Por más que quiera, el abogado Irving Barrios Mojica no podrá borrar ‘El Michoacanazo’ que carga como losa, así como la larga lista de montajes y fabricación de delitos sobre personas que a final de cuentas -algunas apresadas injustamente- han sido absueltas en Tamaulipas.
Las evidencias muestran que la larga lista de inocentes inculpados injustamente seguirá en aumento. No cabe duda que Netflix tiene material de sobra para hacer series en decenas de carpetas armadas en forma facciosa por el exfiscal de Felipe Calderón, hoy de Francisco García Cabeza de Vaca.
El odio, la venganza y la maquinación que se ve en la serie televisiva ‘Making Murderer’ es un vergonzoso caso de la justicia de Wisconsin, Estados Unidos, y en Tamaulipas, Michoacán e infinidad de entidades de México, hay casos con ese común denominador.
¡Que bueno! que cuando inició su gestión, Cabeza de Vaca dijo que gobernaría sin resentimientos.
La noche del 30 de septiembre, a horas de sentarse en su trono, el panista aseguró: “No gobernaremos con rencores y resentimientos, pero no permitiremos la impunidad.”
Sin embargo, ese mismo día ya se había contradicho al nombrar como procurador a Barrios Mojica, contradicción que habría de acompañarlo durante todo el sexenio, en el que aniquiló al PRI y luego lo hizo su títere, persiguió a sus opositores y acosó y empapeló a quien pensaba diferente a él, sobre todo a los morenistas.
‘El Michoacanazo’ orquestado por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa fue perpetrado por el subprocurador en la PGR Irving Barrios mediante un operativo en el que se capturó a 11 alcaldes, 17 funcionarios del gobierno estatal, un juez y decenas de policías.
El fiscal empleó a elementos del Ejército Mexicano y de la Policía Federal para apresar a los servidores públicos a quienes imputó el delito de narcotráfico. Días después, todos quedaron en libertad.
Los fiscales y policías ligados al PAN, está visto, les gusta la ficción y montar lo que sea necesario, ya sea para resolver casos bajo presión de la opinión pública o como venganza para hundir a adversarios. Fernando Lozano Gracia, Pablo Chapa Bezanilla, Genaro García Luna y Barrios saben de esto.
Por eso, ahora que el piloto del empresario Sergio Carmona asesinado en Nuevo León el año pasado, Miguel Ramírez Morales, denunció a Irving Barrios Mojica y a su Fiscalía. No extrañó el hecho. Y no es que se quiera normalizar este tipo de fabricación de culpables, pero como ya son muy recurrentes, son previsibles.
Ramírez Morales desmintió a la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas y denunció a personal de esta dependencia por tortura y extorsión, y de obligarlo a declarar en contra de políticos morenistas.
El piloto presentó ante la Fiscalía General de la República (FGR) una denuncia contra quien o quienes resulten responsables por la forma en que fue coaccionado y torturado.
Mencionó que el 25 de julio se presentaron en su domicilio dos personas que se acreditaron como funcionarios de la Fiscalía de Tamaulipas, quienes de manera muy agresiva le dijeron que tenía que cooperar o que de lo contrario se vería involucrado en una investigación por lavado de dinero.
“Llevaban hecha una carpeta y me obligaron a firmarla”, denunció.
De sobra se sabe que en un intento por descarrilar la campaña del hoy gobernador electo Américo Villarreal Anaya, los cabecistas intentaron perjudicar al candidato y a otros morenistas, bajo el supuesto de que habían hecho vuelos en aviones relacionados con Carmona.
Ante las amenazas y la presión en su contra, el piloto admite que se vio obligado a firmar la declaración que le llevaron los agentes de la Fiscalía del Estado.
Por ello, en su denuncia ante la FGR, Ramírez Morales pidió atender su denuncia de hechos contra quien o quienes resulten responsables, llevar a cabo las diligencias necesarias para el esclarecimiento de los hechos denunciados y en caso de considerarlo pertinente, determinar las medidas de protección que se estimen oportunas para garantizar su seguridad.