
EL UNIVERSAL / AGENCIAS
En 2015, Miguel Ángel Mancera, gobernador de la Ciudad de México, una de las más habitadas del mundo determinó la prohibición de matrimonios entre menores de edad.
Esta semana, en el Estado de Hidalgo, la diputada presidenta de la Junta de gobierno del Congreso Estatal propuso una modificación a la Ley para la Familia y del Código de Procedimientos Familiares de la entidad para prohibir los matrimonios de menores de edad.
La diputada María Luis Pérez Perusquía hizo la propuesta con el objetivo de que se cumpla la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, de acuerdo con los procedimientos de la Organización de las Naciones Unidas y la Unicef en ese sentido.
En el Estado de Hidalgo, cualquier joven sin cumplir la mayoría de edad puede acceder al matrimonio con permiso de padres o tutores, o con una licencia que podía emitir el juez civil.
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), una de cada cinco mujeres se casa antes de cumplir la mayoría de edad, lo que va en detrimento de su desarrollo económico, social, laboral y psicológico, por lo cual la ONU mantiene como meta que en el 2030, se pueda erradicar este tipo de prácticas que están catalogadas como nocivas.
El Comité de la Convención de los Derechos del Niño hizo ya una recomendación al Estado Mexicano para que cumpla con el establecimiento de la edad mínima de 18 años para que los jóvenes puedan casarse.
CIENTOS DE MILLONES, LAS VICTIMAS
A nivel internacional existen congresos, convenciones y cumbres para tratar el tema, poner fin a los matrimonios forzados y la ablación de clítoris, que afecta a más de 130 millones de mujeres y niñas en los 29 países de Africa y Oriente Medio donde su práctica es más frecuente, según la Unicef.
Según nuevos datos de la agencia de la ONU, entre los 700 millones de mujeres víctimas de matrimonio forzado, más de un tercio (250 millones) eran menores de 15 años cuando se casaron.
Sobre las mutilaciones genitales especialmente practicada en 29 países de Africa y de Oriente Medio, Unicef apunta a una mejora de la situación, afirmando que el riesgo para una adolescente de sufrir mutilación genital se ha reducido en un tercio en 30 años.
“Pero sin acciones inmediatas mucho más intensas y apoyadas por parte de todos los actores sociales, cientos de millones de niñas van a seguir sufriendo heridas profundas, permanentes y totalmente inútiles”, advirtió Unicef.
“Las niñas no son la propiedad de nadie, tienen derecho a elegir su destino. Cuando lo hacen, todo el mundo sale beneficiado”, declaró el director general de Unicef, Anthony Lake, en un comunicado.
El gobierno británico anunció en 2014 una nueva legislación que castigará en el Reino Unido a los padres que no impidan la ablación del clítoris de su hija.
“Todas las niñas tienen derecho a vivir libres de toda violencia y toda coerción, sin ser forzadas al matrimonio o a los efectos físicos y psicológicos de por vida de una mutilación genital femenina”, indicó David Cameron ex primer ministro inglés en un comunicado.
“Prácticas aberrantes como estas, por muy arraigadas que estén en una sociedad, violan los derechos de las niñas y de las mujeres en todo el mundo, inclusive aquí en el Reino Unido”, añadió.
Las mutilaciones genitales femeninas implican todas las intervenciones que consisten en retirar totalmente o parcialmente los órganos genitales externos de la mujer por motivos culturales o religiosos.
Pueden provocar graves hemorragias y problemas urinarios, y con el tiempo quistes, infecciones, esterilidad y complicaciones durante el parto.