido a teniente. De ahí se trasladó a Querétaro, donde se casó dos veces. En ese lugar él hizo las gestiones ante el Virrey (Francisco Güemes de Horcasitas) para lograr la patente.
“Y entonces de Querétaro vino y, a partir de 1749, colonizó en un programa preestablecido, las primeras poblaciones aquí en la región. Continuó hasta que se fundaron más de 20 localidades, pero siguió llegando gente y en 1770 fue cuando dejó la gubernatura Don José De Escandón. Se fue a México y en el trayecto, al parecer en una nevada, le dio una neumonía que terminó con su vida.
“Ahí concluye una etapa y luego vienen otros gobernadores (a la Nueva Santander), entre ellos uno de los hijos de don José, casi en el año 1800, Manuel De Escandón”, detalló el doctor Sifuentes Guerrero.
El relieve que representó la parte norte de España para el establecimiento y prolongación de su imperio en América Latina era tal que quien fundó el mayor marquesado que haya existido en la historia de esa nación fue Francisco De Urdiñola, colonizador del Estado de Coahuila (México) y descendiente del Marqués de Aguayo.
“Su sede está en la ciudad llamada General Cepeda, que originalmente se denominaba Patos. Don Francisco nació en Ollersun, en la zona vasca, cerquita de San Sebastián, a siete kilómetros. El territorio mexicano que estuvo bajo su control fue de casi cinco millones de hectáreas”, indicó Sifuentes Guerrero, quien agregó que aún así hoy en día, en su propia tierra, nadie sabe quien era De Urdiñola.
EN BUSCA DE LA HISTORIA
En 1802 Reynosa México (radicada en lo que hoy es Reynosa-Díaz) fue trasladada a la zona actual, que antes era conocida como las Lomas de San Antonio. La pequeña población se convirtió en un ligero arquetipo de la Reinosa española de la época colonial. Incluso sus nombres se escribían igual hasta que se le cambió la “i” latina por la “y” griega.
Sus pocos habitantes se dedicaban a la ganadería, a la agricultura; intercambiaban comestibles y comerciaban diversos productos. Los objetos convencionales como ejemplo: una cuchara, en aquellos años eran de gran valor, ya que documentos de la época –en poder del Archivo Histórico de Reynosa– revelan que había quienes las heredaban.
> ¿Cómo es Reinosa, España?
“Es una ciudad provincial que debe de tener unos 15 o 16 mil habitantes. Posee una avenida que la cruza de norte a sur, que se le llama la Calle Mayor y tiene una conexión de oriente a poniente. Cuenta con una plaza principal, pequeña, que debe de ser de alrededor de 50 o 60 metros de diámetro, donde en uno de sus costados está la casa consistorial y se encuentran rodeadas las cuatro calles por casas de la época, de mil setecientos y tantos.
“Es una ciudad pequeña con un templo bellísimo llamado San Sebastián, que tiene un retablo barroco hecho con el oro que mandó Francisco Güemez de Horcasitas a ese lugar, con oro mexicano”, refirió el presidente de la Sociedad de Historia.
Apostilló que los municipios más importantes de Tamaulipas llevan el nombre de una ciudad, un personaje o el apellido.
“Por ejemplo, Padilla se llama así por Ceferina Pacheco Padilla, esposa de Francisco Güemes de Horcasitas. Llera por la esposa de don José De Escandón; Altamira, por el Marqués de Altamira; Reynosa, por Reinosa; Camargo, porque que a cuatro kilómetros de Santander en España, cerquita del mar cantábrico se encuentra el Valle de Camargo, de donde toma el nombre el municipio tamaulipeco.
“Revilla, también y así podemos mencionar otras ciudades de Tamaulipas, tomadas de los orígenes del sitio de donde vinieron esos conquistadores y colonizadores”, abundó.
Jesús Sifuentes Guerrero cuenta que es precisamente esa sensación de saber más de esta tierra la que lo ha empujado a descubrir su pasado.
Agregó que la idea de crear una Sociedad de Historia en Reynosa surgió cuando varios amigos se juntaron ocasionalmente para tomar café. Decidieron que podían aprovechar esos encuentros para platicar del pasado de la región y de su gente y así, un 8 de octubre del año 2002, fue fundada como una asociación civil.
Sin instalaciones propias, el grupo empezó a tener reuniones programadas en diferentes espacios de la ciudad, uniéndose a esta convocatoria cada vez más personas.
“Ahorita somos 20 compañeros, pero hemos llegado a tener 25, 24, 23, de los cuales dos o tres ya han muerto.
“Nuestra finalidad es tratar de escribir la historia regional, en este caso de Reynosa, en lo que concierne a su primera fundación, su traslado a esta zona geográfica y posteriormente el desarrollo de la población en el transcurso de los años, desde cuando fue cambiada para acá a la fecha.
