
Estaba un día El Apuntador acomodándose la gorra de Hora Cero que tenemos muy bien puesta, pues estamos muy orgullosos de haber emprendido esta lucha para desenmascarar a quienes sólo quieren llegar al poder para robar a Tamaulipas, cuando un amigo nos preguntó por qué asumimos esta postura respecto al corrupto candidato panista a la gubernatura, Francisco García Cabeza de Vaca.
La verdad hay que reconocer que hasta ahora nunca habíamos explicado por qué Hora Cero, a diferencia del resto de los medios de Tamaulipas (con honradísimas excepciones, eso sí), se ha embarcado en esta lucha por exhibir las corruptelas de Cabeza de Vaca y compañía.
Y no, no es porque nuestro corazón sea priista y mucho menos porque el tricolor nos haya pagado “millones y millones de pesos” como nos acusan cientos de “bots” contratados por el aspirante panista para atacarnos en las redes sociales cada vez que exhibimos la corrupción de Cabeza de Vaca.
Va, de una vez con peras y manzanas para que lo entiendan, incluso los que apoyan a Cabeza de Vaca: aquí en Hora Cero no tenemos simpatías por ningún color. Le damos espacio en nuestras páginas a panistas, priistas, perredistas, a gente de Encuentro Social y Morena… a quienes no toleramos y no podemos aceptar es a ladrones como la gavilla del aspirante del PAN a la gubernatura.
En Hora Cero decidimos iniciar esta lucha contra el corrupto candidato panista, porque es nuestra obligación como medio responsable enfrentar a un personaje que representa lo peor de la política, enriquecido ilegalmente de muchísimas fuentes y sólo quiere gobernar el Estado para seguir
saciando su sed de dinero fácil.
En Hora Cero decidimos exhibir a Cabeza de Vaca porque nadie más en Tamaulipas ha querido hacerlo. Porque muchos medios (con sus contadas excepciones, que conste), han preferido ser cobardes, omisos o, lo que es peor, cómplices de esta intentona del candidato panista por hacerse del máximo poder en la entidad.
Mucha gente puede criticarnos diciendo que no somos objetivos, que adolecemos de parcialidad, sin embargo el 99.9 por ciento de quienes lo dicen o simpatizan con el proyecto económico de Cabeza de Vaca, o están en la nómina del corrupto senador con licencia esperando el momento para clavarle la uña al presupuesto del Estado.
No es que nos queramos comparar con grandes medios de comunicación que un día decidieron enfrentar a un poder
corrupto, sin embargo, periódicos como el Excélsior de Julio Scherer, Proceso, La Jornada, Uno Más Uno y hasta el Mañana de Reynosa, también sufrieron de los embates y la crítica de los aliados de los delincuentes.
Todos y cada uno de estos medios fueron atacados, denostados, agredidos, relegados al vacío sin que las masas salieran en su defensa. No fue sino años después, cuando el tiempo les dio la razón y la sociedad entendió su lucha otorgándoles el reconocimiento que se merecen.
En Hora Cero sabemos que es nuestra obligación convertirnos en un obstáculo que evite que los corruptos lleguen al poder.
Sabemos que la sociedad tamaulipeca no merece tener un gobernante como Cabeza de Vaca y por ello debemos exhibir lo bandido que es el candidato a la gubernatura.
No lo hacemos por dinero, no los hacemos por poder, no lo hacemos por un triste convenio de publicidad, lo hacemos porque queremos a este terruño, porque no podemos creer que sólo nosotros podamos ver a Cabeza de Vaca como el monstruo que realmente es.
Para muchos que perdieron la memoria y otros que aún no nacían, les recordamos que en 1999 Hora Cero hizo una investigación contra el entonces alcalde de Reynosa del PRI, Luis Gerardo Higareda Adam, exhibido de corrupto en nuestras páginas.
Y quién lo iba a decir. Esa denuncia de Hora Cero que provocó la remoción del edil y exhibió de partido corrupto al tricolor, abonó el camino para que al año siguiente Cabeza de Vaca ganara las elecciones para diputado federal. ¡Qué cosas!
Por ello que Hora Cero seguirá denunciando la forma tan indignante en la que el candidato del PAN a la gubernatura se ha convertido en un multimillonario.
