
Después de que el pasado 29 de abril una fracción del Congreso de Estados Unidos aprobó por unanimidad la enmienda con la cual se autoriza el desarrollo de un sistema de defensa anti-túneles para ayudar a Israel a protegerse de los ataques de Hezbolla y Hamas, el gobierno americano podría traer esa misma tecnología a la frontera entre México y Estados Unidos.
Este mecanismo es único en su tipo y fue desarrollado por el Ministerio de Defensa Israelí y una serie de empresas especializadas en seguridad, con el objetivo de proteger su territorio de potenciales intrusos.
De acuerdo con la empresa Elbit Systems los sensores transmiten información basada en algoritmos que permiten la identificación precisa de cualquier actividad anómala en el suelo y debajo de éste.
La clave del dispositivo geofísico radica en que puede diferenciar y clasificar los datos de todo tipo de interferencias. Su costo oscila entre uno y dos millones de dólares por cada kilómetro.
Mientras tanto, los patrocinadores de esta enmienda a la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en
inglés), están a la espera de que sea debidamente instrumentada.
UN AÑEJO PROBLEMA
Pero de este lado del mundo los túneles entre México y Estados Unidos también son un verdadero dolor de cabeza para el Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security).
Tan sólo en los últimos ocho años han sido detectados entre ambos países alrededor de 80 pasajes subterráneos, en promedio diez cada 12 meses.
Las autoridades aceptan que así como representan una amenaza para la población civil y las instituciones, también ponen a prueba la capacidad del gobierno para afrontar el ingenio de las organizaciones criminales, que de igual manera disponen de tecnología sofisticada para vulnerarla.
Un gran ejemplo es el pasadizo secreto de 536 metros descubierto a finales de 2013 entre las fronteras de Tijuana, Baja California Norte, y San Diego, California:
El túnel estaba compuesto de un sistema de transportación eléctrica (a través de rieles) para el trasiego de toneladas de droga y el tráfico de personas; además de disponer de ventilación y puertas de funcionamiento hidráulico.
Recientemente otro caso que llamó la atención fue el de un túnel de 72 metros de longitud, que conectaba a la ciudad de Nogales, Sonora, con Nogales, Arizona, el cual fue hallado por agentes de las Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), y que estaba a punto de ser concluido.
Y apenas el pasado 7 de mayo las autoridades estadounidenses clausuraron otro conducto subterráneo de hormigón localizado el 25 de abril en un fraccionamiento de Mexicali, Baja California, Norte que salía a un canal del lado americano.
REVISAN OPCIONES
La fabricación de túneles clandestinos se ha incrementado en los últimos años, vulnerando la seguridad nacional del país que más recursos invierte en cuidar sus fronteras.
Se calcula que cada 10 años se gastan alrededor de 90 mil millones de dólares en la franja fronteriza entre México y Estados Unidos, entre agentes, casetas y aparatos tecnológicos.
Ante esa amenaza el congresista demócrata Henry Cuellar pide poner atención en este tema y ver qué mecanismos se pueden implementar, aprovechando la cooperación que existe con el gobierno hebreo en el combate al terrorismo.
“Recién acabo de estar en una junta donde hablamos de esa tecnología. Lo que debemos entender es que Israel tiene fronteras muy peligrosas, y por lo mismo poseen muchos adelantos de los que podemos aprender.
“Eso es algo que yo voy a solicitar formalmente a Homeland Security, para evaluar la posibilidad de utilizar en un futuro
próximo”, señala.
El legislador entrevistado está muy vinculado con el tema de la seguridad en las fronteras y fue él quien solicitó que los mismos globos aerostáticos que sobrevuelan Afganistán también patrullaran el sur del país para detectar cualquier actividad criminal.
“Eso es algo que yo pedí y ahora mismo disponemos con tres aparatos de este tipo en la zona del Valle. Y hay tecnología que se puede usar, como la que se está aplicando ahora mismo en Israel con los túneles”, agrega.
Henry Cuéllar comenta que deben buscarse alternativas menos costosas que los aviones no tripulados y el dispositivo de defensa anti-túneles –de detección de ruidos– es una opción que se está revisando seriamente.
De comprobarse su confiabilidad en esta región del hemisferio norte, dicha herramienta podría afectar patrones y rutas de contrabando, añadiéndose a la larga lista de dispositivos de seguridad que la Unión Americana utiliza para resguardar su nación.