En Tamaulipas hay reportes que aseguran que unos dos mil 700 trabajadores de la salud se han contagiado de Covid–19 en el presente año, y aunque el gobierno del Estado no ha informado cuántos de éstos perdieron la batalla de manera oficial, las condolencias son predominantes en las redes sociales y se presentan casi a diario.
Cuando el 27 de abril se dio a conocer el caso de Julio Vicente Herrera García, el primer empleado médico que había muerto a causa del coronavirus en Reynosa (siendo el jefe de enfermeros del Hospital de Zona Número 15 del IMSS), esto era apenas un aviso devastador de lo que estaba por venir.
Y es que Tamaulipas es una de las entidades federativas en donde la pandemia ha causado severos estragos:
Para la primera quincena de agosto, apenas unos meses después que el virus comenzó a propagarse en este territorio, la cifra oficial de contagios suma ya casi 20 mil 7 personas, con una tasa apabullante de mil 328 víctimas mortales a lo largo y ancho del territorio estatal (15 decesos por cada 100 enfermos).
Por si esto fuera poco, existen estudios que aseguran que de la cantidad general de infectados más del 10 por ciento son empleados del sector médico público y privado, lo cual pone en relieve el nivel de propagación que la pandemia ha alcanzado también entre quienes trabajan para combatirla.
Por desgracia cada vez es mayor el personal de medicina, enfermería, intendencia, administrativos y hasta de vigilancia que ha sido objeto de la voracidad de este enemigo, originando una epidemia global de muertos y la paralización de la mayoría de las economías del planeta, solamente en el lapso de un semestre y sigue contando.
Es por eso que tan lejos del continente asiático el Covid–19 flagela a diestra y siniestra, de manera especial a personas con enfermedades crónico–degenerativas, pero indistintamente en un porcentaje menor a quienes no tienen síntomas y se pasa de un humano a otro dejando una estela luctuosa.
Los paladines de esta cruenta guerra son los médicos, que han intentado contener el infeccioso tsunami (sino tal vez se estaría hablando de proporciones más asoladoras), pero muchos de sus soldados han resultado heridos y otros muerto.
Como Julio, cuyo fallecimiento fue muy lamentado cuando recibió un homenaje póstumo con veladoras encendidas afuera de su centro laboral, donde se contaminó para posteriormente ser puesto en cuarentena y pasar sus últimos días conectado a un respirador en una cama del Hospital de Especialidades 270 del mismo Instituto Mexicano del Seguro Social.
DEFUNCIONES DE LA ZONA NORTE
Pedro Luis Ramírez Perales es dirigente en Tamaulipas del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social. Este secretario de la sección X, sin quererlo, le ha tomado el pulso a un preocupante indicativo que está pasando dentro del gremio:
En su perfil de Facebook es quien se encarga de publicar las esquelas de los doctores o del personal de la salud del IMSS que ha sido víctima del Covid–19, a nombre del Comité Ejecutivo de esta sección de trabajadores y la lista es larga.
Del 12 de julio el último médico que murió al pie de la batalla fue Erik Salatiel García Mendoza. Trabajaba en la unidad de Medicina Familiar Número 33 del IMSS en la ciudad de Reynosa.
Un día antes aparecía en la misma cuenta de esta red social Syndi Yuridia León Leal, quien era enfermera auxiliar del Hospital General de Zona Número 15, también de Reynosa.
En el desplegado se manifiesta la unión de “plegarias por su eterno descanso” y le reconocen “su paso en el área de la salud, habiéndose distinguido siempre por su profesionalismo, pasión y entrega”.
Concatenadamente el día anterior (10 de agosto) el mismo dirigente publicó la esquela del traumatólogo José Luis Contreras Loredo.
De manera consecutiva el día 9 del presente mes Ramírez Perales ponía las condolencias para la familia de Genaro Alberto Pérez Salinas, quien era elevadorista del Hospital de Zona Número 15 del Seguro Social.
El 6 de julio el Comité de este sindicato expresó la pena que embargaba a la familia de la doctora Elizabeth Guardiola Leija, quien se desempeñaba como presidenta de la Comisión de Hacienda de la Unidad Médica Número 36 en el municipio de Matamoros.
Del día 4 de julio destaca la esquela de Rosa Elvira Valladares Martínez, enfermera del Hospital de Zona Número 15 del IMSS en Reynosa.
El mismo día el líder gremial difundía el fallecimiento del médico especialista en pediatría del Hospital General de Zona Número 13 de Matamoros, Carlos Felipe Mata González.
La gran mayoría eran profesionistas de la salud que todavía no se encontraban en la tercera edad. En los cientos de comentarios se puede observar el reconocimiento de quienes fueron los pacientes, amigos y familiares de estos héroes de la pandemia.
CON LA MISMA TÓNICA
Entre el 2 julio el perfil de Pedro Luis Ramírez Perales se ponía fúnebre, como en todas las publicaciones desde que el Covid–19 comenzó a afectar a los trabajadores de la salud.
Y esa vez fue porque había muerto el doctor José Alfredo Jiménez Turrubiates, quien era médico especialista en ginecología del Hospital General de Zona Número 13 de Matamoros, días después trascendió la muerte de su esposa Elizabeth Guardiola Leija.
