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Pachita, la chamana; creer o saber

19 de diciembre de 2024 por Fortino Cisneros Calzada

Pachita, aseguraba que era poseída por el espíritu del tlatoani Cuauhtémoc, lo que le permitía hacer milagros. Esta es la historia de la que es considerada ”la chamana más poderosa de México” gracias a sus peculiares e impactantes métodos de sanación.

La fe (que mueve montañas), el chamanismo, la brujería, el Cirque Du Soleil y la teoría cuántica, tienen una intrínseca relación que tiene que ver con la realidad y su percepción. Cuando se dice que cada cabeza es un mundo, queda claro que cada persona tiene su propia interpretación de lo que acontece a su alrededor; es como la vista de una moneda, que siendo el mismo objeto, lo perciben de manera distinta dos observadores situados en posición encontrada.
México es destino atractivo para aquellos que gustan explorar las sendas esotéricas y del misticismo. A lo largo de su historia, en nuestro país han aparecido personajes que rayan en lo paranormal y santos apócrifos como el Niño Fidencio o Maria Sabina. Sin duda, uno de estos seres humanos que ha marcado la vida espiritual del país es Pachita, una chamana que fue objeto de estudio del científico Jacobo Grinberg, y cuya vida estuvo sumergida en el misterio.
En los años 60, llegó a México la traducción de un libro llamado “El Tercer Ojo”, supuestamente escrito por un monje tibetano llamado Lobsang Rampa. Hizo furor; los jóvenes, siempre ávidos de nuevas y más emotivas experiencias, lo buscaban, al grado tal de que el autor debió seguir escribiendo, hasta que llegó a la audacia de revelar su verdadera identidad y con ello acabó uno de los mitos más exitosos de lo extraordinario.
“El tercer ojo narra un viaje conmovedor y profundamente inspirador al corazón del monasterio de Chakpori, el templo de la medicina tibetana. Considerado como el testimonio más impresionante de la vida y las raíces espirituales de este misterioso país, incluso por los especialistas en cuestiones tibetanas, el libro ha dado la vuelta al mundo con un éxito extraordinario”, decía la publicidad; pero no revelaba que el texto era del británico Cyril Henry Hoskin, quien decía haber tenido una revelación.
Ahora, los jóvenes, arrastrados por las plataformas digitales, han convertido en un éxito literario la obra de un supuesto científico llamado Jacobo Grinberg, de quien no se sabe nada más que se le relacionó con la curandera Pachita, y justamente así se llama el libro, ‘Pachita’, y dice que: “Durante las operaciones que realizaba ella era capaz de materializar y desmaterializar objetos, órganos y tejidos. El manejo de las estructuras orgánicas, le permitían realizar trasplantes de órganos a voluntad, curaciones de todo tipo y diagnósticos a distancia con un poder y exactitud colosales”.
Para darle un sentido más realista, el autor asegura que Bárbara Guerrero, mejor conocida como Pachita, fue considerada como la chamana más poderosa del país gracias a sus peculiares e impactantes métodos de sanación, aunque ese sería únicamente la punta del iceberg de toda su historia. Asegura que esta curandera anduvo en la Revolución Mexicana al lado de Francisco Villa, en su poderosa División del Norte, y que Jacobo fue perseguido por sus relaciones con el presidente Luis Echeverría.
También se dice que: “Antes de desaparecer, el reconocido científico mexicano había guiado sus más grandes investigaciones al trabajo que Pachita desempeñaba como chamana, pues aseguraba que la mujer era capaz de realizar ‘cirugías psíquicas’ con ayuda del tlatoani mexica Cuauhtémoc, por lo que en su Teoría Sintérgica, Jacobo Grinberg buscaba aplicar el método científico al chamanismo, de modo que se pudiera comprobar una nueva concepción de cómo funciona el universo”.
En los dos libros y sus secuencias, quedan muchos cabos sueltos y no es posible darles crédito por cuánto, aunque el segundo tiene tintes científicos, no están avalados por criterios doctorales rigurosos.
Más bien, se apela a los autos de fe, que siempre se fortalecen en momentos críticos, como los que se están viviendo en México y en varias partes del mundo por la eterna lucha de clases entre los que reclaman sus derechos y los que defienden sus privilegios.

