“Nos vienen a dejar a sus hijos y nos dicen: ‘maestra, es que yo también estuve en esta escuela’, y eso nos emociona mucho, porque tienen un bonito recuerdo”, manifiesta Ana Lidia Aguilar Salinas, directora de uno de los jardines de niños más tradicionales en la ciudad.
El Teresa Matienzo de Ravizé, nombrado así en honor a la esposa del ex gobernador del Estado, Manuel Ravizé, es poseedor a sus 35 años de un prestigio ganado a pulso:
Según explican las educadoras, inició sus actividades docentes en una “casita de madera”, pero con el transcurso de los años fue progresando y hoy en día tiene entre sus atributos el mérito de contar con una población escolar foránea.
Esto quiere decir que la mayoría de sus estudiantes son provenientes de otras colonias y zonas colegiales.
“Treinta y cinco generaciones se dice fácil, pero son las que han pasado por aquí. Estamos muy contentos y orgullosos de pertenecer a esta institución, porque el personal académico se encuentra muy bien preparado y comprometido a llevar a cabo todas las tareas que aquí se le piden”, matizó Aguilar Salinas.
La “señora directora”, como le dicen sus pupilos, mencionó que su colega, quien fundó el kínder, se llama Gloria Cienfuegos Pecino. A su consideración jamás imaginó que de un lugar tan humilde pudiera construirse un futuro tan sólido y prometedor.
“Nos remontamos al 2 de febrero de 1975 cuando inició este proyecto educativo para los niños de Reynosa. Hablamos de que para ese entonces la colonia Doctores se encontraba en la periferia de la ciudad. Hoy podríamos decir que estamos más céntricas que muchas escuelas”, comentó la profesora con 26 años de servicio (uno en este plantel).
En ese tenor Aguilar Salinas señaló que “de alguna manera gracias al Gobierno del Estado” se donó el terreno y se fue construyendo el jardín.
“Obviamente hemos tratado de ir mejorando día a día las instalaciones, preocupándonos porque el área física esté mejor para los niños.
“En estos momentos la escuela ya está bardeada, las aulas cuentan con aire acondicionado; las instalaciones están muy bien equipadas, gracias al trabajo de padres de familia y personal docente. Siempre procurando que haya seguridad para que los papás estén tranquilos”, dijo la entrevistada.
LAS GOLONDRINAS QUE DE AQUI SE VAN…
Ana Lidia Aguilar Salinas reconoció que cada fin de curso un sentimiento de nostalgia embarga a las educadoras, pues los alumnos que tuvieron durante tres años parten del jardín donde muchas veces corrieron y rieron a carcajadas.
“Cuando se acerca la ceremonia de clausura hay mucha melancolía, por el adiós, porque ya no los vamos a tener. Las lágrimas surgen porque sabemos que ellos tienen que partir a otro nivel educativo y así como tuvieron ese período de transición en preescolar lo van a vivir en primaria y así consecutivamente”, expresó la directora.
> ¿Se olvidan las caras de los niños?
“Los rostros y los nombres se quedan en nuestras mentes, no se olvidan. Al paso de los años me dicen ‘maestra’ y ahí caigo en cuenta que estos son míos, desde la expresión y de igual manera a ellos no se les olvida el rostro de su maestra, nada más que uno va en declive y ellos en ascendencia. Cuando ya están grandes ahí es donde piensa uno, cómo han pasado los años”, mencionó Aguilar Salinas.
TODA UNA VIDA
Sandra Luz Zapata Ochoa, una de las maestras que tienen mayor tiempo laborando para la institución (24 años) dijo que nunca imaginó llegar a atender a tantos niños que han desfilado por su salón.
“Ver que la escuela cumplió su 35 aniversario y yo haberla integrado en parte de ese tiempo es muy satisfactorio. He visto la evolución de este jardín y la huella que ha dejado en la comunidad. Mirar que cada curso escolar mejora nuestra escuela para mí es una gran felicidad”, manifestó.
A modo de broma la profesora de segundo grado relató lo que siente cuando los padres de sus alumnos son aquellos muchachos a los que les dio clases.
“Han pasado por aquí hijos de ex alumnos míos y les pido que no les digan a sus niños que fui su maestra, porque ahí me van a sacar la edad (risas). Se siente uno muy bien que, de hecho, familias completas quieran que sus chicos estén aquí con nosotros y a pesar de que no estoy muy grande ya me buscan para los nietos”, comentó sonriente.