“Vemos como a un pequeño grupo de ciudadanos le gusta la historia y entonces quieren registrar y transcribir, para que esté al alcance del público en general”, manifestó.
Desde su comienzo, la Sociedad se reúne cada 15 días en algún punto de Reynosa.
“Ahorita tenemos varios años de hacerlo en este recinto (Hotel Howard Johnson), que nos facilita un espacio. Y entonces comenzamos como una pequeña plática entre nosotros, como si fuera una especie de efemérides, para intercambiar opiniones de lo que ha pasado en las últimas dos semanas y le dedicamos una hora u hora y media a un tema en especial”, explicó el entrevistado.
Dijo que todas esas charlas las van documentando en base a un programa de estudios. Especificó que anualmente cambia la mesa directiva y que cada uno de los integrantes pasan por todos los puestos que conforman a la Sociedad de Historia.
“Cada quien tiene su forma de pensar, sus ideas y se van presentando los trabajos. Muchos de ellos están específicamente relacionados con la historia de nuestra ciudad, como es el caso de la última reunión, donde se habló de la Educación en Reynosa, desde su fundación a la fecha.
“Muchos otros trabajos tienen que ver con los orígenes de Reynosa, que no están aquí, sino en España, como decía en un principio. Abordamos otros aspectos que están conectados con Reinosa, España, y también hablamos de la arquitectura griega en esta región, pues tenemos algunas representaciones.
“Próximamente estudiaremos de otras culturas y otros hombres, como Santa Anna, relacionado con su vida y las intervenciones en Tamaulipas y la batalla de San Jacinto, Texas”, mencionó.
Afirmó que la idea es publicar la información recopilada para que las generaciones actuales, las venideras y público en general pueda conocer más sobre los detalles históricos de la ciudad.
“Todo se escribe y se deja un registro en los archivos de la Sociedad, de tal suerte que en el momento que ya se tenga un material suficiente lo podamos hacer una especie de libro, de todo lo que se ha presentado en la región y entonces ya lo conectamos, lo compactamos y hacemos público”, informó.
¿JUDIOS EN TAMAULIPAS?
Aunque había una Reinosa en Cantabria esto no quiere decir que todos los habitantes que poblaron la Reynosa mexicana y otras localidades del Nuevo Santander (como Laredo, Llera, Camargo, Güemez y Revilla) habían desembarcado exclusivamente de ese Estado de España.
También había nativos y algunos cripto-judíos, quienes profesaban el catolicismo, pues de lo contrario podían ser procesados por el Oficio de la Santa Inquisición, ya que practicar otra religión diferente era un delito castigado incluso con la muerte (desde 1571 hasta 1820 cuando fue abolido el tribunal).
“Los que venían con Don José De Escandón ya estaban aquí, claro que no todos eran españoles españoles, porque en 1750 ya tenía dos siglos de haberse fundado el ‘Nuevo Mundo’, de haber llegado (Cristóbal Colón) a México y en ese tiempo ya estaba establecido el Reino Nuevo de León (Nuevo León), de tal manera que de Linares, de Cadereyta, de Cerralvo, de Monterrey, de Saltillo, de Durango, de Zacatecas, de Matehuala, de San Luis Potosí y de todos esos lugares vino gente a colonizar el Nuevo Santander (el Estado de Tamaulipas).
“La sección de los judíos son aparte: son judíos que llegaron a la región sefarditas y esos sefarditas se apellidaban Garza, etcétera. Hay muchos nombres transformados que eran cristianizados, por ejemplo Carbajal y de la Cueva, decían que era un judío. Se les llamaban cripto-judíos, pero la gran mayoría eran españoles católicos”, comentó el doctor Sifuentes Guerrero.
Reveló que en Reynosa, México, sí se abrieron procesos inquisitoriales, uno de los cuales fue a José Vázquez Borrego, de la hacienda Dolores.
Menciona que durante el movimiento de Independencia el obispo Feliciano era el encargado de la Inquisición en la Nueva Santander y estaba asentado en Burgos, pero antes de él estuvo un fraile (cuyo nombre no se menciona), quien fue el más enemigo de José De Escandón. Más detalles sobre estos juicios o autos de fe se encuentran en el Archivo General de la Nación, ubicado en la Ciudad de México.
En síntesis, Reynosa, Tamaulipas, es ahora una ciudad muy importante para la vida nacional, con una posición que geográficamente la hace estratégica para el comercio internacional y el tránsito de personas. Sus numerosas fábricas la hacen agrupar el 35 por ciento de los trabajos de todo Tamaulipas.
Seguramente sus colonizadores jamás imaginaron que siglos después crecería mucho más que la Reinosa española. Aunque pese a tener menos habitantes y una extensión territorial diminuta ésta última alberga una industria siderúrgica boyante.