Sus orígenes
Bárbara Guerrero nació en 1900 en el municipio de Parral, Chihuahua. A su corta edad, Pachita fue abandonada por sus padres y criada por un hombre afrodescendiente de nombre Charles, quien le enseñó a observar las estrellas y a sanar.
Años más tarde y con el estallido de la Revolución Mexicana, Pachita se enlistó en las tropas del general Francisco Villa aunque por las condiciones de pobreza en las que creció también se desempeñó como cabaretera, cantante en transportes públicos y vendedora de boletos de lotería.
No fue sino hasta los años 70 que la fama de Pachita comenzó a extenderse en la Ciudad de México pues la poderosa chamana se dedicó a atender a todo tipo de pacientes sin importar su clase social en la ahora llamada Casa de las Brujas, ubicada en la colonia Roma.
Ahí, Bárbara Guerrero realizaba cirugías misteriosas que consistían en abrir a sus pacientes con un cuchillo de cocina para extraer órganos dañados y colocar uno nuevo materializado a través de un portento. Posteriormente, por increíble que parezca Pachita cerraba la herida utilizando únicamente sus manos y sin dejar ningún tipo de cicatriz.
“Durante las operaciones que realizaba ella era capaz de materializar y desmaterializar objetos, órganos y tejidos. El manejo de las estructuras orgánicas, le permitían realizar trasplantes de órganos a voluntad, curaciones de todo tipo y diagnósticos a distancia con un poder y exactitud colosales”, se lee en uno de los libros de Jacobo Grinberg.
Cabe mencionar que aunque una gran cantidad de gente visitaba a Pachita para comprobar sus dones, muchas otras personas se mantenían escépticas ante su trabajo ya que la chamana aseguraba que durante los procedimientos que realizaba el espíritu del tlatoani Cuauhtémoc poseía su cuerpo para guiarla en sus procesos curativos.
El trabajo de Pachita fue ampliamente documentado por Jacobo Grinberg, sin embargo, fuentes extraoficiales han mencionado que el científico mexicano tuvo que romper relaciones con Pachita para evitar que se hiciera pública la relación que la curandera mantenía con la familia del presidente Luis Echeverría.

¿Cómo operaba Bárbara Guerrero?
El fenómeno de Pachita atrajo a investigadores de distintas disciplinas, entre ellos el escritor y director de cine, Alejandro Jodorowsky, y al ex jesuita Salvador Freixedo, quien se especializaba en estudios de lo paranormal. De ambos personajes existen testimonios, sin embargo Jodorowsky fue más allá, colocándose en manos de Pachita para ser operado del hígado. En su libro La danza de la realidad: psicomagia y psicochamanismo, Jodorowsky relata:
“Yo padecí, aparte del olor a sangre y de la horrorosa visión de la víscera granate, el dolor más grande que había sentido en mi vida. Chillé sin pudor. Dio el último tirón. Me mostró un pedazo de materia que parecía moverse como un sapo, lo hizo envolver en papel negro, me colocó el hígado en su sitio, me pasó las manos por el vientre cerrando la herida y al momento desapareció el dolor. Si fue prestidigitación, la ilusión era perfecta”.
Por su parte, Freixedo mencionó sobre su encuentro con Pachita:
“Yo estaba mirando la mano en alto de Pachita, totalmente ignorante de lo que iba a suceder. Repentinamente, vi aparecer entre sus dedos un pedazo de carne rojiza. Ella ni lo miró, sencillamente lo tiró en el gran hueco que había abierto en el enfermo en la parte inferior de la espalda. No se tomó ni la molestia de colocarlo”.

Teoría Sintérgica
En la década de los 80, fue muy leído el libro de Erick Berne, “Yo Estoy Bien, Tú estás Bien”, en el que proponía la Teoría Transaccional y decía que el ser humano viene al mundo con su destino ya definido y que, simplemente busca las circunstancias de modo, tiempo y lugar para que éste se fuera cumpliendo, por lo que recomendaba estar abierto a todas las experiencias y buscar el bienestar propio para que éste se reflejara en los demás.
Luego, como parte del proyecto neoliberal, algunos políticos mexicanos trajeron de Inglaterra la Neurolingüística, que se definió como “la forma de cambiar los pensamientos y hábitos de una persona para que sean exitosos por medio de técnicas de percepción, comportamiento y comunicación. Es un enfoque pseudocientífico basado en conexiones neuronales, específicamente, en cómo procesan el lenguaje”.
En los días que corren, cuando el modelo neoliberal está librando sus últimas y muy cruentas batallas, aparece la Teoría Sintérgica, atribuida a Grinberg. Dice: “Sintergia es un neologismo que integra los términos síntesis y energía. Se refiere a tres parámetros físicos, que son coherencia, densidad informacional y frecuencia. Coherencia se refiere a la similitud en la organización de las partes de un todo. Mientras mayor coherencia posea una organización, más similares serán sus partes.

Pachita y la teoría sintérgica: Todo es uno
Aunque fueron varios los investigadores y curiosos que visitaron a Pachita, sin duda Jacobo Grinberg fue el que buscó con mayor ahínco una respuesta a los portentos. Para lo anterior, Grinberg echó mano de su teoría sintérgica, la cual proponía que “no hay objetos separados unos de los otros sino que es un campo informacional de una complejidad extraordinaria y que nuestro cerebro interactúa con este campo”.
Sin obsesiones conceptuales, Grinberg mencionaba que dicho campo es el mismo que algunos físicos nombran “campo preespacial” y que cuando el cerebro interactúa con el campo se genera la percepción espacio-temporal que conocemos (objetos con forma y figura).
De acuerdo con la teoría, lo que percibimos es el resultado final de una interacción entre la matriz de información y nuestro cerebro, pero no tenemos acceso a saber cómo se creó esta percepción, por lo cual llegamos a pensar que la realidad es independiente de nosotros.
Bárbara Guerrero ‘Pachita’, falleció años antes de la desaparición de Jacobo Grinberg, el 29 de abril de 1979 en la Ciudad de México.

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