La venta de dulces con chamoy le da a un inocente niño originario de Reynosa las esperanzas de reunir el dinero que necesita para una costosa operación de implante de células madre y ganar así su lucha contra la leucemia.
Enfermó a los dos años de edad. Su progenitora lo atribuye a unos medicamentos mal recetados para la bronquitis que debilitaron la sangre de Pedrito, quien hoy no quiere saber más de agujas y doctores, pero entiende que sin su ayuda el panorama es desolador.
“Mi hijo ahorita necesita una operación urgente cuyo costo es de 400 mil pesos. Ya ha recaído cuatro veces por el daño a su sistema nervioso.
“Lamentablemente ha ido perdiendo la vista. Los médicos me dicen que quizá una recaída más no la soporte”, dijo apesadumbrada Astrid Aguirre, madre del menor.
Desganado, su hijo pasa la mayor parte del día recostado sobre un colchón bajo la sombra de un tejabán. No le llama la atención hacer otra cosa, aunque a veces se anima a platicar un poco:
> ¿Qué te gusta hacer Pedrito?
–“Ver las caricaturas”.
> ¿Qué caricaturas te gustan?
–“Las de Bob Esponja”.
El diagnóstico elaborado por la división pediátrica del Centro Universitario Contra el Cáncer, de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), arroja que Pedrito padece “leucemia linfoblástica Aguda de células B con recaídas al sistema nervioso central y médula ósea”.
En documento fechado el 8 de julio del presente año por la doctora Ana Yuritzen García Marín, se solicita a las autoridades y público en general brindar atención económica a este paciente debido a su “nivel socioeconómico bajo”.
ANGUSTIA CRIMINAL
Sus familiares han movido mar y tierra para pagar el tratamiento de Pedrito, pero tan sólo una dosis para detener provisionalmente el poder destructivo del cáncer y evitar que su sistema nervioso colapse cuesta 36 mil pesos en las farmacias de la localidad.
“La medicina se llama Mabthera de 500 miligramos y contiene una ampolleta que no aplica para el descuento”, indicó la mujer que le dio la vida.
A esta madre saber que su hijo se le puede morir en cualquier momento es un suplicio. Cada recaída en su salud viene acompañada de corridas a los médicos, quienes no pueden hacer mucho si no es operado ya.
“Necesita mucho del apoyo de la gente y también de sus oraciones, pues él ahorita está pasando un proceso muy fuerte. Se desespera porque no ve y quiere reconocer a la gente, porque dice que le duele su cabeza y ya no aguanta.
Urge el dinero, el doctor del Hospital Universitario nos solicitó el adelanto para mandar a traer el aparato a Alemania, porque aquí en México no lo venden”, comentó llorando Astrid.
TEMOR A MORIR
Esta familia pide que el gobernador, Eugenio Hernández Flores, intervenga y no deje que Pedrito, quien por las quimioterapias luce sin cabello, perezca por falta de dinero, aunque se endeude.
“Una ocasión tuve de frente al gobernador Eugenio (Hernández Flores) y le dije lo que a mi niño le pasaba. No recibí respuesta. ¿A quién más sino a él que está en el lugar indicado puedo solicitarle un apoyo que le voy a agradecer toda la vida?
Le suplico que nos ayude a salvar la vida de mi hijo, ¡por favor!”, exclamó la afligida madre.
A decir de su progenitora Pedrito comprende a su corta edad que la muerte le anda rondando, algo que lo entristece, pero no lo doblega.
“El lo único que quiere es salir adelante y echarle las ganas, aún a costa del rechazo de otros niños. Por eso cuando le quedan un poquito de fuerzas se pone a vender sus dulces con chamoy, pues asegura que eso nos ayudará con los gastos médicos”, relató Astrid.
Así, el infierno del cáncer abruma y acaba con la vida de este niño de seis años, quien ya no sabe si es peor morir o soportar las dolorosas agujas en su espaldita.
Si usted desea ayudar a salvar la vida de este menor, favor de acudir al banco Banorte con la cuenta 0588499571 a nombre de Pedro Dagoberto Escobedo Aguirre o comunicarse al teléfono de Hora Cero 929 7585.
En México se calcula que cada año 7 mil niños adquieren alguna clase de carcinoma, según datos de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer.
En territorio nacional esta enfermedad se calcula, afecta a uno de cada 14 mil infantes.
De acuerdo al Comité Académico de Oncología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el cáncer infantil es la segunda causa de mortandad, sólo después de los accidentes.
En tanto, el 40 por ciento de los niños curados deben lidiar con las secuelas que generan las cirugías, la radioterapia, quimioterapia y los trasplantes me médula ósea, como la infertilidad, alopecia (caída del cabello) o metástasis, que es la propagación de las células dañinas.