Esa fatídica jornada del 2 de julio se supo del deceso de José Magdaleno Arvizu Martínez, técnico en equipo turbo centrífugo, departamento de Conservación del Hospital General de Especialidades 270 de Reynosa.
Días antes, el 27 de junio, aparecía publicada en el mismo lugar la defunción de Uvaldo Valladares Martínez, un enfermero especializado en cuidados intensivos y también secretario de la Delegación 6 del Hospital General de Zona Número 15 de Reynosa.
El 21 de mayo era Jaime Hernández Rodríguez, un ginecólogo
adscrito al Hospital General de Zona Número 13 de Matamoros, quien había fallecido.
Del día 3 del mismo mes apareció el deceso de Jaime Fernando Cervantes Rubio, quien era médico general adscrito al Hospital General de Zona Número 3 de Ciudad Mante.
Y dos minutos antes el secretario de este sindicato publicaba también la esquela de Fausto Eduardo Almaguer Cisneros, un ayudante de farmacia de la Unidad Médica Familiar Número 79 de Matamoros.
Y así el IMSS en Tamaulipas fue compartiendo las condolencias por cada uno de sus soldados caídos, como la del enfermero del Hospital General de Zona Número 15, Julio Vicente Herrera García, el 28 de abril, un día después de haber perecido por la pandemia.
El mismo Instituto había antes confirmado el fallecimiento del médico Néstor Caudillo Mora en Matamoros; de Javier Morales Eguía, supervisor del Seguro Social en la Zona 1; de Antonio Zambrano, quien era médico familiar en Reynosa y de César García, administrador del hospital en Río Bravo.
Estos fallecimientos corresponden únicamente a los médicos de esta sección sindical de trabajadores de la salud, pero las muertes entre el personal que ha combatido el coronavirus han sido más numerosas.
El pasado 10 de agosto se dio a conocer la del jefe de la IV Jurisdicción Sanitaria de Reynosa, Omar Nelson González Cepeda.
Asimismo Hora Cero documentó el caso del doctor Jesús Onofre, fallecido el 26 de mayo en Matamoros también por coronavirus, quien trabajaba como médico familiar en una farmacia.
Y aunque en la entidad ha habido manifestaciones por parte de los trabajadores de la salud para pedirle al gobierno mejores condiciones laborales para atender la pandemia y a la sociedad que sea consciente en la prevención del virus, el personal médico se sigue contagiando y las muertes continúan sumándose.
Como la del doctor Jorge Rojas, quien era director del Centro de Salud del poblado de Comales en el municipio fronterizo de Camargo, cuya muerte se supo este 12 de agosto.
El personal de la Jurisdicción Sanitaria Número IX expresó las condolencias para sus familiares y reconoció la labor de este médico que se entregó al servicio de su comunidad.
Peor aún en Tamaulipas la infección todavía no ha tenido un pico máximo, porque cada día la SST sigue publicando por cientos el número de contagios y la tasa de fallecimientos no ha descendido.
Hay días que supera los 30 pero no disminuye por debajo de de los 20 muertos desde el 1 de agosto, cuando recién se habían superado las mil defunciones.
Mientras tanto los héroes caídos de esta pandemia dieron su vida en la línea de batalla y por desgracia más vidas corren peligro, como la de muchas personas, ya que todavía hay más de 4 mil portadores activos del virus en territorio tamaulipeco.
A medida que los días transcurran con este tipo de tendencias la lista de muertos podría ser mayor y los doctores luchan ahora mismo contra un monstruoso mal que, por desgracia, está causando pérdidas humanas y dejando a muchas familias sumidas en el dolor y la devastación.
El sur también los llora
El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado dio a conocer el pasado 12 de agosto –en su página de Facebook– el deceso del camillero Marco Francisco Loo y la enfermera Carmen Robledo el 11 y 12 de agosto, respectivamente. Ellos trabajaban en la delegación de Tampico.
“Del primer empleado, conocido por sus amigos como “El Chino”, el Instituto publicó detalles sobre la enfermedad que le quitó la vida:
“Era un gran compañero y sobre todo gran amigo que en el cumplimiento
de sus funciones desafortunadamente fue alcanzado por este virus; después de muchos días de luchar perdió la batalla. Que en paz descanse nuestro chinito”, detalló.
Y al día siguiente los compañeros comentaron sobre la segunda defunción, de la enfermera Robledo, y le expresaron a sus familiares el pésame.
“Hoy una vez más nuestro hospital y toda la familia ISSSTE está de luto, lamentamos profundamente la muy sensible pérdida de nuestra enfermera, compañera y gran amiga. Dos grandes amigos se han adelantado. Es un día muy triste para todos, siempre estarán en nuestro corazón”, mencionaron.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud de Tamaulipas (SST), en la zona sur de la entidad (entre Tampico, Ciudad Madero y Altamira) 6 mil 598 personas se han infectado del Covid–19, de las que 242 han fallecido a causa de la pandemia.
Apenas el 29 de julio un médico del IMSS había muerto por la misma causa. Se trata de Francisco Javier Rojas Cruz, un neurocirujano que se desempeñaba en el Hospital General Número 6.