
Había una vez un hombre en el Reino de Qi que tenía sed de oro. Una mañana se vistió con elegancia y se fue a la plaza. Apenas llegó al puesto del comerciante de oro, se apoderó de una pieza y se escabulló.
El oficial que lo aprehendió le preguntó:
— Por qué robó el oro en presencia de tanta gente?
— Cuando tomé el oro – contestó –, no vi a nadie. No vi más que el oro.
Lie Zi
Desde tiempos inmemorables, hombres y mujeres sedientos de poder buscan la oportunidad que los lleve a la meta que tanto codician. En algunas ocasiones es simple y corriente amor por el dinero; en otras, buscan el poder como medio para acceder a la riqueza anhelada. En otros casos, los más inteligentes buscan sólo el poder, no ansían la riqueza como tal, saben que el poder los llevará a alcanzarla. Más bien, lo hacen por esa sensación embriagante de controlarlo todo, de sentirse omnipotentes y de ver como los demás se rinden a sus pies. Equivocarse en el intento es fácil e imperceptible, es como la enfermedad que avanza silenciosa, y cuando te das cuenta, el daño es irreversible. La codicia de poseer el poder o el dinero te hará que te tropieces, y es que en sí no esta mal querer perseguirlos, sino todo lo contrario. Lo que está mal es la codicia que ciega hasta al más preparado. Les explico algunos de los síntomas de esta enfermedad:
Todos te aplauden.- El problema no es que todos te aplaudan; el problema es que se los permites. ¿De verdad no te das cuenta? Rodéate de un equipo más efectivo y menos afectivo.
Ahora todos quieren estar contigo.- ¡Pues claro! Nadie se acerca al desdichado, es lógico. Ahora resulta que todos te quieren hacer compadre o comadre. Todos te piden consejos sobre problemas que no tienes ni la más remota idea, y lo impresionante es que ¡se los das!No es malo que pase esto. Solo te pido que aprendas a discernir. Ahí está la clave.
Los tatuajes.- Aparecerán muchos que quieren estar a tu lado, pero sólo algunos lograrán convertirse en tus acompañantes de todo, y serán como si los trajeras tatuados. De la noche a la mañana esa amistad sepultada por el tiempo regresa, y lo hace con mucho entusiasmo. Las invitaciones, las comidas, las oportunidades de convivir no se harán esperar. Actuar así es parte de su esencia. En el momento en que la nube aparezca, serán los primeros en huir de la lluvia y correrán a otro campo más soleado.
Los defectos se minimizan y las virtudes se engrandecen.- Las virtudes se engrandecen. De la noche a la mañana tienes ese encanto que cautiva, eres casi un ángel que bajó para agradar con su presencia a los que te rodean. Los defectos y los errores ya casi no existen.
Como nos narra Lie Zi en su relato, el final de la historia no es casualidad, es el resultado de no ver más que el brillo del tesoro que deseas con tanta codicia. Por esto, dejas de lado todo. Pon atención a las señales para que después que veas perdido todo, no digas: “No vi a nadie. No vi más que el oro.”
Insisto… no está mal tu meta, está mal el camino que tomas para llegar a ella.
Reenviado
“Memento mori” es una frase proveniente del latín que significa “recuerda que eres mortal”. La frase tiene su origen en una peculiar costumbre de la Antigua Roma. Cuando un general desfilaba victorioso por las calles de Roma, lo seguía tras de él un siervo que se encargaba de recordarle sus limitaciones.
¿Quién es el siervo que te lo recuerda, o mejor decidiste deshacerte de él por que ocupa mucho espacio?