
Estaba un día El Apuntador bloqueando de su cuenta de Caralibro (Facebook para los que no entienden el idioma de Lady Gaga), a todos los que ahora resulta que siempre le han ido a los Pumas, con eso de que ganaron el título del futbol nacional, cuando me encontré un artículo de Héctor Aguilar Camín llamado Abajo Insultantes.
Para quienes no lo sepan (ojalá no sean tantos) además de analista político, Aguilar Camín cuenta con una muy respetable trayectoria como escritor. De hecho su libro Las Guerras de Galio es, quizás, una de las mejores novelas sobre periodismo y periodistas que se haya escrito en México.
Pues bien, en su columna que publica en Milenio Diario, Aguilar Camín reproduce una carta que otro analista, el sociólogo e intelectual Fernando Escalante Gonzalbo envió a Pablo Hiriart, director del diario La Razón, periódico donde Escalante escribe una columna.
En su misiva, Escalante solicita a Hiriart que a partir de la fecha de la carta, la edición electrónica del diario impida que los lectores puedan escribir comentarios al final de sus artículos.
Cuando leímos esta solicitud nos quedamos muy intrigados, sin embargo, al final hay que decir que estamos muy de acuerdo con la propuesta y ya verán por qué.
Resulta que Escalante explica que desde su nacimiento, el espacio para comentarios no ha servido para continuar los argumentos, ni para refutarlos, ni siquiera para abrir un diálogo.
En la práctica, asegura, estos espacios se han convertido en un muro para colgar insultos, por lo que nunca han sido un espacio de crítica sino casi lo contrario, pues generalmente son acaparados por “los más gritones, los ociosos, los más ofensivos, hirientes y deslenguados quienes terminan inhibiendo a todos los demás”.
Cuando leímos lo anterior no nos quedó más que darle la razón a Escalante, pero la cosa no quedó ahí, los argumentos continúan.
El analista aseguró que en la práctica, en ese tipo de espacios “se manifiestan los peores rasgos de la comunicación por internet: el anonimato, la facilidad, la precipitación, la irresponsabilidad, rasgos que en conjunto favorecen además una radicalización tanto más irreflexiva y furiosa cuanto más apresurada, una radicalización que en algunos aspectos recuerda los movimientos de la chusma en un linchamiento”.
El sociólogo continúa con sus reflexiones asegurando que los defensores de estos espacios aseguran que éstos existen gracias al irrestricto y casi caso sacro respeto de la libertad de expresión, en donde cualquiera puede decir cualquier cosa en cualquier parte, sin consecuencias.
Cuando esto se aplica lo que sucede es la disolución de los espacios de diálogo, porque en cualquier lugar donde importe el diálogo y que sea realmente importante, deben de existir reglas, tal es el ejemplo de un tribunal o salón de clases o la prensa seria.
Escalante asegura que en estos momentos los medios de comunicación y sus lectores están acostumbrados a la existencia de este tipo de espacios por lo que pudiera parecer impensable suprimirlos pues, al hacerlo, se estaría atentando contra algún derecho básico.
Sin embargo esto no es así, porque no existe ningún motivo válido para que alguien pudiera esperar que la plataforma de un periódico o el nombre de un periodista tengan que servir como soporte, publicidad o altavoz para difundir los desahogos de otra persona.
La carta concluye con una comparación que, pensamos, da en el clavo.
“Hoy en día (esta sección) se asemeja a la pared de un mingitorio público, donde uno garabatea una frase insultante, otro deja un dibujo obsceno, otro más pone sus iniciales, cualquier zafiedad, o simplemente un rayón. No es el lugar más a propósito para una conversación civilizada”.
No sabemos qué es lo que piensan Ustedes, queridos lectores, pero mucho de lo que expuso Escalante aplica a la perfección con lo que se vive en el Estado de Tamaulipas en lo referente a las secciones de Mensajes.
Como siempre lo hemos dicho, estas secciones que se han vuelto harto populares en algunos portales de internet que les ven como vías fáciles para conseguir audiencia, ante la pobreza de su contenido editorial.
Lo malo es que al final estos espacios en lugar de una tribuna para expresar lo que se piensa o se siente sobre algún tema en específico, solo sirve para el desahogo de problemas personales y las frustraciones de un puñado de traumados.
Podemos contar por cientos las víctimas de los insultos y calumnias que se han leído en este tipo de espacios tanto en las filas de los políticos como los mismos medios de comunicación.
Por eso aplaudimos la idea de Escalante. Adiós a las secciones de Comentarios y Mensajes pues, después de todo, no tenemos una sociedad que esté preparada para una apertura de este tipo en los medios de comunicación… y sí, nos gustaría que desaparecieran también en nuestros espacios.
