
“Siempre a tu lado” tiene todo a su favor: una historia enternecedora, un perro encantador y una música de piano que conmueve o en Japón en la primera mitad del siglo pasado, es extremadamente sencilla pero, también, extremadamente original.
Relata el encuentro casual en una estación del tren entre un profesor universitario y un pequeño perro de origen misterioso al que llama Hachiko.
El maestro, buen esposo y padre, con una vida resuelta, encuentra en el can a su más fiel y leal amigo.
Solamente de eso trata la película: del afecto incondicional de un amo y su mascota.
Parece sencillo, pero la película de corte familiar tiene numerosos recovecos que la vuelven una anécdota ágil, hermosa y aleccionadora.
El realizador sueco Lasse Hallstrom conoce muy bien su negocio y es un maestro para provocar momentos cálidos e inolvidables, como lo demostró en “Chocolate”, “Las reglas de la vida” y, hace ya casi 20 años, con “Mi querido intruso”.
Hachiko es un perro diligente y servicial, apacible y sumiso. Nunca se ve irritado. Es la personificación del animal doméstico que cualquiera quisiera tener en su casa.
Su química con Richard Gere es tremenda. El intérprete norteamericano, quien se encuentra en uno de los puntos más bajos de su carrera, tiene lo que parece ser un despertar de un letargo de malos papeles, un regreso a su lugar protagónico que perdió hace ya muchos años.
Dentro de la historia, Gere está casado con Allen, pero ella parece ser sólo un postín. Su actuación como consorte la hace parecer un adorno dentro de la historia porque su función es únicamente ornamental.
Jan A.P. Kaczmarek, con su música de piano, se lleva la mitad de la película. El score, sobrecargado de acordes melancólicos y tristes, es absolutamente manipulador para acompañar los momentos dulces y amargos dentro de los que se mueve toda la historia.
La historia apela a valores universales como la amistad y el afecto en todo momento. Es tan apreciada por quienes tienen y no tienen canes porque recuerda el afecto más básico, la entrega más absoluta motivada por el desinterés y el amor en su más pura esencia.
“Siempre a tu lado” es una sencilla y bella historia de amor incondicional, en este caso entre un perro y su propietario que viven juntos una sólida amistad que les dura para toda la vida.
Sin ser cursi, tiene momentos lacrimógenos.