
Diversas organizaciones ambientalistas acusan que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) gasta millones en bienes y servicios suntuarios y que, en contraste, han votado reformas constitucionales que han generado daño a la ecología del país.
Entre 2011 y 2017, este partido político ha erogado 228 millones de pesos en conceptos como: telefonía (73.5 millones de pesos), publicidad (71.3 mdp), consultorías políticas (24.4 mdp), ropa (18.4 mdp), vehículos (13.6 mdp), viáticos (6.2 mdp), comidas en restaurantes (5.7 mdp), seguridad privada (3.4 mdp), servicios jurídicos (3.2 mdp) y computadoras (1.2 mdp), entre otros rubros, revela información obtenida por El Universal vía mecanismos de Transparencia.
El Comité Ejecutivo Nacional del PVEM registra diversas compras y rentas de automóviles, reparaciones mecánicas, gasolina y seguros automotrices.
Los oficios muestran la compra de una camioneta Ford Ranger, con un valor que supera el medio millón de pesos. Asimismo, un coche modelo Jetta, camionetas Chevrolet Silverado, Toyota Hilux, Ford Explorer, Mazda, y una motocicleta de 40 mil pesos de la que no se da más información.
El presidente del Colegio de Biólogos, Raúl Arriaga, afirma que “el PVEM convoca (a trabajar con ellos) a sus amigos, correligionarios que no tienen intereses verdes”.
“Obedecen más a intereses políticos que quedan a la deriva del interés ambiental”, dice el director de Greenpeace México, Gustavo Ampugnani.
El partido verde y su dueño Jorge Emilo González Martínez han sido severamente cuestionados en diversas etapas de su productiva carrera como políticos por diversos delitos de corrupción y crímenes contra la ecología, e incluso el de un asesinato no aclarado de una mujer en un edificio de su propiedad en Cancún.
Fundado en 1993, el PVEM afirma defender temas de la agenda ambiental, como la protección de especies en peligro de extinción, el cuidado de los ecosistemas y el desarrollo sustentable.
Recientemente se opusieron a la existencia y explotación de animales en los circos. Al decretarse la prohibición, los dueños de los circos tuvieron que dejarlos morir de hambre, ante la imposibilidad de mantenerlos, por la falta de ingresos económicos. Al final, los animales que querían salvar, termianron muriendo de hambre, elefantes, jirafas, leones, tigres y otro tipo de animales, tuvieron un fin trágico de igual forma.
Pero en casi 20 años de existencia, también ha generado polémica por sus alianzas políticas, sus propuestas y los vínculos de sus líderes.
En las elecciones presidenciales del 2000, el PVEM se unió al PAN en la Alianza por el Cambio que postuló a Vicente Fox. La coalición ganó los comicios —lo que trajo consigo el paso al primer gobierno de un partido distinto al PRI—, pero poco después los verdes se deslindaron de esa alianza, argumentando que las metas de la transición no se habían cumplido.
Para las votaciones de 2006, el PVEM se alió con el PRI, una medida que llevó a varios analistas a cuestionar la firmeza de los principios ideológicos del partido.
En las elecciones legislativas del 2009, los verdes propusieron imponer pena de muerte a secuestradores —una idea contraria al postulado de defensa a la vida—, así como entregar a la ciudadanía vales para comprar medicamentos.
Ninguna de las iniciativas ha prosperado, pero el Verde obtuvo alrededor del 7 por ciento de la votación, con lo que fue la cuarta fuerza política más votada.