
Intensa-mente implica un reto de abstracción absoluta. Los genios de Pixar crearon un universo en la cabeza de una niña, donde cada una de sus emociones básicas tienen personalidad: Alegría, Tristeza, Temor, Ira y Repulsión.
Materializaron con formas conocidas los procesos mentales que ocurre en la mente de la chiquilla. De esta forma, existen pensamientos en formas de esferas que se van almacenando por segmentos y colores, además cada uno de los conceptos tiene su propia isla.
Todo el sofisticado sistema emocional es presentado como una red de acciones materiales que embonan perfectamente para dar una personalidad definida.
La nueva aventura dirigida por Pete Doctor y Ronnie del Carmen es una de las ideas más atrevidas en la animación y, sin duda, la más inteligente de las 15 cintas que ha presentado hasta ahora Pixar, que mantiene como jefe creativo a John Lasseter.
Es como una sesión de sicoanálisis, pero con la sensación onírica, surrealista, fantasiosa de que las emociones son personas. Pero en el mundo imaginario que habitan dentro de la cabeza, son capaces de vivir aventuras. El reto es grande pero el resultado es fabuloso.
Intensa-mente significa un paso hacia adelante en la conceptualización argumental de las cintas infantiles y revitaliza a Pixar, que había generado dudas con sus recientes trabajos de mediana factura como Cars 2 y Monsters University, después de haber hecho obras de arte como Up y Wall-E. La productora decidió relegar, por esta vez, las tramas con un niño, un perrito y un bosque encantado. En esta ocasión, los protagonistas son creaturas extrañas, que habitan en la cabeza de la niña y la gobiernan.
No es nueva la aventura, pues Disney ya había hecho trabajos personalizando sentimientos. Lo mismo que otras casas animadoras. Pero en esta ocasión fue creado un clásico instantáneo con una propuesta inteligente y divertida.
Riley es una preadolescente que pasa por una crisis emocional luego de que sus padres se mudan de Minnesota a San Francisco, un cambio que desencadenará toda una serie de sentimientos contradictorios dentro de ella. Los causantes, sus emociones personificadas, tendrán que encontrar el equilibrio para conseguir estabilizar a su anfitriona.
La anécdota ocurre en un momento particularmente complicado en la vida de una niña, en este caso de Riley, que sebe sobreponerse a la frustración que le provoca el nuevo escenario de vida, para comenzar a crecer. En el comando central, ubicado en el cerebro, prevalece la Alegría, como la jefa de todas las acciones. Es Alegría la emoción que manda, pues la chica se la pasa la mayor parte del tiempo feliz y dichosa.
Pero con el cambio de vida, las demás emociones empiezan a tomar control en la pequeña cabeza hasta que en la lucha por el liderazgo, la Alegría y la Tristeza se extravían en el laberinto de emociones, lo que provoca una serie de reacciones inesperadas, que afectarán directamente su vida futura y la de sus atribulados padres.
Los sentimientos, como personas, son entrañables. La encargada de la Felicidad es expansiva, aunque el personaje mejor y más interesante es el de la Congoja. Se encuentra presente en todos los momentos, se desliza apaciblemente, con su carga de pesimismo y siente pesar por ella misma, pues no puede con su espíritu eternamente atribulado.
El más cómico es el de la Ira, pues nada hay más parecido al ridículo que el enojo mal encausado. La remilgosa Repulsión y el Temor, son personajes simpáticos, pero menores.
La película es un viaje intrincado por las emociones y el intercambio de estas como protagonistas en el interior de una persona. Alegría, obstinada en prevalecer como principal sentimiento, entiende al final que todos y cada uno son importantes para mantener el equilibrio espiritual.
Intensa-mente, es una película maravillosa dirigida al público adolescente y adulto. Aunque trae figuras coloridas, su contenido abstracto es inalcanzable para los pequeños, que encontrarán difícil entender lo que ocurre en pantalla.