
El escritor F.G Haghenbeck falleció el 4 de abril de 2021 a consecuencia del Covid-19, pero ya tenía terminada la novela “Morir matando”, en la que muestra el panorama violento que se vive en México con los niveles de corrupción que predominan tanto en el ámbito político como en el empresarial.
“Varios meses después de que falleciera Paco, recibidos una notificación de su agente literario que decía que tenía una novela lista, que de hecho había revisado documentos y que se lo había enviado, y es una novela en la que en la nota final del libro dice que había trabajado varios años en ella.
“Pues es una novela que ya nos llegó completa, a lo mejor tenía algunas cuestiones que corregir como cualquier borrador que recibimos, pero lo que descubrimos que era una novela completa que le hacía mucha justicia a Paco como autor y a sus lectores, entonces decidimos que la íbamos a publicar, porque de igual manera lo haríamos si él estuviera vivo”, refirió Pablo Martínez, editor en jefe de Editorial Océano.
Mencionó que el escritor siempre estaba en comunicación porque trabajaba en varios proyectos, pero que no supo de la novela en el momento en que estaba en proceso.
“Paco siempre estaba hablando de lo que estaba haciendo, te confieso que de este proyecto no me habló, y yo sabía que siempre estaba trabajando en varios libros, pero en este en particular no lo comentamos”, apuntó.
El editor dijo que Francisco Haghenbeck era una persona muy realista y estaba consciente de su enfermedad, pero al mismo tiempo no dejaba de trabajar y con esta obra demostró que es un autor muy versátil.
“Algo que me gusta mucho de esta obra, es que es muy distinta a las novelas que nos tenía acostumbrado, pues las más recientes que había publicado pertenecían al género juvenil, o trataban de la realidad mexicana, pero con elementos de demonios o de dioses; o eran novelas históricas como Sangre Helada, El libro secreto de Frida Kahlo y Matemáticas para las hadas, en las que hablaba de personajes y de situaciones históricas”, destacó.
Señaló que el que también fuera guionista de cómics, menciona en la nota final de la novela, la que le había costado trabajo escribir porque hablaba de su realidad actual, esa realidad que no le resultaba fácil escribir pero que a final de cuentas le rebasó, y aun así tuvo que escribir sobre ella.
“Es un libro que nos confirma que Paco era un escritor increíblemente versátil, y si descubría que, si la historia que quería contar funcionaba mejor en cierto género, tenía que averiguar y examinar las reglas de ese género en particular, para ya fuera seguirlas o romperlas”, argumentó Martínez.
Agregó que, en este caso, “Morir Matando” tenía que tratarse como un triller, pero un triller actual, y más que considerar esta última entrega como un testamento, más bien es una obra que confirma la versatilidad de Hagenbeck.
FIESTA VIOLENTA
La historia de esta novela póstuma en la que Francisco Haghenbeck estuvo trabajando varios años, se desarrolla en una fiesta infantil que termina en tragedia, ya que un comando armado irrumpió en el lugar donde se estaba realizando el convivio y los sicarios perpetraron el ataque dejando un saldo de 19 muertos y 7 heridos y los medios bautizaron este suceso como “La Masacre de la piñata”.
Pero sí hubo una sobreviviente de esta fiesta violenta: Renata de la Colina, una niña de 10 años que queda en manos de Damián Ross, un delincuente apodado “Lobo”, que tendrá que proteger a la menor, al mismo tiempo que planea una venganza.
Y aunque Martínez señala que es una novela diferente al resto, coincide en que el escritor conserva su estilo y sentido del humor.
“Hay páginas que son totalmente Haghenbeck cien por ciento. Hay un personaje en esta novela que es un matón que es un sociópata, pero que lee mucho, entonces cuando está pensando en un asesinato, cita a `El Principito´, y ese es un rasgo totalmente de Paco; y también incluye una discusión divertidísima sobre David Bowie, por ejemplo.
“La novela tiene tres partes y en cada parte hay un capítulo histórico en donde habla de un episodio de la edad media que parece que no tiene que ver con la novela, pero que luego uno se da cuenta que tiene ver muchísimo, porque esos son pasajes muy de Haghenbeck y puedes pasar cualquier capítulo y sabes que estas leyendo algo escrito por él”, afirmó.
“—Este señor, ¿es hombre o mujer? — La portada de Aladdin Sane agitada por Renata impide que Damián Ross vea la carretera por unos segundos: Baja la velocidad con un largo suspiro. De esos que exhalan resignación y rendición.
—¿Es David Bowie! Está más allá de eso.
—Eres raro—critica la escuincla a Bowie mirándolo con su traje glam de lentejuelas. Ella lo regresa a la caja como si fuera radiactivo —¿Por qué usas discos? Nadie usa discos.
—Son cedés… ¿Tu papá no guardo sus discos de cuando era joven? responde Ross tratando de esconder su malestar. Su vida privada es su bien más preciado. El que no posee lazos con nada no teme a nada. Eso lo supo siempre. La familia en su negocio era un lujo que no se podía dar. La privacidad era lo único que le quedaba para disfrutar, para lo que trabajaba y arriesgaba su pellejo”, se lee en uno de los capítulos de” Morir matando”.
Sobre esta novela el también escritor Eduardo Antonio Parra opina: “Paco Haghenbeck siempre fue el más dotado de nuestros novelistas para crear relatos de acción. En Morir matando, con una velocidad y un ritmo envidiables, explora además diversas facetas del amor y lleva a cabo una incisiva crítica social y política, hasta configurar un retrato hiperrealista de la violencia en nuestro país”.
Y en la nota final del libro el propio Haghenbeck confesó: “Es de mis pocas historias que suceden en la actualidad, llena de referencias y situaciones de nuestra realidad política y cotidiana. Siempre he dicho que me siento incapaz de comprender mi hoy, que me siento más a gusto en el pasado.
“Pero la realidad me alcanzó y debía hablar sobre ella, sobre este país que nadie entiende, pero que todos opinan. Qué mejor que hacerlo a manera de metáfora. Una fábula violenta sobre la venganza, un sicario con problemas de clóset y una niña me sirvieron de pretexto para hablar sobre esos temas. No fue fácil. fue como sacarlos con tirabuzón”, firmó: F.G.Haghenbeck, Tehuacán- Ciudad de México.