Y que nadie se equivoque intentando siquiera comparar estos foros insultantes con esta infame columneja.
Lo hemos dicho en incontables ocasiones, este espacio es elaborado de manera colectiva y se nutre de la información que nos envían nuestros lectores. Sin embargo a diferencia de estas secciones, aquí existen filtros y reglas y la principal es nunca meternos con la vida personal y privada de nadie, aquí se escribe exclusivamente del trabajo y cuando hemos cruzado esa línea, hemos reconocido nuestro error.
Además, que nadie se espante o se rasgue las vestiduras. Medios como El Norte, El Universal y Milenio tienen columnas de este tipo firmadas con pseudónimos. La diferencia es que ellos hacen algo que, para muchos, es políticamente correcto, o sea criticar a la grilla y (valga la redundancia) a los políticos.
Es curioso, los medios de comunicación en general nos encanta señalar, corregir y hasta adoctrinar, pero siempre a otras personas, porque cuando llega alguien a querer hacernos lo mismo, le caemos con una furia asesina.
Ya para cerrar con el tema les recordamos el caso de Frontera Roja, el espacio de mensajes que El Norte abrió en su portal de internet supuestamente como un medio de comunicación social ante el grave problema de inseguridad que vivimos en todo el país.
Con el paso del tiempo esta sección llegó a convertirse en un ejemplo académico de lo graves y caóticas que pueden ser las consecuencias de abrir un espacio de este tipo sin regulaciones en los medios de comunicación.
Hubo un momento en que lo que se leía en Frontera Roja daba más miedo que cualquier película de terror.
¿Y qué sucedió con el experimento? Que al final El Norte lo cerró.
RETAZOS
Pasando a otros temas queremos manifestar nuestra solidaridad con las compañeras de Comunicación e Información de la Mujer A.C. (Cimac) una agencia de noticias especializada en cubrir temas de equidad de género y defensa de las mujeres y niñas en México.
Resulta que hace unos días las instalaciones de la agencia, ubicadas en la capital del país, fueron allanadas por un grupo de desconocidos quienes arrancaron de su marco una de las puertas, tiraron al piso los cajones, archiveros, bodegas y centro de documentación en una clara evidencia de que estaban buscando algo.
Además, estos vándalos cortaron el cable del internet y se robaron el equipo de cómputo de la administración, redacción, redes y hasta una cámara de video propiedad de TVCimac.
Pero no crean que esta es la primera vez que la agencia, con 23 años de trabajo, sufre este tipo de agresiones. Hace precisamente tres años sucedió un incidente similar que a la fecha permanece en la completa impunidad.
En esa ocasión se inició la averiguación previa FCH/CUH-6/T2/1195/08-07 ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal que, tres meses después, decidió archivar el expediente y enviarlo al no ejercicio de la acción penal “ante falta de un sospechoso y elementos para la investigación”.
Obviamente con este antecedente de impunidad ofrecido por las autoridades, los responsables de estos ataques se sienten con toda la confianza de volver a agredir y, por ello, tenemos un nuevo incidente de este tipo.
Ojalá esta vez los que se supone nos deben de brindar justicia hagan su trabajo y capturen a los responsables de agredir a una agencia que ha dado seguimiento al feminicidio en Juárez y en el país, a la violación de mujeres por parte de militares, la lucha feminista contra quienes penalizan el aborto, entre otros temas.
Vale la pena recordar que en los últimos años México se ha convertido en un país de alto riesgo para ejercer el periodismo y los compañeros de todos los rincones de la Nación enfrentan condiciones muy complicadas para cumplir con su trabajo.
Todo esto sucede porque las autoridades judiciales no cumplen con su chamba y se desdicen de la obligación que tienen de ofrecer protección a los periodistas no porque sean una especie de ciudadanos especiales, sino porque cumplen con la importante labor de darle a los ciudadanos la voz y los foros que demandan para que sus problemas puedan conocerse y, al final, resolverse.
Pasando a otros temas donde se está viviendo una verdadera revolución es en la redacción del periódico El Bravo de Matamoros, donde los directivos le acaban de dar una muy buena sacudida a la redacción de Locales.
Resulta que el alto mando decidió darles “las gracias por participar” a Laura Alvarez e Idalia Beltrán, reporteras de la sección Local quienes desde hace varios meses habían bajado la calidad del trabajo que estaban presentando.
