
Armando Fuentes Aguirre, mejor conocido como “Catón” recibió de manos del rector de la UANL Rogelio Garza Rivera un reconocimiento por su trayectoria, como escritor, historiador y periodista.
Con su particular estilo, que lo distingue por hacer uso correcto del lenguaje, el hombre originario de Saltillo, Coahuila, se mostró emocionado y manifestó no sentirse merecedor del homenaje, pero finalmente agradeció ser honrado en un recinto como el Aula Magna de Colegio Civil, Centro Cultural Universitario.
“En una ocasión, Marx, Marx el bueno, gran comediante, fue objeto de un homenaje y dijo: ‘no me lo merezco, pero tengo artritis y tampoco la merezco’; señor rector, yo no merezco tampoco este homenaje y mi gratitud crece porque yo no tengo artritis, tengo completas todas las facultades de mi cuerpo, al menos de la cintura para arriba, digo, porque batallo para caminar.
“Y a los muchos motivos de gratitud, que tengo con esta nobilísima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Nuevo León, añado entonces uno más, que le agradezco a usted como representante de los universitarios, desde el fondo más hondo de mi corazón”, expresó .
Agradeció además de la presea, la hospitalidad que los neoleoneses le han brindado a lo largo de más de cincuenta años.
“Aprecio este homenaje, porque viene, primero, de una universidad como la que usted preside, tan prestigiosa, de tanta dignidad y de tan elevada excelencia y luego porque me entrega usted, esta presea ante mis lectores regiomontanos, neoleoneses; a esta ciudad hermosa debo yo el pan de mi familia, aquí he recibido desde hace más de medio siglo, la hospitalidad señorial que caracteriza a la gente de Nuevo León”.
El evento fue celebrado el pasado domingo 13 de marzo dentro del marco de la feria universitaria del libro UANLeer, y en el acto estuvieron presentes el secretario de Extensión y Cultura Celso José Garza y el director de Editorial Universitaria, Antonio Ramos Revillas, así como el periodista Javier Aranda Luna, quien tuvo una conversación con el homenajeado.
A lo largo de una hora y media, Catón arrancó más de una vez la risa de los presentes que se dieron cita ese fin de semana a mediodía, en el edificio que es patrimonio histórico de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Además del homenaje, se presentó “Cuentos de todos”, libro editado por Planeta.
Don Armando recordó que los libros siempre lo acompañaron en su infancia, y aunque aclaró que su familia no era solvente económicamente hablando, los libros formaban parte del mobiliario de la casa.
“Decir que éramos pobres sería, en primer lugar melodramatismo y luego sería mentira; quién sabe cuál de las dos cosas sea peor; pero tampoco éramos de condición desahogada. Pero no me explico cómo mis padres se las arreglaban para comprar quizá cada mes un libro.
“Yo recuerdo que iba a las casas de mis amigos y veía que en sus casas tenían pisos de mosaico, techos de tejas y había en ellos un jardín y en mi casa no había nada de eso; pero yo salía de esas casas compadeciendo a sus habitantes y yo decía para mí: han de ser pobres, no tienen libros; y no me equivocaba, eran pobres, tan pobres, qué lo único que tenían era dinero, no tenían libros”, reflexionó.
Posteriormente Aranda y Fuentes Aguirre conversaron sobre filosofía, tecnología, literatura y en todos, dio su punto de vista con el humor que lo caracteriza.