Asimismo, Zapata Ochoa agradeció el apoyo de las autoridades educativas y padres de familia por la confianza depositada en el kínder Teresa Matienzo de Ravizé.
“El prestigio es el reflejo del trabajo de las maestras, de los papás y de los directivos, que le han echado muchas ganas al jardín. Yo creo que si nos traen a los niños es por algo y por las recomendaciones. Queremos seguir manteniendo este kínder así de bonito y todavía más”, afirmó.
Por su lado, Olga Lidia Casados Estrada, maestra del tercer grado “A”, subrayó que los primeros lugares alcanzados en el área pedagógica obedecen a la calidad con que se atienden a los menores, que oscilan entre los tres y los seis años de edad.
“Hemos sacado los primeros sitios en todos los concursos en los que participamos. A veces, primero y segundo lugar en el mismo año.
“Por ese motivo, nos sentimos muy contentas de poder cumplir con nuestra labor docente. Siempre dicen que el maestro debe ser un agente de cambio y de progreso y no olvidamos eso, de sacar a los niños adelante no nada más por el compromiso de tener un sueldo y cumplir con un horario, sino por el compromiso como padres de familia que también somos, como maestros y como ciudadanos”, dijo.
Además, la educadora hizo énfasis en el, gran ambiente laboral que se vive en este plantel educativo.
“Con nuestras compañeras formamos buen equipo de trabajo porque nos gusta y nos preparamos constantemente. De hecho, hemos logrado también los primeros lugares en exámenes (pedagógicos) y somos de los únicos jardines de Reynosa en los que todo el personal cuenta con carrera magisterial”, aseguró.
Casados Estrada indicó que con las computadoras, los televisores y los videos de los que dispone esta escuela todos los estudiantes son capacitados para complementar una buena educación.
BUENA RACHA
La destacada marcha que tiene el jardín de niños Teresa Matienzo de Ravizé ya es objeto de admiración.
“Nada menos acabamos de ganar oratoria a nivel zona (28) por segundo año consecutivo. Además nos hemos destacado en escolta, baile y en la Expo-preescolar, una feria que sirve para proyectar las actividades del kínder”, indicó su directora, Ana Lidia Aguilar Salinas.
No obstante, la académica manifestó que sin el interés y la perseverancia de las maestras esta escuela difícilmente hubiera conseguido reconocimiento.
“Quiero decir que ellas le ponen el 100 por ciento de amor al trabajo y es la manera como el jardín ha salido adelante.
“Un lema de nosotros es ‘la dedicación y la responsabilidad para los niños’. De alguna manera siempre hemos tratado de navegar con esa banderita, del empeño que las maestras le ponen a su trabajo”, abundó.
Durante el turno matutino este plantel cuenta con cinco pedagogas, maestra de inglés, de educación física y una unidad de apoyo para atender a los menores que padezcan diversos tipos de discapacidad. Además de apoyo psicólogico.
En tanto que en la tarde existen dos grupos: uno de segundo y el otro de tercer grado.
“Brindamos ese servicio porque hay muchas mamitas que trabajan en maquiladoras y a veces como su horario es nocturno en la mañanita duermen. Entonces, tienen la ventaja de venir a dejar a sus hijos a las dos de la tarde.
> ¿Es este kínder una fábrica de buenos estudiantes?
“Es lo que se pretende, desarrollar en los niños la mayor capacidad de sus habilidades y competencias, para que salgan con esa madurez e inicien con el pie derecho su educación primaria”, mencionó Aguilar Salinas.
El primer sitio en oratoria logrado por la alumna Frida Rubí Almaguer Villanueva, es a decir de sus tutoras una motivación para seguir trabajando.
“En el caso de los talentos se hace una canalización por grupos mediante las profesoras. Ellas detectan las habilidades de los alumnos desde que comienzan con nosotros y se les da un seguimiento.
“La idea es que cada niño tenga la mayor preparación y una bonita infancia con todas las actividades cívicas y culturales posibles. Es por ello que aquí además nos caracterizamos de todo: somos florecitas, somos vaqueras, somos payasitas y todos los personajes habidos y por haber”, ilustró.
Por último, la directora comentó que el kínder es la base más importante porque es donde el niño va adquiriendo su seguridad escolar y formando su personalidad.
“Quiero ratificar que el jardín de niños ‘Teresita’ siempre está esperando con los brazos abiertos a las nuevas generaciones que vienen y siempre vamos a tener un lugarcito para todos los niños que quieran asistir a clases”, concluyó Ana Lidia Aguilar Salinas.