Aunque se dice que este desplome en la chamba no es porque las compañeras sean malas, sino porque estaban molestas con la manera de trabajar de algunos directivos del periódico, lo importante es que al final no se toleraron grillas y se decidió cortar por lo sano.
Nos cuentan nuestros contactos matamorenses que Laura e Idalia no son las únicas que estaban en la mira del alto mando, que hay otros reporteros y editores que, la verdad, deberían hacerle caso al refrán que dice: “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.
Pero no crean que El Bravo se quedó en el desamparo, de volada contrataron a Erendy Márquez, quien ya había estado en las filas del matutino pero se había tomado un tiempo de descanso pues estaba ejerciendo una chamba mucho más importante y gratificante: ser mamá.
Ya que andamos por la redacción de El Bravo, también queremos enviarle una cordial felicitación al compañero Abelardo López quien recientemente acaba de ser galardonado con un premio nacional de periodismo otorgado por la Federación de Periodistas, también conocida por sus siglas Ferparmex.
El galardón se lo otorgaron en el género de Noticia por la cobertura que realizó a los daños que dejó en Matamoros el paso del huracán “Alex” el año pasado.
Abelardo es un joven comunicador que apenas tiene cuatro años en la redacción de El Bravo pero, aún así, se ha caracterizado por ser un periodista trabajador y sagaz que sabe laborar en equipo.
Tras conocer del premio de Abelardo, el alto mando de El Bravo decidió iniciar con él su nueva política de reconocer con algunos estímulos los mejores trabajos de su personal en el mes.
Nos cuentan que con esta idea esperan que la raza se ponga las pilas y comience una sana competencia en la redacción, donde todos luchen por ganarse la portada y la noticia de la semana.
Ojalá en todos los medios las cosas funcionaran así.
Pasando a otras cosas queremos pasarles un comentario que nos envió un aficionado al beisbol que sigue religiosamente las transmisiones en vivo de los partidos de Los Broncos de Reynosa en nuestro portal horacero.com.mx.
Nos dice nuestro lector que el camarógrafo se pierde mucho en las jugadas, que en ocasiones deja la toma muy cerrada lo que impide disfrutar bien el partido y provoca que, cuando salga un batazo, la cámara se tenga que mover con mucha rapidez, lo que es bastante molesto para el espectador.
Queremos comentarle a nuestro lector que vamos a tomar muy en cuenta sus opiniones, pues la idea es ofrecerles la mejor transmisión posible del único deporte profesional que existe en la frontera de Tamaulipas.
De hecho esto no es solo un discurso, desde hace unas semanas utilizamos un nuevo sistema de transmisión recomendado por uno de nuestros cronistas, Roger Olivares, que la verdad hace que los juegos se vean muchísimo mejor.
No nos vamos sin antes comentarles que nos da mucho gusto darnos cuenta que cuando la raza de los medios se pone de acuerdo, pueden suceder muchas cosas buenas.
Les hablamos de los desafortunados incidentes que habían sucedido en varias ciudades de la entidad entre los integrantes de la prensa y los elementos del Estado Menor Gubernamental, como se le conoce al sistema de seguridad del gobernador del Estado.
Para quienes no lo recuerden, compañeros de varias ciudades protestaron por el maltrato de que fueron víctimas por estos guaruras e incluso, en el caso de Matamoros, hasta elaboraron una carta de protesta.
Pues bien, nos platican que tras las inconformidades, los integrantes del Estado Menor Gubernamental le han bajado dos rayitas a la actitud Rambo y ahora son más respetuosos con los medios.
Es más, estamos a unas semanas de que la raza que cubre las actividades del gobierno del Estado estrene la nueva Sala de Prensa que se está construyendo en el Palacio de Gobierno.
Ahora sólo nos toca esperar que los compañeros defiendan este logro y hagan lo posible para que sólo aquellos que realmente trabajan y representan a un medio de comunicación serio hagan uso de esta sala, pues luego ya ven que anda mucho gorroso queriendo usar las computadoras nomás para meterse al Mesenger y andar actualizando su CaraLibro (Facebook para los que no compran su ropa en los outlets de Mercedes).
Antes de irnos queremos mandarle una calurosa felicitación a Carolina Hernández, editora de Tamaulipas en el periódico El Mañana de Reynosa y a Fernando Mendoza, diseñador, quienes acabar de darse el sí y se casaron.
De paso también le mandamos un abrazo a Fernando Mendoza Salazar, padre de Fernando y reportero de la sección Policiaca de El Sol de Reynosa quien estuvo un poco enfermo pero ya se va recuperando.
En esta ocasión no los dejamos con pregunta porque la verdad ya nos dio flojera.