Porque queremos a Tamaulipas seguiremos gritando en el desierto que no se puede aceptar que una persona que hace poco menos de 20 años vivía en una casa sin muebles que le regaló su suegro, hoy es el dueño de más de mil hectáreas en Soto La Marina, un departamento en la Ciudad de México que fácil cuesta dos millones de dólares, que puede viajar a la Acrópolis en Grecia de vacaciones y, lo que es peor, que quiere comprar la gubernatura a punta de sobornos.
Que nadie se equivoque, no damos el casting para mártires y sabemos que con personajes como Cabeza de Vaca el riesgo de un atentado está siempre presente, después de todo estamos hablando de un tipo que lleva la violencia en las venas.
Sin embargo, el temor no nos va a hacer claudicar como a muchos otros, quienes “por quedar bien” guardan silencio.
Nadie en Hora Cero quiere dar la vida por una nota, pero tampoco queremos ver a Tamaulipas secuestrado por una gavilla de ladrones que lo van a saquear hasta el último centavo, tal como lo han anhelado desde hace dos décadas.
Por eso que seguiremos denunciando la corrupción de Cabeza de Vaca, aunque sus sicarios en la zona conurbada de Tampico se roben todos nuestros periódicos, algo que no sólo representa un atentado a la libertad de expresión, si no un delito digno de estos personajes.
Y por cierto, antes de que se nos olvide. Muchas gracias a los contadísimos compañeros quienes mostraron su apoyo, solidaridad y condena por este ataque a nuestro producto. Saber que no pueden validar con su silencio un ataque a la prensa libre como el que sucedió en Tampico nos hace recuperar un poco la fe en el gremio tamaulipeco.
Los que se quedaron callados, los que quieren seguir “quedando bien”, los que celebraron este ataque a Hora Cero, no les deseamos mal, sólo estaremos muy atentos esperando sentados a la orilla del río (como dice el refrán japonés): “que su cadáver pase flotando”, sabiendo que a Cabeza de Vaca le encanta la traición y sólo da promesas vanas.
RETAZOS
Pasando a otros temas, el que regresó del auto exilio al que se había condenado es ni más ni menos que Aldo Hernández, integrante del infame clan de Los Pacos y quien,
obviamente, anda metido en la campaña de uno de los testaferros de Cabeza de Vaca.
Lo malo para Aldo, en un tiempo considerado una promesa del periodismo fronterizo, es que su regreso a los reflectores se dió de la peor manera.
Ahí tienen que alguien subió a las redes sociales un video donde un grupo de militantes priistas corrieron de su colonia al candidato a la diputación local, Jesús María Moreno Ibarra “El Chuma”, y a su equipo de campaña… incluyendo a Hernández.
¿Y adivinen quién es uno de los corridos? Acertaron: Aldo Hernández.
Hay que decir que la sangre no llegó al río y lo que pudo haber sido un enfrentamiento entre priistas y panistas quedó solamente en una grabación bastante penosa que tuvo al ex reportero de Radio Rey como uno de sus protagonistas.
Pasando a otros temas, durante la edición 2016 del Pa’l Norte en el Parque Fundidora fue contrastante la forma de trabajar de diversos reporteros y fotógrafos, pues mientras unos demostraron su total profesionalismo y solidaridad gremial, hubo más, muchos más que enseñaron no sólo el cobre sino lo gris y patético de su personalidad, nada que ver con el medio de comunicación al que representaban.
De entrada fueron dos largas jornadas de chamba, extenuantes y pesadas, de sol a sol, y que quienes han estado en la línea de fuego saben muy bien que la chamba termina incluso, más allá de cuando los artistas descienden del escenario: el envío de notas, fotos o video al periódico, página de Internet, estación de radio o televisión debe ser casi inmediato, toda vez que se compite, y fuerte, en las redes sociales con las publicaciones casi en tiempo real.
He aquí el detalle: diversos profesionales de la prensa de espectáculos se alternaban los espacios para poder tomar mejores fotos o video, brindándose apoyo y tips para la cobertura de las decenas de bandas y artistas que se presentaron el viernes 15 y sábado 16 de abril. Un aplauso, no, mejor no… Muchos aplausos para quienes formaron estas guerrillas informativas y de camaradería profesional.
