
Vaya regalo de valor histórico que brindó, por el 275 aniversario de Reynosa, nuestro amigo Jesús Cavazos Reyes, creativo del acervo patrimonial de este municipio, en imágenes impresas de lo que fueron los inicios fructíferos y que provocaron positivamente el cambio agroindustrial de fisionomía urbana hasta los albores del siglo XXI, las cuales se conservan en la fototeca del Archivo Municipal.
Con un recuento de los trabajos captados por su lente, con más de 50 años en el oficio para la presidencia municipal, este fotógrafo inmortalizó a personajes en turno, políticos y empresarios, quienes con visión de proyección y empuje comercial coincidieron en la construcción de las primeras industrias, puentes internacionales, del sector petrolero y que atrajeron a cientos de migrantes en busca de trabajo formal de 1966 a 2016.
Ubicada al noreste de nuestro país y con una posición geográfica insuperable, por ser frontera con los Estados Unidos, esta ciudad se constituyó el 14 de marzo de 1749, fecha en la que los reynosenses estaremos de manteles largos y don Jesús, como le llamamos con estima, es un personaje clave por el tesoro en imágenes que supo conservar, “para darle a este lugar la identidad que merece”.
Y me congratulo porque a sus 82 años de vida, aparte de gozar de excelente memoria, ha sabido atestiguar a través del tiempo las necesidades y la transformación de un pueblo que se convirtió en urbe y que hoy en día tiene casi un millón de habitantes.
TESORO PÚBLICO
Parte de su material histórico, dijo, está resguardado en la Fototeca del Archivo Municipal con tres mil fotos, después de que fue inaugurado en 2009 durante la segunda administración de licenciado Oscar Luebbert Gutiérrez (2008-2010).
“Reynosa en los ojos de don Jesús Cavazos” es una oportunidad imperdible para desmenuzar sus imágenes, y así lo acordamos con tan sólo algunas de ellas elegidas por él y que recopiló a manera de libro con 660 fotos y sus pies, en papel cuché, con carátula y blanco y negro (que muestra con orgullo).
Nuestra conversación se hizo dinámica y muy perceptivo recordó anécdotas del por qué Reynosa lo adoptó a él y su familia desde hace 58 años. “Y aquí vivo muy feliz, con mis hijos nietos y bisnietos”.
Describió a detalle que la primera foto fue del segundo puente internacional colgante vial con piso de fierro entre Hidalgo, Texas y Reynosa, antes de que fuera derribado, por los daños del huracán “Beulah” en 1967; la segunda, una toma panorámica del terreno de la feria que duró 31 años, apoyado por un helicóptero norteamericano para rescatar y evaluar daños del mismo huracán. Hoy es ocupada por la UAT y colonias Las Fuentes, Cañada, Aztlán y Narciso Mendoza.
Su tercera foto seleccionada, como regalo de aniversario a Reynosa, fue en memoria de la petroquímica de Pemex, con la inauguración de la primera planta de polietileno. Asimismo documentó las acciones de 20 alcaldes y nueve mandatarios; con el edil Rodolfo Garza Cantú (1966-1968), el gobernador de Tamaulipas Praxedis Balboa Gójon (1963-1969) y Gustavo Díaz Ordaz Bolaños (1964-1970), en La Bocatoma.
“Dios me dio ese privilegio”, destacó, a pregunta de sus inicios, “y cuidaba todo detalle, por más mínimo. Era un compromiso muy claro para mí, de captar al alcalde en turno”, comentó, además de que también atestiguó el terreno de lo que hoy es uno de los centros comerciales más concurridos “Plaza Sendero”, en 1991.
Luego presume con sinigual lucidez: soy jubilado por trabajo de 50 años, ocho meses y 16 días; hasta el 1 de enero de 1966 un 16 de setiembre del 2016 en un desfile de la Independencia de México.
TESTIMONIO VIVO
Cavazos Reyes, precisó que legó para las nuevas generaciones las cuatro transformaciones económicas y sociales que lograron ubicar a Reynosa como la ciudad mejor posicionada de la región, esto gracias a su trabajo con unas 12 y 15 mil fotos por año. Aunque aseguró faltar una etapa más: la construcción de un puente ferroviario, “nos traería demasiados progresos en esta frontera”, siendo una imagen que le habría gustado haber retratado.
Y evocó que “cuando el presidente de la República, José López Portillo expropió 550 mil hectáreas de tierra de ranchos y los repartió en el norte de Tamaulipas a hijos de ejidatarios, Reynosa se convirtió en el granero de México, con la cosecha récord de sorgo en San Fernando, en
Valle Hermoso de 3 mil 300 a 9 mil 680 kilogramos; pero también se duplicó la población en tan sólo 10 años, se requería mucha mano de obra”.
Las fotos de tales transformaciones atrajeron a poblaciones de otras ciudades, dijo, incluso más allá de nuestras fronteras, de todo el mundo, primero por la ganadería; luego en los 70 por el bum petrolero; la instalación de maquiladoras en los 70 y 80; y en los 90 con el desarrollo de la agricultura, donde junto con Matamoros, Río Bravo y San Fernando sus producciones fueron extraordinarias en esos rubros.
No obstante, aseguró que al hacer una comparación de Reynosa de principios de los 70’ a la actualidad: “se requieren de más espacios culturales, aún con el funcionamiento masivo del Parque Cultural en 2008. Que los funcionarios revivan esos proyectos, así habrá más arte, de oficios y en los barrios de cada colonia. Una persona estudiada con aptitudes, no tan fácil es presa de la delincuencia, indirectamente controlas un poco eso”.
En 1966, cuando don Jesús comenzó su quehacer como fotógrafo, Reynosa contaba con 32 colonias, 28 escuelas primarias, dos preescolares, una secundaria y una preparatoria (las dedicadas a José de Escandón y Helguera por ser el fundador de nuestra ciudad) ocho barrios (ejemplo “Cantarranas”, en el Centro) con unos 132 mil habitantes.
Tomar fotos no solamente le dio la visión de lo que había que retratar, sino también de lo que se debía de lograr. Compartió tantas horas de trabajo con funcionarios públicos y con el mismo pueblo que sin quererlo supo entender el quehacer de esta comunidad y lo que tanto necesita.
“Indiscutiblemente Reynosa requiere que las autoridades no se olviden de la construcción del puente ferroviario, la infraestructura está en las compuertas (La Bocatoma) además del Consulado Americano que no tenemos.
“Para mí es una gran satisfacción y un orgullo contar con estas historias de vida en fotografías de nuestra Reynosa y su gente, para que las nuevas generaciones las conozcan, de hace 50 años y revivirlo y comentarlo y ofrecer este regalo a nuestra ciudad, porque es parte de su pasado, pero también de lo más sobresaliente”, aseguró el emblemático fotógrafo, testimonio vivo de la historia local.