El prietito en el arroz o más bien, el arroz quemado fueron las docenas de reporteras y reporteros, fotógrafos y camarógrafos que olvidaron su labor profesional, la separación medio-fuente, para convertirse en meros y obsesivos fans de los cantantes y músicos, a quienes asediaban lo mismo en las ruedas de prensa que al salir del escenario en la búsqueda de autógrafos, fotos o selfies, que hasta un recuerdito personal o el abrazo o beso del interprete, en una acción obsesiva-compulsiva rayana en el ridículo.
Lo bueno es que en esta edición del Pa’l Norte no hubo cerveza para los reporteros patrocinados por los organizadores del festival, si no, los ebrios necios representantes de la prensa, hubiesen sido el tema de conversación y hasta de varios memes de Facebook como ocurrió en el 2015. Sólo jochos, aguas y refrescos les dieron a la raza que se fletó el maratónico festival.
En otras cosas, periodistas que se sienten directores técnicos, reporteros policiales que se sueñan como investigadores de crimen o paladines de la justicia, o quienes por cubrir Congreso creen que legislan o por ir a eventos del sector privado o de la banca sueñan con ser millonarios, entrepreneur o asesores financieros, parece ser una constante hoy en día.
Esto es característico del gremio periodístico desde hace muchos, muchos años. Pareciera que cada vez se renueva y se retroalimenta, crece y se esparce por las redacciones de los periódicos, revistas, televisoras o de medios digitales ese afán de que el reportero o periodista pretenda extrapolar su función con el de su entrevistado o fuente informativa. Son los menos, pero de que los hay, los hay. Y eso es gravísimo, ya que este alter ego de algunos, las minorías, afecta
a las mayorías.
Pero hay otra constante, aquella de quienes por tener un gafete de prensa se sienten con la capacidad o, más bien, el derecho de abusar de la representación –que no es sinónimo de poder o influyentismo– que su medio laboral les confiere.
Por ejemplo, ahí está el caso de un foto reportero de El Norte con un par de décadas de experiencia sobre sus hombros, y quien ahora se echó a cuestas a muchos de sus colegas.
Resulta que andan un poco o más bien un harto molestos los fotógrafos de la fuente taurina, ya que en la corrida de hace unas semanas de Pablo Hermoso de Mendoza en la Plaza de Toros Lorenzo Garza, Juan Flores, fotógrafo de El Norte, estuvo durante toda la corrida en el callejón acompañado de su hijo Cristóbal.
Vaya, Flores hasta presumió en redes sociales el haber sido acompañado por su vástago, lo que más encabritó a los gráficos. Se entiende que estés orgulloso de que tu retoño te vea trabajar, en pleno campo de acción, pero lo que cuestionaban sus colegas es que a ellos la empresa les regatea el acceso y eso que van a trabajar, pero los del periodicote consiguen pase a esa zona privilegiada hasta para sus hijos.
Y deja tú, las criaturas: Juanote no se dio cuenta del peligro en el que puso a su hijo y a otros, ya que ha sucedido en anteriores corridas que el toro se desquita con los fotógrafos de la fuente cuando no la emprende contra el matador o los rejoneadores.
La frase lapidaria de algunos decanos de la fuente taurina fue “¡Qué tiempos aquellos!… cuando en El Norte tenía prohibido charolear y conseguir accesos privilegiados para los periodistas de esa empresa.
Y no nos vamos sin antes lamentar, como lo han hecho un gran cantidad de compañeros de los medios, el sensible fallecimiento del gran amigo Carlos Casiano, quien murió tras varios días de permanecer internado en el Hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Carlos va a ser extrañado no solamente por los compañeros de la fuente de Sociales, donde se desempeñó desde hace muchos años, sino por el resto del gremio periodístico quienes lo conocieron y le tomaron muchísimo cariño.
Descansa en paz Carlos, tu alegría, honestidad y alma transparente estará siempre con nosotros, quienes esperamos encontrarnos contigo en un futuro próximo.
Y ahora sí nos vamos sin pregunta de la quincena, pues nos ha dado mucha pena el fallecimiento de Carlos Casiano.
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